CALLE LIBERTAD / OPINIÓN

Los súper-pagadores

6/04/2022 - 

Tradicionalmente, los españoles nos hemos considerado de “clase media”. Y tú ¿qué eres? Pues yo, gente corriente, trabajadora; ya sabes, de clase media. Esta era la respuesta más común y aglutinadora del status social español que vivió su máximo esplendor en los años 80 y 90. Un cajón de sastre en el que nos incluíamos todos los que no dormimos debajo de un puente -a nadie le gusta decir que es pobre-, pero que tampoco tenemos un avión privado esperándonos en la puerta.

Si hoy saliéramos a hacer una encuesta y preguntásemos a la gente sobre la clase social a la que pertenecen, seguramente una de las respuestas más escuchadas sería “soy de esos que no llega a fin de mes”.

Que la clase media está en franco repliegue no es ninguna sorpresa. Tras el estallido de la crisis financiera de 2007, y como consecuencia de ella, entre 2010 y 2014 se sufrió un shock nunca visto en 40 años y una parte importante de la clase media-baja se deslizó hacia la clase baja, desde donde no han sido capaces de volver a subir. En España el caso es paradigmático, porque no hay otro país donde la distancia entre los más ricos y los más pobres se haya agrandado más desde 2008. Según Caixa Bank Research, este estrato de la sociedad española es ya hoy menos del 60% de la población de España.

La clase media española se ha convertido en un conjunto de irreductibles españoles que en Ciudadanos llamamos “súper-pagadores”, un grupo de familias y trabajadores que ha pasado de ser el motor de desarrollo y cohesión política y social de nuestro país a ser ignorado y maltratado por no contar con una etiqueta clara que lo defina. Por ser, en definitiva, un colectivo heterogéneo e integrador en un mundo que favorece los privilegios y los agravios en función de la identidad.

Los súper-pagadores son esos millones de españoles a los que siempre les ha tocado pagar, que pagan cada día más y que nunca reciben nada. Que contribuyen a ese bien social que supone tener hijos potenciando la natalidad, que trabajan en silencio y pagan sus impuestos religiosamente, pero se quedan fuera de todas las ayudas porque están un poquito por encima del listón. Esos que pagan para que los demás tengan derechos, pero que nunca tienen derecho a nada.

¿Te sientes identificado? Bienvenido, eres un súper pagador más. Uno de los nuestros, de los que, con la subida del precio de la luz ves cómo al mes se te van unos 90€ de media (y subiendo), pero no cumples los requisitos para acogerte al bono social, pese a que sufragas el bono social con tus impuestos. Uno de esos que trabajan de sol a sol y tienen que pagar una guardería para sus hijos, pero no reciben una de las plazas gratis que ofrece el Gobierno –con tu dinero. Serás de esos que ven que con su sueldo no pueden afrontar el pago de la entrada de una casa para poder independizarte y empezar un proyecto de vida, pero tampoco pueden acceder a las viviendas de protección oficial. Uno de esos que tiene que coger el coche cada día para ir a trabajar y estás pagando a 2 euros el litro de gasolina, pero que no te puedes permitir el desembolso de un coche eléctrico ni tienes derecho a descuentos en transporte.

En definitiva, tú eres un súper-pagador, un cero-cobrador, un nada-receptor. Uno de esos españoles que cobra un poco más de lo que el Gobierno considera cobrar poco, y que, sin embargo, está por debajo de lo necesario para llegar a final de mes. Eres uno de esos trabajadores libre e insobornable, a los que no pueden comprar y por eso ni lo intentan. Lo único que quieres de los políticos es que no te suban los impuestos ni te hagan la vida imposible.

Para ti, súper-pagador, llevamos meses exigiendo al Gobierno de Sánchez y al Consell de Puig que no se olviden de vosotros.

Los liberales luchamos por ti, para que se actualicen las tablas del IRPF (también el tramo autonómico) a la inflación y que puedas respirar.

Defendemos el Estado del Bienestar, por supuesto, pero pedimos que se busque le eficiencia del gasto público –especialmente el político, con asesores, el Falcon y los ministerios florero- ya que, como señala el último trabajo publicado del IEE, es posible mejorar la eficiencia del gasto público en nuestro país en hasta 60.000 MM, ofreciendo el mismo nivel de servicios públicos. Al decir del informe, con esta mejora podría llegarse a la necesaria consolidación fiscal sin necesidad de recurrir a subidas de impuestos.

Y que se acometan reformas estructurales con ambición, todas esas que en 30 años no se han hecho porque ni PP ni PSOE han querido, para que la clase media vuelva a recuperar el poder adquisitivo que tuvo, para mejorar la productividad y con ella los salarios, el sistema educativo, reformular el gasto público adelgazando la administración, redefinir la sostenibilidad de las pensiones y la solidaridad intergeneracional.

Porque tú, súper-pagador, sí lo vales.

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