CASTELLÓ. El sector turístico castellonense afronta la temporada 2020 con "mucha preocupación". El motivo es obvio: el "miedo social" que ha despertado la presencia constante del coronavirus en la rutina diaria mundial. Es la secretaria general de Altur Hosbec, Nuria Montes, la que confirma la incertidumbre a la que se enfrentan los empresarios hoteleros castellonenses en una situación "inédita".
No en vano, a las puertas de Semana Santa -que no dan "por perdida" si cambia la situación de alarma social- los empresarios ya perciben una "paralización del ritmo de reservas" e incluso algunas cancelaciones. La mayor parte de estas se han dado por la orden ministerial de hace unos días prohibiendo la celebración de eventos sanitarios, algo que "ya tuvo efectos esa misma tarde", señala.
Por eso, una de las pocas quejas que desde la patronal hotelera castellonense lanzan a la Administración es el "escenario de improvisación" en que se ha instalado a la hora de adoptar medidas. La otra, una mejor "coordinación" cuando tome las decisiones.
La afección de la crisis social derivada del Covid-19 también se percibe en el cambio de tendencia en la llegada de viajeros en el inicio de este año. Mientras en enero más de un 45% de los turistas que realizaron reservas en los hoteles castellonenses procedían del extranjero, el porcentaje se redujo al 18,2% en febrero.
Asimismo, Italia (9,% de los turistas totales) y Corea del Sur (6%) fueron los dos países de procedencia más habituales en el primer mes del año, y ambos prácticamente desaparecen del ranking en febrero, según comenta Montes. Uno fue el primer país europeo con casos de contagio y el otro es fronterizo con China, el origen del virus.
De ahí la preocupación ante un año en que los empresarios esperaban "un verano mejor que el de 2019", cuando se alcanzó un nuevo récord en la llegada de turistas pero en el que se produjo una caída de la rentabilidad alarmante debido al desplome de los precios y a la reducción en la estancia media.
En esta tesitura, y a pesar de lo "complicado de hacer vaticinios", en palabras del presidente de Altur Hosbec, Alexis de Pablo, los hoteleros se aferran a la posibilidad de que remita la alarma social para evitar un nuevo desplome de precios, que en el caso contrario "bajarán en todas las plazas hoteleras, no solo en Castellón".
En el análisis de la temporada pasada, además de incidir en el aumento de la creación de empleo en los hoteles (del 10%) y de plazas, que rozaron casi las 19.000, la patronal turística destaca el peligro de la "hotelización de las viviendas turísticas". Y como ejemplo pone que "más del 80%" de estos apartamentos alquilados a través de plataformas de internet han flexibilizado sus políticas de cancelación, algo habitual en los hoteles; asimismo, las estancias medias de las viviendas de alquiler coinciden con las de los establecimientos hoteleros, "de tres días más o menos", apunta Montes.
Y es que estas plataformas se han convertido en un competidor directo de los hoteles. No en vano, en el estudio se destaca su crecimiento en cuatro localidades turísticas castellonenses (Peñíscola, Oropesa, Benicàssim y la capital), que varía del 18 al 29% en 2019 y, sobre todo, el espectacular incremento de los ingresos, "que aumentan de forma exponencial", señala la secretaria general de Altur Hosbec. No en vano, el año pasado la facturación de estas viviendas turísticas en los cuatro municipios castellonenses creció entre un 43 y un 83%, siendo este el caso de Peñíscola, donde el importe global de las reservas fue de 17 millones de euros.