CASTELLÓ. Los feriantes apuran sus opciones de montar atracciones en Castelló pese al estado de alarma. La Conselleria de Sanidad continúa analizando la segunda petición para autorizar la actividad hasta el 29 de noviembre después de requerir documentación adicional a propósito del protocolo ante la covid-19. En este sentido, la semana pasada los profesionales añadieron en su solicitud nuevas medidas preventivas con el propósito de garantizar la seguridad. A instancias de la propia administración, incorporaron un detallado plan de control de acceso al recinto, así como mejoras en relación al consumo de comida.
En el primer caso, se planteó habilitar puntos de registro a fin de anotar los nombres y apellidos de los asistentes para tener un listado por días y semanas. En el segundo, se estableció instalar mesas y sillas en las churrerías, asegurando con ello la consumición in situ.
Las correcciones aportadas por la asociación complementaron otras acciones incluidas en la primera instancia, como desinfección de mobiliario e infraestructuras, colocación de hidrogeles y señalización en vertical y horizontal sobre aforos. Asimismo, el cumplimiento de la distancia social y el uso obligatorio de la mascarilla.
La segunda petición se presentó telemáticamente el 14 de octubre después de denegar Sanidad la autorización para abrir las atracciones a partir del 16. Entonces, se propuso como nuevo plazo el 23, con ese tope máximo hasta finales de noviembre. Sin embargo, la revisión del permiso se complicó al considerar Conselleria que era necesario realizar algunas modificaciones acerca del citado protocolo.
Ahora, con el toque de queda y el estado de alarma, los feriantes vuelven a inquietarse a medida que avanzan los días. Sin la aprobación de la administración autonómica, el Ayuntamiento de Castelló tampoco puede valorar la licencia para el uso del recinto del PAU Gumbau. Al tratarse de un evento con una cabida superior a los 400 espectadores, el consentimiento de Sanidad resulta imperativo.
El gremio de feriantes es uno de los colectivos más castigados por la pandemia. Desde finales del pasado año la inmensa mayoría de autónomos permanecen inactivos. Aunque algunos se han reconvertido, muchos siguen confiando en que la situación cambie para recuperar su actividad económica.
Por lo que se refiere a Castelló, habitualmente la instalación de la feria significa habilitar entre 70 y 80 puestos. Además de la noria o tiovivos, no faltan las tómbolas, autos de choque y el pasaje del terror, entre otros. Respecto a los establecimientos de refrigerio, a las casetas de churros y demás dulces se suman locales de comida tradicional. Desde la festividad de Todos los Santos de 2019 ninguno de ellos ha vuelto a ofrecer servicio en la capital de la Plana, ya que la aparición de la pandemia en marzo obligó a suspender las fiestas de la Magdalena, una de las citas marcadas en rojo en el calendario para los feriantes.