VALÈNCIA. ¿Sería posible modernizar la poesía de Vicent Andrés Estellés? Tal vez sí, puede que dándole un toque y una lectura arriesgada a sus versos, un reto que la editorial Peu de mosca busca superar con La clau que obri tots els panys, un poemario ilustrado por la artista valenciana Clara-Iris que llega justo a tiempo para el Cent d'Estellés, y que busca acercar al poeta valenciano a nuevos públicos. Para ello Clara-Iris dibuja a Estellés rodeado de colores neones, de bicicletas, animales y figuras imposibles que sirven como diálogo entre sus poemas.
Para los editores, Eduard Arnal y Quim Pallarès, el reto con La clau que obri tots els panys está en mostrar una nueva versión de Estellés, que se salga de “todo lo que ya se conoce” y que pueda dar una nueva lectura a su figura. “Queríamos hacer el sueño realidad de darle forma a los poemas de Estellés de una manera lúdica, queríamos mimar sus textos para su centenario”, apunta Pallarès, que ve los resultados de su trabajo tras un año y medio de trabajo. “Buscamos recuperar su obra y acercarla a nuevos públicos. Queremos darle ese toque propio y de diseño que mantiene a la poesía inmortal”, apunta Arnal.
Como curiosidad, este proyecto casi no sale adelante, Arnal y Pallarès tenían clarísimo desde el principio que querían que fuera Clara-Iris quien ilustrara los poemas de Estellés, pero recibió el correo como “spam”. Menos mal que a la artista se le ocurrió revisar la cuenta, y pudo ver la propuesta y dar el sí final, con el que comenzó a trabajar en la obra desde una aproximación única y con nuevos lenguajes.
Para ello, La clau que obri els tres panys, se divide en tres colores: naranja, morado y amarillo, que en tono neón marcan la división entre los tres libros que componen el poemario: Llibre 1, Llibre d’exilis i Llibre corromput. Para traducir esto al lenguaje del diseño, Clara-Iris busca fragmentar los versos de Estellés y "redondearlos" en el dibujo: “Voy saltando de poema en poema y de idea en idea, la idea era poder separar algunos fragmentos y ver que podía aportar en ellos. Lo que quería era mostrar su poesía desde otro acercamiento, uno más de riesgo y que sintetiza lo que leo”, destaca Clara-Iris, quien confiesa que a veces era imposible ampliar algunos versos porque ya estaba “todo dicho”.
Desde Peu de mosca tienen claro que el reto con este libro es poder darle una nueva forma a la poesía universal de Estellés, conseguir hacer una relectura que resultara interesante tanto a quienes ya conocen al poeta como a quienes nunca le han leído: “Queremos que se pueda redescubrir a Estellés de otra forma, poder hablar con él a través de las imágenes. Los lectores nos han dicho que las ilustraciones les ayudan a comprender sus poemas y que no interrumpen la lectura, que juegan con el texto y que les sirve para acercarse mejor a los textos”, señala Pallarès. Con motivo de “divertirse con los textos” Arnal apunta que intentan comprender la poesía como un producto de entretenimiento con el que poder experimentar.
Lo hacen comprendiendo su visión por el mundo, aunque hable de “tristeza, incertidumbre y el exilio”, conceptos que cobran una nueva vida con la ilustración. Para Clara-Iris la manera de hacerlo es el diálogo, añadir un texto que le haga mantener una conversación con el autor y que le sirve para “hablar con él en imágenes”, un trabajo que se resuelve en ilustraciones de caballos, bicicletas en las que su cabeza sirve como faro y hasta carpetas archivadoras con ojos que todo lo ven. Entre estas imágenes psicodélicas los versos de Estellés se prestan a una nueva lectura que se hace desde el diseño, con mucho cariño y una cuidada edición que casi no llega a suceder por culpa de un correo desviado. Una relectura que sirve para celebrar su centenario y que ayuda a que los nuevos lectores le conozcan desde otro prisma, entre colores y dibujos únicos.