CASTELLÓ. Que el sector cerámico vive un momento más que delicado no escapa a nadie. En el último año y medio, el clúster castellonense sobrevive atenazado, primero por una crisis energética y ahora por una de demanda que se hace más evidente con cada dato que se conoce. El de la exportación del pasado mes de mayo, dado a conocer este jueves por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, ratifica, e incluso empeora, las malas cifras de este 2023.
Así, según los datos provisionales dados a conocer por el Instituto de Comercio Exterior y que la patronal Ascer analizará este viernes, el volumen (en función del peso, el parámetro que mide el Icex) de los envíos de azulejos y baldosas españolas al extranjero cayó en el quinto mes del año un 32,62% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, lo que supone repetir prácticamente la caída porcentual de abril.
Este desplome tiene una lectura positiva y otra que lo hace aún más negativo. Para los optimistas, las cifras del Icex recogen un incremento en las cantidades totales respecto a abril, algo por otra parte habitual en años anteriores. En la vertiente negativa, la caída en volumen se ha visto acompañada por un menor precio de venta, ya que mientras en abril el descenso del valor de la exportación fue del 23,7%, en mayo lo ha sido del 25,6%. Es decir, la rentabilidad y los márgenes de las compañías se redujeron en el quinto mes del año, sin duda debido a la necesidad de los fabricantes de situar producto en el mercado.
Con ello, en los cinco primeros meses del año la exportación de revestimiento cerámico ha alcanzado los 1.589 millones de euros, lo que supone una caída acumulada del 13,8%. En cuanto al volumen, siempre según el peso medido por el Icex, el descenso se sitúa en el 26,4%. Destaca que, en cuanto al volumen, solo en 2020, marcado por las dificultades de la pandemia en el inicio del año, se había exportado menos producto (y por una cifra muy pequeña, 31.000 toneladas), mientras lo habitual a estas alturas del año es haber exportado alrededor de 1 millón de toneladas más que los 2,66 millones de este ejercicio. Así sucedió en los dos anteriores.
Todo ello repercute, como no podía ser de otra manera, en la balanza comercial de la provincia. Así, de enero a mayo Castellón ha exportado bienes y productos por valor de 4.110 millones de euros, un 8,8% menos que el año pasado a esas alturas. Asimismo, la importación de productos cae un 26% prácticamente, hasta situarse en 2.609 millones de euros, lo que también es un reflejo de la actividad de la economía castellonense, a día de hoy muy tocada.