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la psicóloga presenta su primera novela, 'mujeres que arden'

María Esclapez: "Ser bruja en el siglo XVI era ser una mujer adelantada a su tiempo"

La psicóloga presenta su primera novela el martes 9 de abril, a las 19:00 horas, en la librería 80 Mundos de Alicante.

7/04/2024 - 

CASTELLÓ. Viene del mundo de la psicología. En el ámbito de las letras la respaldan libros de autoayuda, pero es ahora cuando ha decidido lanzarse con su primera novela. Mujeres que arden (Ediciones B, 2024) es el debut novelesco de María Esclapez, la psicóloga ilicitana que ha conseguido llegar a un público masivo con su trabajo. Tanto que en Instagram atesora cerca del medio millón de seguidores (481.000) y en su estantería literaria, cinco libros de los que es autora, siendo el más conocido hasta el momento Me quiero, te quiero. Ahora se zambulle en las historias de ficción, eso sí, sin olvidar la parte psicológica y tratando las relaciones tóxicas y la resiliencia. El martes 9 de abril, a las 19:00 horas, presenta su ópera prima en la librería 80 Mundos de Alicante, motivo por el cual este diario habla con la profesional de la psicología.

- Después de varios libros de psicología, Mujeres que arden es tu primera novela. ¿Cómo es que decidiste dar este salto?

- Cuando terminé de escribir Me quiero, te quiero, tenía la sensación de querer seguir escribiendo sobre el mismo tema (abusos emocionales, manipulación…). Pero me apetecía contarlo a través del ejemplo, aunque sin poner ejemplos. Pensé que era buena opción hacerlo a través de personajes de novela, que van con su mochila emocional y son complejos. Me encanta meterme en jardines, ¿por qué iba a ser diferente en esta ocasión?

- ¿Podría decirse, entonces, que la novela es un ejemplo práctico de una sesión de terapia? Es una chica que se da cuenta de que tiene una relación tóxica, una ciudad que la asfixia, un trabajo que la consume… Son temas recurrentes por los que la gente acude al psicólogo.

- Terapia no hay dentro del libro. Quería que la gente se pudiera sentir reflejada con Eleonor, la protagonista, con su historia, con su expareja -o no, porque con estas relaciones nunca se sabe si sigues o si lo has dejado-, con las historias que suceden entre ellos dos, los pensamientos… Sin olvidarnos de una red tan importante como las amistades, en este caso representada a través de Susana y de conversaciones con ella en las que le da pistas que quizás no tiene una relación sana.

- ¿Dirías que la novela es un destino o es un proceso? Es decir, ¿importa si la protagonista logra encauzar su vida o importa más cómo lo hace?

- Un poco de las dos. Con Eleonor quería reforzar la idea de renacer de las cecinas y salir adelante; la resiliencia. Ella se va de su lugar y empieza de cero para volver a conectar con su esencia. Es ahí cuando empieza su introspección y encuentra un camino, no para toda la vida, sino para cómo se siente en ese momento con todo lo que ha vivido. Importa el proceso, pero también por dónde quiere seguir tras ese bloqueo.

- Por lo que cuentas, la novela tiene un aspecto de resiliencia desde el feminismo. ¿Querías plasmar esa mirada de género?

- Sí, en los dos siglos, porque está escrita de manera paralela en el siglo XVI y en el XXI. Y en ambos buscaba reflejar perspectiva de género y crítica. Quise plasmar el concepto de "ser bruja" en el siglo XVI: esas mujeres que hacían conjuros para envenenar, para el enamoramiento... Pero visto desde la actualidad, ser bruja era ser una mujer adelantada a la época, una mujer que no quería seguir con los estereotipos marcados y que incluso se cuestionaba el sistema. Es decir, se salían de la norma y las veían como personas raritas por envidia, celos, miedo… a pesar de que muchas se dedicaban a ayudar. Entonces me planteé cómo serían los comentarios de algo similar en el siglo XXI.

Efectivamente, las reacciones eran parecidas. Muestra de ello es el caso de Jennifer Hermoso y Luis Rubiales. Cuando sucedió, yo ya había terminado de escribir un libro y, había incluido un capítulo de un juicio en el siglo XVI. Los comentarios que había reflejado eran muy parecidos a los del caso Rubiales. La esencia del machismo y la misoginia sigue.

-  Dejando a un lado la parte psicológica y atendiendo a la historia de la novela, ¿cómo ha sido el proceso de creación?

- Fácil porque sabía lo que quería, pero difícil por los detalles y las complejidades. Tenía muchos cabos por atar y me esmeraba en crear personajes que cumplieran con el rol exacto para expresar lo que quería. Además, para ubicar a los personajes, quería generar una historia que fuera entretenida y adictiva, por lo que metí un rollito de misterio y la basé en hechos históricos y en el arte de Toledo. Eso ha sido difícil. También la parte de buscar bibliografía y fuentes fiables para la historia. Yo siempre la he buscado en la psicología, entonces, igual que lo respeto en psicología, lo respeto en historia.

- Mujeres que arden se publicó el 7 de marzo. ¿Qué tal está siendo la acogida del público?

- Muy buena. Tenía un poco de miedo por el cambio y la posible desubicación del público, pero se me pasó rápidamente porque hubo gente que confió y quiso leerlo. Y he llegado a público nuevo, gente que quizás no estaba interesada en coger un libro de autoayuda, pero que a través de la novela me ha confesado que ha aprendido mogollón de cosas.

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