VALÈNCIA. En el atletismo, como en todo, siempre ha habido clases. Y, durante años, los que practicaban las pruebas combinadas -el decatlón, el heptatlón y el pentatlón- eran como una especie de marginados bajo el estúpido pretexto de que estaba reservado para aquellos que no eran buenos en ninguna prueba. Eso es falso, claro, y hay muchos ejemplos. Es más, en muchos países son considerados como la élite del atletismo porque lo ven al revés: nadie más que ellos son capaces de ser buenos en varias pruebas diferentes.
Los entrenadores españoles se acabaron acostumbrando a ser el vagón de cola del atletismo español y optaron por centrarse en su pasión y olvidarse de su repercusión. No hay casi ningún entrenador español que esté en esto por el 'show business'. La mayoría entrena en su rincón del país con devoción y sin esperar nada a cambio.
En Castellón sabe mucho de eso Manoli Alonso, que lleva 35 años dedicada a sacar a algunos de los mejores decatletas y heptatletas nacionales. Manoli fue una de las mejores mediofondistas que salieron de Castellón y puede ser que aún conserve algún récord provincial en 800 o 1.500. Después se convirtió en entrenadora y estuvo casada con Paco Miralles, uno de los fundadores, junto a Pepe Ortuño, que fue su entrenador durante trece años, del Club Atletismo Castellón, el actual Playas de Castellón, uno de los mejores clubes españoles de todos los tiempos.
El sistema de trabajo en este equipo se basa en tener un técnico especializado en cada uno de los sectores: velocidad, mediofondo y fondo, saltos, lanzamientos, marcha... Y cuando llegó Manoli Alonso quedaban libres las pruebas combinadas. Al principio recibió ayuda de sus compañeros y de Pepe Campos, una institución en València. Pero con el tiempo se ha convertido en la mejor entrenadora de España en su rama y es ella quien no tiene problema en ayudar a otros.
Esta entrenadora paciente y sabia había entrenado a algunas de las mejores heptatletas de la historia, como María Peinado o Bárbara Hernando, y con ellas y Agustí Félix, que decidió manchar su historial, se forjó un prestigio. Pero Manoli no ha dejado de crecer como entrenadora y en los últimos años ha comenzado a sacar a 'combineros' que apuntan muy alto y que apuntalan su reputación como gran entrenadora.
Hace cinco días, en Salamanca, Manoli Alonso se abrazaba a sus atletas en la pista. Casi todos salían por la puerta grande. Jorge Dávila se proclamó campeón de España sub23 con un nuevo récord de los campeonatos. Andreu Boix, que volvía después de superar una grave lesión, era segundo. Óscar Andrés Bou, cuarto. Un éxito rotundo.
Este fin de semana vuelven a la carga. Dávila y Bou repiten en el Campeonato de España absoluto. Y salen a la escena sus dos chicas: Claudia Conte, la segunda mejor de la historia del pentatlón en España, que intentará disputarle el título a la gran María Vicente, y Carmen Ramos, con menos opciones pero que ya fue campeona en 2018 y que luchará por la medalla de bronce.
Y hay más.
"Somos dieciocho en el grupo", advierte Carmen Ramos, que lleva ocho años con ella y que suplica que no cuente que los atletas han formado un grupo que se llama Noli Team "contra su voluntad". Pero seguro que no se enfada. Manoli podría impartir un 'máster' sobre cómo lidiar con jóvenes y adolescentes, en aguantar sus cambios de humor, sus malos días, sus modas, como la de no contestar los mensajes con la excusa, móvil en mano, de que no lo han visto. Y más cosas. Ellos lo saben y, en el fondo, aunque igual no lo verbalicen, se lo agradecen. "Yo, todo lo que he conseguido, además de por mi esfuerzo, ha sido gracias a ella", expone Carmen.
Claudia Conte y ella no conectaron mucho al principio, pero, pasados los años, han acabado encajando. El pasado verano fueron juntas a Tallin (Estonia) para disputar el Campeonato de Europa sub23. Unos días antes, la atleta había logrado una grandísima marca con la jabalina, pero cuando llegó esta prueba en el heptatlón del Europeo, se atascó. A Manoli casi le da algo, pero Conte lo salvó en el último lanzamiento. Después de tanta tensión, ambas se abrazaron emocionadas y con lágrimas en los ojos. Conte acabó colgándose la medalla de plata.
"Manoli tiene, fundamentalmente, dos cosas muy buenas. La primera es su implicación; las horas que pasa en la pista atendiendo a todos sus atletas. Y la segunda es que es muy buena planificadora. Siempre llegas perfecta al día que tienes que estar perfecta", expone Conte.
Hace dos años, cuando llegó el confinamiento, Manoli llamó a todos sus atletas. Uno por uno. Primero les preguntó cómo estaban y después quiso saber qué tenían a mano para entrenar: gomas, escaleras, garrafas de agua... Y así, con esa información, preparó un plan de urgencia individualizado.
Ramos, una veterana a su lado, tiene claro que es la mejor entrenadora de España y una de las mejores en el ámbito internacional. "Domina desde las categorías inferiores hasta la absoluta. Te coge de niña y te convierte en una adulta. Y no hay otra que te prepare tan bien. Llegas perfecta al día de la competición. Ni un día antes ni un día después". La excampeona de España no solo la aprecia como entrenadora, también como esa compañera que siempre está cuando la necesitas. "Para mí es como una segunda madre. Siempre está. Es una persona muy amable que se preocupa mucho por la gente. Es muy buena gente. A mí me ha ayudado mucho y me ha aguantado en los momentos más oscuros, que los ha habido".
El atletismo parece que empieza a dejar de orillar a los atletas de pruebas combinadas. Esto es, imagino, porque han salido dos especialistas, el alicantino Jorge Ureña y la catalana María Vicente, que están logrando éxitos importantísimos que han puesto en valor este sector. Pero Manoli, como muchos otros entrenadores, se han forjado en el estoicismo.
Manoli tiene dos hijos, Alba y Manel. Los dos han mamado el atletismo en casa desde niños y ambos han acabado convirtiéndose en entrenadores. Ella empieza a formar a los de combinadas antes de que pasen con su madre y él, buen pertiguista que ha llegado a ser medallista en Campeonatos de España, ha comenzado a llenar las competiciones de categorías inferiores de pertiguistas de Castellón. Ese es también el legado de Manoli, la entrenadora silenciosa.
