VALÈNCIA. El exfutbolista del Valencia CF y campeón del mundo con la selección española, Carlos Marchena, ha pasado por los micrófonos del podcast Voces de Leyenda para recordar su paso por el combinado nacional y sus vivencias durante la consecución del Campeonato del Mundo en Sudáfrica 2010.
"Me llamaron por primera vez para la selección sub-20. Luego tuve más presencia. En las categorías inferiores no iba citado ni a la selección sevillana. Entrené una vez y ya no me llamaron. No les debí gustar (risas)".
"Por aquel momento el Sevilla estaba mal, venía un descenso y la situación era complicada. Yo estaba en el juvenil y fue pasar de ahí al primer equipo".
"Era una buena generación. Mucho talento. Íbamos con mucha ilusión, pero el primer partido contra Brasil de Ronaldinho que no era tan conocido porque no es como ahora. Recuerdo que cogió la pelota y dijimos ostras... Tenía jugadores muy buenos, pero les ganamos. Pensamos si hemos ganado a Brasil... está bien la cosa. Fuimos dando pasos en el torneo".
"Nos pusimos 2-0 y tuvimos un penalti a favor... No cerramos el partido, nos expulsaron a un jugador y nos empataron. Nos quedamos con 9 en la prórroga y caímos en los penaltis. Una pena, pero hicimos un buen torneo. Es una experiencia que no pueden vivir muchos futbolistas".
"Recuerdo que tenía mucho dolor en la cadera aquel día. Tenía un golpe y en el descanso tuve que pedir el cambio al míster. Jugué el primer tiempo, pero casi no podía pisar y tuve que solicitar la sustitución al descanso. Con la entrada de Iñaki Sáez se empezó a llamar a gente que había estado con él en las categorías inferiores. Nos conocía bien y verte con él en la absoluta era una alegría".
"Estoy en una mesa con jugadores como Garrincha, Xavi, Zidane... unos fenómenos. Es una anécdota. Muy agradecido a todos los compañeros que he tenido en la selección. No era algo en lo que estaba pendiente cuando jugaba. Siempre he tenido la perspectiva de ser un equipo".
"Empezamos bien y acabamos perdiendo con Portugal y nuestro grupo acabó siendo la final. En torneos cortos no puedes cometer errores y nos fuimos para casa. Fue duro porque habían muchas esperanzas".
"Fuimos con muchas dudas al Mundial de 2006. Había expectativas y dudas porque la clasificación no fue buena. No éramos favoritos y el equipo aún no estaba tan hecho como Luis tenía en su cabeza. Ese Mundial nos sirvió para lo que vino después. El día de Francia había mucha euforia... se decía que estaba retirada y que no tenían nada que hacer contra nosotros, pero ellos tenían mucho talento y nos mandaron para casa. Caer eliminado en un Mundial es frustrante porque hay mucho trabajo detrás".
"Esa temporada jugué la mayoría de los partidos con un problema en el tobillo. Afortunadamente encontramos la solución porque no habría podido disfrutar de la Eurocopa. Hubo un momento en el que se dudaba de todo, pero Luis Aragonés siempre me defendió. Luis Aragonés era un genio, especial y diferente".
"Nuestra llegada a la Eurocopa vino acompañada de mucha ilusión. Recuerdo que dijimos vamos a disfrutar y vamos a jugar de una forma que el entrenador entendía. Éramos un grupo de chavales muy normales y que encima éramos amigos. Luis nos hacía pensar que volábamos y que aunque el rival era bueno, nosotros podíamos ser mejor. Encontrar ese equilibrio era difícil de encontrar y Aragonés lo hizo. Esa Eurocopa llegó en un momento difícil para el país y tener una alegría de ese calibre fue un orgullo para todos".
"Era un campeonato extraño, no lo conocíamos mucho y no daba sensación de gran cita. La cabeza estaba en el Mundial y no nos sonaba a un gran evento".
"Consiguió dar su sello a un equipo de éxito sin grandes cambios. Fue aplicando poco a poco su idea sin revolucionar en exceso. En ese Mundial jugué menos con la llegada de Piqué. El partido de Suiza fue extraño perderlo. Así es el fútbol. Seguimos en la misma línea aunque fuese un varapalo para la gente".
"La final pesaba mucho. El jugador está inmerso en un grupo y estaba más al margen del revuelo que se vivía en el país. Eras consciente de que podías salir en la foto para mal. Caer en un sitio en el que hay depositadas tantas esperanzas era difícil. Estuvimos cerca entre nosotros porque estábamos acojonados. Si ves que Silva, Iniesta o Casillas estaban tranquilos... te sentías arropado. Me siento tan campeón del mundo como de Europa. Y eso que jugué menos en el Mundial. Un equipo somos todos. No soy de celebrar mucho, pero en esa celebración me puse a llorar al llamar a mi madre. No aparezco en la foto de la celebración por eso, me liberé con ella. Fue un sentimiento que me hizo flotar porque hicimos muy feliz a un país. Fue la bomba".