Pedimos a los profesionales del ecosistema creativo que confiesen sus anhelos para las programaciones artísticas valencianas del año que acaba de arrancar
VALÈNCIA. ¡2023 ya trota como un potro desbocado por nuestras calles! Con él, llegan ciertas tradiciones de estreno de calendario. Y es que, para bastantes hijos de vecinos, las primeras jornadas de cada año son sinónimo de confeccionar una lista de buenos propósitos a los que, con toda probabilidad, se acabe renunciando poco antes de alcanzar las orillas de marzo. Pero aquí no hemos venido a averiguar qué nos vamos a reclamar a nosotros mismos en el ejercicio que entra, sino qué le queremos solicitar a la vida. O, al menos, a la vida artística valenciana.
No estamos solos en este intento de trazar nuestras programaciones culturales soñadas para los 12 meses que ahora arrancan. Por si tenemos algo atrofiado el músculo de la imaginación, hemos pedido a unos cuantos profesionales de la creatividad que compartan los artefactos en los que aspiran a perderse durante 2023.
Afortunadamente para nuestras ansias de fantasía, desear es gratis (al menos, de momento) por lo que en esta wishlist tienen vía libre los sueños menos plausibles, las filias más quiméricas y los antojos personalísimos. Sin frustrantes cortapisas presupuestarios, problemas de agenda ni prosaicas bajadas a la realidad. El resultado es un inventario de anhelos que recorren escenarios, museos y pantallas; que recalan en el campo semántico de la literatura, el teatro, la música o las artes plásticas. Un catálogo de experiencias ambicionadas que hablan de agitación y aprendizaje, de reivindicación y de placer, de revoluciones íntimas y sistémicas. De un futuro fabulado eliminando de la ecuación los escollos del presente. ¡Dadme una programación cultural utópica o no me deis nada!
Si eres un Rey Mago, un hada madrina, una gestora cultural, un duende o la persona al mando de alguna institución valenciana, este es el momento de coger papel y lápiz.
“En cuanto al cine, me encantaría que nuestra querida Filmoteca programara un ciclo sobre el cineasta Joaquín Jordà, director de obras fundamentales como Mones com la Becky o De nens. También desearía para 2023 otro ciclo, esta vez sobre la obra del célebre cineasta Charlie Kaufman, en mi opinión, el guionista más influyente y singular de los últimos 20 años de historia del cine.
Respecto a la danza, sería un placer que llegara a nuestras salas Marina Otero y poder acercarme a su Fuck Me o a su última pieza, Love Me. Si pienso en el campo teatral, como apasionado que soy de las hibridaciones entre las prácticas escénicas y el documental, me fascinaría que acudiera a estas tierras la compañía Rimini Protokoll. O que la gira de alguna de sus producciones, tal vez Caridad, trajera a Angélica Liddell de nuevo por aquí para volver a disfrutar de su talento.
Creo que en diciembre de 2023 vendrá la compañía El Conde de Torrefiel a presentar en el TEM su última pieza, Una imagen interior. Y en mayo estará en Les Arts La Veronal con su Opening Night. Así que un par de mis deseos se cumplirán seguro… si todo va según lo previsto”.
“Ojalá Jonas Mekas volviese a la tierra y llegase a las multisalas valencianas. O que David Lynch hiciera una obra con todos los fragmentos recortados de cada una de sus películas. Y, puestos a soñar, desearía que la paridad de creadoras en todos los campos artísticos -y no artísticos- no fuese una circunstancia a calcular, sino que surgiese de forma natural.
La verdad es que cada vez me es más complicado encontrar estímulos que me arranquen esa pulsión o ‘cosa’ que se siente cuando descubres algo que te maravilla. Tal vez sea que he visto 2022 con cierto pesimismo y mañana mismo me cambie la perspectiva, pero a día de hoy, pediría más riesgo, menos ‘querer gustar’, menos sufrir por ‘llenar salas’, más agitar, remover en todos los aspectos, más estructuras narrativas nuevas, más romper las normas clásicas, menos elitismo museístico, no tener miedo a formar al espectador, más diálogo. Más vida”.
“En mi caso, le pido al 2023 que no haya una nueva variante mutante del COVID ni de otros virus... más que nada porque, tras tener que cancelar hasta en dos ocasiones sus citas en los últimos años, por fin regresan a España (y a València) Big Thief. Por otro lado, sigo cruzando los dedos para que Ezra Furman actúe también en la terreta. Viene este año al Primavera Sound en Madrid, pero a mí las actuaciones en grandes festivales con una muchedumbre que no presta atención al concierto me ponen de mal humor. Lo siento”.
“Me gustaría que llegara a Alicante la exposición Constelación gráfica. Jóvenes autoras de cómic de vanguardia, que ahora está en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB). Incluye piezas de Bàrbara Alca, Marta Cartu, Genie Espinosa, Ana Galvañ, Nadia Hafid, Conxita Herrero, María Medem, Miriampersand y Roberta Vázquez, así que me maravillaría que cualquiera de esas autoras diera también una charla.
También tenía muchas ganas de visitar la muestra Cómic. Sueños e historia, que en 2022 estuvo en el Caixaforum Madrid… ¡y he visto que este año viene al de València! Así que ahí tengo un deseo garantizado. Es una retrospectiva de la historia del cómic con planchas de Little Nemo in Slumberland, de Winsor McCay; Terry and the Pirates, de Milton Caniff; Tintín, de Hergé; Flash Gordon, de Alex Raymond; Arzach, de Moebius… ¡Todo el mundo, vamos!”
“Per a mi el concepte d’activitat cultural és bastant ampli. Però hi ha una iniciativa que no es pot programar, i que jo gaudia molt quan estava a Barcelona, que és la flânerie llibretera: caminar sense rumb, sense intenció específica més enllà del passeig per les diferents llibreries de la ciutat. València té moltes llibreries molt bones i fer un recorregut per elles sense més objectiu que passejar i mirar títols (no és obligatori comprar) és una pràtica molt gratificant i sorprenent.
Parlant de literatura, el meu àmbit, l’altra gran reivindicació és molt comú: a València també han de venir els grans autors internacionals. Ja està bé que només vagen a Barcelona o a Madrid. La tercera voluntat és senzilla: m’agradaria que les activitats culturals que es fan (sobretot les que es fan en valencià) tingueren públic”.
“Me encantaría que en la programación teatral valenciana de 2023 alguien incluyera Lectura fácil, la adaptación escénica de la novela homónima de Cristina Morales que se estrenó en el Centro Dramático Nacional en noviembre de 2022. El libro me fascinó y su autora me gusta mucho como escritora, coreógrafa y personaje performativo. El estreno de la pieza me pilló en Madrid, pero por trajines varios no pude verlo, así que ojalá tener la oportunidad de hacerlo aquí.
También quisiera disfrutar de alguno de los proyectos participativos de la creadora escénica Macarena Recuerda. Su trabajo me interesa mucho y, aunque ha estado varias veces en València, no he podido asistir nunca a sus obras. En la misma línea, también me he perdido las últimas actuaciones en el IVAM y La Mutant del colectivo de danza contemporánea Iniciativa Sexual Femenina, así que ahí mi deseo es que repitan en 2023. Y, ya que estoy, incluyo en mi lista a los Reyes Magos poder ver alguno de los montajes de la directora artística Marta Pazos
Dejando a un lado el ámbito escénico, tengo mucha curiosidad por conocer el catálogo para este nuevo año de Sembra, porque siempre editan títulos que resultan muy atractivos”.
“Para 2023 anhelo ver varios cambios que afecten de forma transversal al mundo de la cultura, desde el arte visual a la industria editorial. Por una parte, desearía que se potenciaran más los proyectos feministas que visualizan la incursión de la mujer en las profesiones culturales. Ya existen iniciativas al respecto, pero se tiene que seguir trabajando en ello para conseguir normalizarlo. Estamos en un buen momento, pero no hay que dejar de insistir en estas cuestiones para que no se quede en una moda, sino en un asunto anclado de raíz en nuestro territorio.
También quisiera que se apueste por la cultura en los territorios valencianos del interior. Creo que es esencial poner el foco en la descentralización, algo de lo que se habla mucho y es cierto hay programas que ya lo están abordando, pero desde una visión que sigue siendo muy centralista. Es decir, las ideas, los proyectos, siguen saliendo de la capital hacia esas otras ubicaciones. Me interesa ver el camino contrario: que las propuestas surjan de esos espacios periféricos, donde hay buenísimos creadores y gestores, se muestren allí y luego lleguen tanto a los grandes núcleos urbanos como a otros lugares, que no por ser menos céntricos son menos importantes. Enlazado con esto, pienso que tenemos que fomentar la visión glocal: integrar la investigación y la producción basadas en nuestros orígenes con la perspectiva internacional, en lugar de considerarlas apartados distintos”.
“Empiezo con un concierto soñado: me encantaría ver tocar en directo en València a las hermanas Haim. Es uno de mis grupos favoritos, creo que no han tocado muchas veces en España y sería una noche para el recuerdo. Fui a verlas a Dublín a propósito y sería genial que vinieran por aquí. Y, bueno, ya puestos a soñar, me pido que Tardor estemos de teloneros.
Por otra parte, soy fan de las portadas de The New Yorker. No sé si existe una exposición que las recopile, pero sí que he leído en Twitter a diseñadores analizando los detalles de las ilustraciones y su significado, es un universo que me fascina. Veo mucho una muestra así en el Centre del Carme. Éxito seguro.
Hace unos años fui a una masterclass en Las Naves del guionista Guillermo Arriaga. No sé si en las dos horas que duró el encuentro tuve tiempo de aprender a escribir mejor, pero fue muy interesante poder escuchar en directo a un guionista internacional de primer nivel, aunque solo fuera para oír las anécdotas que contaba de Tarantino. Estaría bien repetir con algún otro u otra guionista de primera división en 2023”.