CASTELLÓ (EFE).- La alcaldesa de Azuébar, Jessica Miravete, ha confirmado que de momento se mantiene "por prudencia" el desalojo de los vecinos de la localidad, producido esta madrugada ante la cercanía del fuego del incendio forestal declarado a última hora de sábado en el término municipal.
Ha explicado a los periodistas que el municipio tiene censados 310 vecinos pero que en los meses de verano la población aumenta a unos 600 y que en estos cuatro últimos días eran las fiestas patronales que, aunque no se han celebrado como tal por la pandemia, sí que ha habido actos "lo que ha hecho que aumente la población".
Miravete ha explicado que el municipio sigue vacío y en estos momentos hay 115 vecinos en un salón de la vecina localidad de Soneja donde están siendo atendidos y donde han pasado la noche medio centenar.
"La cantidad exacta es complicada de establecer porque ha ido fluctuando a lo largo de la noche", ha dicho la alcaldesa, que ha recordado que la localidad se evacuó a las 3.30 horas de la madrugada y que los vecinos que no pudieron ir a casa de familiares y amigos fueron a Sot de Ferrer y Soneja.
Así mismo, ha detallado que sobre las 23.30 horas, ante la situación que ser preveía por el incendio, se pusieron en contacto con los vecinos "para que estuvieran alerta durante la noche y prepararan una pequeña bolsa por si tenían que ser evacuados y en torno a las 3.30 horas nos dieron el parte de que tenían que ser evacuados". "Todo se produjo muy rápido y en menos de 10 ó 15 minutos estaba todo el pueblo desalojado", ha asegurado.
Miravete ha sostenido que "se va a optar por la prudencia y mantener el desalojo de la población" por si hay un posible cambio en la dirección del aire que "dificultaría el control del fuego y si se produjese como está previsto, que es un cambio de 180 grados, puede hacer que las llamas se acerquen de nuevo a la población".
El director técnico del Puesto de Mando Avanzado, Pablo Vilagarcés, ha explicado que más de 200 efectivos y picos de 18 medios aéreos trabajan "para frenar el riesgo de propagación" a la zona de La Mosquera, lugar emblemático del parque natural de la Sierra de Espadán.
Ha explicado que "hay cuatro kilómetros de frente de llamas" y que, aunque todavía se están haciendo los cálculos de hectáreas afectadas, "seguro que son más de 400".
"Hemos tenido un cambio de viento y ahora sobre las cinco se espera que tire de sureste, que es un viento húmedo que viene del mar, ni mejor ni peor, pero se alinea con los barrancos. Además hay previsiones de tormentas y eso es una dificultad añadida a la extinción incendio", ha señalado.
Vilagarcés ha recordado el complicado trabajo que han tenido durante la noche: "Estuvimos a punto de cerrarlo por treinta metros en ese momento justo cambió el aire a viento de poniente fortísimo con temperaturas elevadísimas de 40 grados y se complicó todo y no pudimos hacernos con él".