VALÈNCIA. Fue en 2016 cuando el President de la Generalitat, Ximo Puig, visitó La Habana, un viaje de vuelta que hizo con un pan bajo el brazo. El más goloso en materia cultural, el anuncio de que el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba cedería la colección de 32 pinturas de Joaquín Sorolla que exhibe para una exposición en València. Tres años después, ya en 2019, una comisión capitaneada por la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, y la responsable del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, Gemma Contreras, viajó a la capital cubana para comprobar el estado de conservación de las obras, una segunda expedición que, sin embargo, concluyó sin anuncios. Más de un lustro ha pasado del primer viaje y todavía no se ha hecho público el calendario sobre la llegada de los Sorolla, un proyecto que, sin embargo, ya empieza a concretarse de puertas para adentro.
El contexto no es ningún misterio. 2023 será el Año Sorolla –además de año de elecciones- un curso en el que las distintas administraciones pondrán la alfombra roja, como lo han hecho en los últimos meses con Berlanga, para celebrar al genio valenciano, un programa en el que ya se está trabajando y que tiene como uno de sus principales objetivos la llegada de los cuadros de Cuba. “Si no hubiera llegado la pandemia seguramente hubieran venido en el 2020, pero el coronavirus lo paró todo”, explica la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga, preguntada por este diario al respecto. Con la pandemia cada vez más lejos, la cesión de los cuadros a València está ahora más cerca, algo en lo que ya está trabajando la administración autonómica de la mano del museo cubano, con el que ya se habría concretado una relación de los cuadros que podrían viajar a Europa en 2023, puesto que “algunos de ellos no son itinerables porque está judicializados”.
Esta última cuestión no es baladí y tiene una consecuencia directa con el proyecto, y es que si Puig hablaba hace algunos años de traer una treintena de piezas, este listado se podría ver sensiblemente reducido, pues finalmente es el viaje de una decena las piezas lo que está sobre la mesa. Sería en última instancia el Museo de Bellas Artes de València el encargado de gestionar las obras y de generar la exposición vinculada a las mismas, un listado que ya se está concretando y entre las que se incluye Estudio de barcas (1908), Bueyes arreando barcas (1909) o Pescadoras valencianas (1908), entre otros. A pesar de que “inicialmente trabajamos en que viniesen veinte piezas”, explica Amoraga, finalmente se habría descartado la visita de otras obras de artistas valencianos incluidas en los fondos del museo cubano, que inicialmente estaban previstas en el viaje a València, de artistas como Cecilio Pla, José Mongrell o Manuel Benedito Vives.
Esta no es la primera vez que algunos de los Sorolla que custodia el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba visitan València, pues ya se pudieron ver en el año 1986 en la exposición Los Sorolla de la Habana, que se inauguró en el Centre Cultural de la Caixa d’Estalvis de València, la actual sede de la Fundación Bancaja, espacio que más atención ha dado al autor en los últimos años con numerosos proyectos expositivos. Cabe recordar que la historia de Sorolla con los museos valencianos es un tanto irregular. Fue en 2019 cuando el Museo de Bellas Artes de València cerró su sala dedicada al pintor, un cambio que convivió con otro anuncio de Ximo Puig, en este caso la intención de generar un Museo Sorolla en València. De este último proyecto, sin embargo, no hay nada más que las declaraciones.