CASTELLÓ. Los Servicios Sociales de Burriana realizaron, durante el pasado año 2020, un total de 8.573 atenciones de información y orientación a los vecinos y vecinas del municipio, según se desprende de los datos aportados en la memoria de 2020 por el Sistema de Información de Usuarios de Servicios Sociales (SIUSS).
Estos datos suponen un incremento de las atenciones de un 24% respecto al año 2019, cuando se realizaron 6.925. El aumento destaca especialmente en el caso de las acciones con personas mayores, que han pasado de 602 a 1.690 por el seguimiento intensivo que se ha hecho con quienes tienen instalado en sus hogares el servicio de teleayuda de la Diputación.
También es de subrayar la referencia a las asistencias para colectivos en situación de necesidad por riesgos de catástrofe y epidemia, que se dispararon hasta las 421 en 2020 cuando en 2019 no se produjo ninguna atención en esta materia.
Además, al margen de estas 8.573 atenciones gestionadas por los Servicios Sociales municipales, a raíz de la pandemia se empezaron a tramitar otras 468 prestaciones económicas individuales (PEI) de necesidades básicas, al amparo del decreto Covid de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, para paliar las emergencias más perentorias.
Así, a este respecto, de las 624 PEI que se otorgaron en 2019 se pasó en 2020 a un total de 1.121, contabilizando las del decreto Covid, a las que dedicaron 128.200 euros, de los cuales 57.100 fueron financiados por la Generalitat.
De hecho, cabe destacar que durante el confinamiento de marzo y abril de 2020 las atenciones aumentaron considerablemente, y los Servicios Sociales llegaron a sextuplicar las PEI, destinando una media diaria de 1.400 euros frente a los 253 que venían gastando hasta ese momento.
También es significativa la importante función que desarrolló el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) que asistió a más de 100 unidades familiares en un momento en el que la movilidad estaba casi totalmente restringida.
Por otro lado, de la memoria se desprende que se ha acentuado la feminización de estas situaciones, ya que casi 5.000 atenciones han sido a mujeres frente unas 3.600 a hombres. Un hecho que también se puede comprobar en el desglose de datos de las ayudas del programa de emergencia social para ayudas a la vivienda, los suministros o las necesidades básicas, que ha otorgado 416 ayudas a mujeres frente a 237 que han sido para hombres.
La memoria del equipo específico de intervención con infancia y adolescencia de Burriana (EEIIA) indica que durante el pasado año se trabajó con 67 menores en el municipio, con 49 de los cuales ya se trabajaba durante 2019 y a los que se sumaron 18 nuevos a lo largo de 2020.
En total, se contabilizaron 2.045 intervenciones en materia de infancia y adolescencia. Además de los acogimientos familiares y las intervenciones habituales, se habilitó un servicio de apoyo psicológico y atención emocional destinado a la población vulnerable.
La pandemia tuvo claros efectos sobre la atención. Es el caso de las actividades de grupo como la escuela de verano y los campamentos, que no se pudieron organizar. Por ello, las ayudas de comedor escolar fueron sustituidas por prestaciones para la adquisición de productos de primera necesidad.
En materia de Igualdad fueron 93 las mujeres que recibieron atención personalizada en el Ayuntamiento a lo largo de 2020, de las que 75 recibieron atención por cuestiones relacionadas con la violencia de género, con un aumento de las órdenes de protección.
En cuanto al perfil de las mujeres atendidas, se sigue la misma dinámica que en los años anteriores, atendiendo a mujeres de toda condición, origen, edad y nivel socioeducativo, si bien teniendo que destacar dos aspectos en muchos de los casos: una situación de desempleo y el tener hijas e hijos a cargo.
Desde los servicios municipales de igualdad, asimismo, se aborda esta problemática a varios niveles, realizando programas de intervención integral con los servicios sociales, que atienden de forma coordinada.
Además, respecto a los efectos de la pandemia, predomina el problema que supone ante esta situación la falta de recursos de muchas mujeres, que les dificulta en muchos casos poder mantener las entrevistas telemáticas con los centros de la mujer, al tiempo que también se constata la necesidad de dedicar más recursos y esfuerzos a la salud mental.