VALÈNCIA. Más de 22.000 estudiantes valencianos se enfrentan a partir de este martes a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU), un examen que ha sufrido múltiples modificaciones de forma y contenido a lo largo del tiempo. En la última década, los cambios han afectado por ejemplo a las asignaturas que componen la prueba, ya que en 2017 se eliminaron materias como Literatura Universal para dejar hueco a otras como Cultura Audiovisual. Sin embargo, ya sea con un nuevo nombre o disciplinas más actuales, hay aspectos de la clásica selectividad que continúan inalterables. Entre ellos, que los alumnos de centros privados obtienen mejores resultados de media que quienes se presentan desde institutos públicos, o que Física y Geología son dos de las asignaturas que más cuesta aprobar.
Así lo revela el análisis estadístico de la PAU realizado por Castellón Plaza a partir de los datos de la Generalitat Valenciana, en el que se contemplan los resultados de esta prueba, tanto en su convocatoria ordinaria como extraordinaria, durante los últimos diez años. De este modo, se observa también que la adaptación de los contenidos por la pandemia, que todavía perdura en este curso a través de un formato de examen que volverá a ser más flexible, se traduce en un pequeño incremento de las notas medias, o que los resultados en alguna universidad valenciana han sido, recientemente, ligeramente superiores a los del resto.
Sobre la tipología de los centros de estudio, nunca ha habido un año en el que, de media, los alumnos de institutos privados hayan obtenido una nota de acceso a la universidad (NAU) inferior a la de los centros públicos o concertados. Ello podría ahondar en la relación entre la renta del hogar y el desempeño académico, como ya se observa en el abandono escolar. De hecho, en el pasado curso académico la NAU media de los colegios privados escaló, según los registros de la Conselleria de Educación, hasta un máximo de 7,666 puntos. Es una cifra superior en más de tres décimas al promedio de los centros públicos, y mejora también la nota arrojada por las instituciones concertadas. En años anteriores, además, la diferencia entre los estudiantes de colegios privados y los jóvenes de la educación pública llegó a estar en 0,4 puntos, como sucedió en 2015.
A su vez, la media de los expedientes de bachillerato de quienes acuden a la PAU desde espacios privados se elevó el año pasado, por primera vez, por encima de 8 sobre 10, y estos alumnos aventajaron también en casi medio punto a los colegios públicos en su desempeño en la fase obligatoria de la PAU. Con todo, conviene señalar que los centros públicos agrupan a siete de cada diez alumnos valencianos que deciden presentarse a la antigua selectividad, mientras que el resto acude a espacios concertados o privados.
Pero el factor económico no es el único que puede influir a la hora de obtener una calificación más elevada en las pruebas de acceso a la universidad. Los datos de la Generalitat muestran asimismo que hay materias más difíciles de aprobar y otras en las que obtener una buena nota es tarea complicada. Así pues, y teniendo en cuenta los resultados de la selectividad valenciana durante la última década, lo habitual es no sacar más de un 6 en Geología o Física, una materia esta última que también es la que menos porcentaje de aprobados presenta desde 2012 (66,3 %). Junto a ella, otras de las que más fácil se suspenden son Matemáticas, ya sean aplicadas o no, Dibujo Técnico, Química o Geografía.
En el pasado curso, no obstante, la asignatura que menor calificación media reportó a los estudiantes fue Historia de la Filosofía, algo que contrasta tanto con su tendencia en la última década como con el aumento generalizado de las notas respecto a los años previos a la pandemia. Solo Filosofía, junto a Artes Escénicas y Francés, arrojaron en los exámenes de 2021 un resultado peor al promedio de los últimos diez años.
En general, todas las disciplinas vinculadas a los bachilleratos de ciencias, como por ejemplo Biología, tienen una relación de aprobados y una nota inferior a la media global de todas las asignaturas que componen la PAU. En el lado opuesto, las materias que tradicionalmente mejor rendimiento ofrecen a los estudiantes son las tres lenguas extranjeras de las que es posible examinarse más allá del inglés: alemán, francés e italiano. Ello podría explicarse por el reducido número de alumnos que las cursan, ya que podría significar que quienes se presentan tienen un conocimiento del idioma muy avanzado. En 2021, la nota media más elevada la obtuvo francés con un 7,667, una disciplina que además posee el mayor porcentaje de aprobados en la última década, con un 95,4 %.
En términos generales, el desempeño de los estudiantes en la conocida como selectividad ha ido mejorando a lo largo del tiempo, aunque en los últimos años las notas se han incrementado con mayor rapidez en unas universidades que en otras. Es el caso de la Universidad Miguel Hernández de Alicante (UMH), donde desde 2017 se obtienen las notas de acceso a la universidad más elevadas y también las medias más altas de la fase general de la PAU. Por el contrario, y sin salir de la provincia, la Universidad de Alicante es la que arroja las calificaciones más bajas, aunque en el pasado curso la diferencia entre ambas instituciones era tan solo de dos décimas.
Tras la UMH, la Universidad de Valencia (UV) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ofrecen, tanto en 2021 como en el promedio de la última década, datos casi idénticos, siendo estos dos centros además los que más estudiantes albergan cada año durante la realización de la PAU. Mientras, la Universitat Jaume I de Castelló se sitúa por delante de la UA con una NAU de 7,302 el pasado año y de 6,963 de media desde 2012.
Por último, también es habitual que el número de estudiantes que se presentan cada curso a las pruebas de selectividad crezca progresivamente. En el último lustro, los alumnos que se enfrentan a estos exámenes han crecido casi un 21 %, una situación en la que también podría haber tenido algo que ver la pandemia. De hecho, las inscripciones para la PAU, que se tramitan en mayo, se incrementaron de forma notable en 2020. Además, la caída del abandono escolar y la voluntad de los jóvenes de continuar con sus estudios más allá de la educación elemental, también podrían influir en el aumento de la afluencia en la selectividad valenciana.