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denuncian el peso marginal de los museos en gastos directos al arte contemporáneo

Los artistas visuales ponen la lupa en las cuentas de las instituciones culturales valencianas

31/12/2021 - 

VALÈNCIA. ¿Qué hay detrás de las cuentas de las grandes instituciones culturales valencianas? ¿Es oro todo lo que reluce? La asociación Artistes Visuals de València, Alacant i Castelló (AVVAC) ha publicado el informe Problemàtiques, incertesses des d’allò inardvertit a les Arts visuals, realizado por Elena Blanco, en el que estudian algunos de esos presupuestos. El documento se centra en analizar las cuentas de museos y otros organismos públicos para conocer qué tanto por cierto de su presupuesto se dedica directamente a pagar al artista visual en la Comunitat.

Las conclusiones no son muy optimistas, de manera habitual, los análisis de los presupuestos de 2015 a 2019 reflejan que se dedica —de manera habitual— menos de un 10% de los gastos en producción de obras de arte. El informe es especialmente duro con el IVAM, que dedicara tan solo un 3%, o el MACVAC, que sería un 5%. A la contra, la seguridad o el transporte muchas veces más que doblan su peso en estas cuentas. Por eso, se señala: “si desde estos espacios referentes del mundo del arte visual y contemporáneo no se ayuda y se paga de forma adecuada a los artistas, es imposible que el arte contemporáneo valenciano pueda llegar a crecer mínimamente”.

Y continua: “Otros gastos que no tienen que ver con el arte contemporáneo deberían ser reducidos frente al incremento del cobro en exposiciones a los artistas visuales contemporáneos. (…) No se puede olvidar que sin artistas no existe arte”.

Las cifras se repiten en el resto de espacios analizados: el Consorci de Museus dedica un 5% en artistas y comisariado; el MuVIM, un 5,9%, mientras que la gran excepción es el MACA, que dedicaría un 57,7% de su presupuesto a las actividades culturales y estudios y trabajos técnicos. Por otra parte, no se ha podido analizar el gasto del Institut Valencià de Cultura en Castelló, donde gestiona el Museu de Belles Arts y el EACC.

Tras las conclusiones, varias entrevistas con los gestores culturales arrojan algunas respuestas. Por ejemplo, José Luis Pérez Pont, director del Consorci de Museus, que gestiona el Centre del Carme, afirma que “puesto que se trata de exposiciones y actividades en espacios públicos”, las partidas dedicadas al mantenimiento y a la seguridad son “obligatorias y necesarias”, si bien afirma trabajar porque estas vean reducidas su peso. Por su parte, Abel Guarinos, director general del IVC, confirma que la mayoría del gasto en el EACC se dirige a “montaje, arrendamientos, seguro, etc.” que “son servicios necesarios e indispensables de los que no puede desprenderse el museo”.

Más espacios, menos dinamización

El informe también quiere poner el foco en la dinámica de que el aumento generalizado de los presupuestos que se lleva dando desde 2015 no haya servido para dar un giro de timón en esta dinámica de marginalidad en los gastos que llegan directamente a profesionales de las artes visuales. En este sentido, las conclusiones vuelven a ser especialmente duras con el IVAM, que dedicará dos millones de euros en la creación de una subsede en el Parc Central de València, lo que supone “el pago de comisariados en el IVAM durante 24 y casi 4 años de inversión en obras de arte”.

En general, la AVVAC critica que las mayores problemáticas que vive el arte contemporáneo “no resuelven solo con la creación de nuevos espacios ni nuevas exposiciones, sino que hay que invertir en la dinamización para que llegue a todos los lugares posibles de forma adecuada”.

“Los artistas visuales necesitan más ayudas para sus producciones artísticas, ya que se ven desamparados nada más empezar el proceso de creación de una obra. Por tanto, no tiene sentido crear nuevas salas para exposiciones si no hay espacios para la creación de obras, porque esto da como resultado una carencia de nuevos artistas y de obras, un coste de producción muy elevado, una tardanza de creación, y sobre todo, que solo unos pocos artistas visuales puedan permitirse afrontar los gastos de la adquisición de un taller propio o compartido. No se puede invertir en el último proceso como son las exposiciones sin haber invertido en el primer paso que es la creación artística”, concluye.

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