Marco interpreta la entrada de sus ediles en el nuevo PSPV como un aval a su gestión de Castelló 

CASTELLÓ. La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, ha mostrado su satisfacción respecto del nombramiento de varios de sus ediles en la nueva ejecutiva aprobada el sábado en el cuarto congreso del PSPV. 

Según fuentes cercanas a la máxima autoridad de Castelló, la alcaldesa vincula el nombramiento de sus concejales como un reconocimiento a la gestión que el PSPV está haciendo de la ciudad. No en vano, el nuevo secretario general, Samuel Falomir, ha integrado en su ejecutiva a cinco concejales del Grupo Municipal Socialista lo que, según las mismas fuentes, supondría un espaldarazo al modelo de gestión que está realizando el PSPV en la capital de la Plana desde 2015. David Donate, Isabel Granero, Jorge Ribes son nombres destacados de la nueva ejecutiva provincial.

Es más, a estas incorporaciones hay que sumar las de José Luis López; portavoz del PSPV y edil muy cercano a Marco; en la ejecutiva de País, así como la de la propia alcaldesa en el organigrama federal de Pedro Sánchez lo que "demuestra el peso específico de su equipo en los órganos de dirección del partido a todos los niveles", aseguran.

Además, fuentes cercanas a Marco advierten que el objetivo del PSPV de la capital es la "unidad" para "seguir sumando alcaldías" y poder revalidar el gobierno de la Diputación. Una idea que fue defendida el sábado por Marco en su intervención en el cónclave en Benicarló en la que aseguró que "en Castelló hemos sido testigos de lo que supone tener una Diputación gobernando en contra del Ayuntamiento", en referencia a su coincidencia como alcaldesa con la última legislatura del PP en la plaza de las Aulas.

Sin embargo, en el congreso del PSPV fueron muchas las voces que señalaron a la alcaldesa de Castelló, ya que aseguran que no estuvo de acuerdo con la elección de varios de los nombres que han aparecido en la nueva ejecutiva, puesto que muchos de ellos han marcado distancias con Marco en los últimos tiempos. De hecho, vinculan la abstención del 30% a la ejecutiva a este malestar de la capital. Un extremo que descartan desde el entorno de la alcaldesa.