ALICANTE. El Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA) acogía este jueves la celebración de la 29ª edición del premio Azorín de novela que cada año entrega la Diputación de Alicante y Editorial Planeta, que en esta ocasión ha recaído en la escritora María Zaragoza Hidalgo (Madrid, 1982) con la novela La biblioteca de fuego. Autora de novelas y libros de relatos, así como guiones y textos dramáticos, ha escrito novelas como Un candidato para el fin del mundo (2019), Los alemanes se vuelan la cabeza por amor (2011) o Dicen que estás muerta (2010). Ahora se alza como ganadora del Premio Azorín, un galardón para el que competía bajo el pseudónimo de Genoveva Villar, con un texto que llevaba como título inicial Castigo de fuego.
Se trata de una novela histórica que está protagonizada por una funcionaria de la Biblioteca Nacional que asume el encargo de salvar de la quema los libros condenados al olvido por el bando ganador de la Guerra Civil Española. La protagonista debe crear así una 'biblioteca invisible' llegando incluso a jugarse la vida por las convulsas calles de Madrid. "Es un canto de amor a la gente que en los momentos difíciles cree que la cultura es lo primero y decide apostar por ella", afirmó Zaragoza cuando subió a por el premio. "Un homenaje a la gente que trató de rescatar el patrimonio artístico durante la Guerra Civil", añadió.
La noche comenzaba con la música de la orquesta ADDA Sinfónica que, bajo la dirección de Josep Vicent, interpretó la Sinfonía Nº 1 Clásica del soviético Sergei Prokofiev, en una ceremonia que conducía la periodista Angie Rigueiro. El nombre de la autora madrileña salía a relucir más tarde, cuando los miembros del jurado subían al escenario para desvelar el veredicto. Un equipo de valoración compuesto por los escritores Juan Eslava Galán, Reyes Calderón y Luz Gabás; además de Cristina Llorens, bibliotecaria de la Escuela Europea; Juanjo Payá, profesor de Lengua y Literatura; y Belén López, directora de editorial Planeta; con Julia Parra, vicepresidenta de la Diputación de Alicante y diputada de Cultura, como presidenta de este jurado, dando ella por tanto el nombre de la ganadora.
"Este es uno de acontecimientos culturales más importantes y emocionantes del año en el que tanto el Grupo Planeta como la Diputación de Alicante llevamos 29 años compartiendo la misma ilusión por un premio que supone, ante todo, un reconocimiento sincero y merecido a autores y libros maravillosos", afirmó Parra, quien manifestó, además, su satisfacción por el éxito de esta gala literaria, que contó con la asistencia de una amplia representación institucional y de la sociedad y la cultura alicantina. "La literatura de calidad es un regalo que no tiene precio. Es un maravilloso regalo", sentenció la vicepresidenta.
Por su parte, el presidente de la Diputación, Carlos Mazón, afirmó que la Administración provincial "va a seguir trabajando por la literatura y difundiendo a Azorín". Y es que, según explicó, "ese es el verdadero objetivo de este premio, con el que a parte de hacer patria, nos ayuda en esta gran excusa: difundir la escritura y la literatura desde Alicante", apuntó.
El escritor Juan Eslava Galán fue el encargado de desgranar los aspectos más llamativos de esta obra ganadora, sin destripar su argumento a los potenciales lectores. "Llevo mucho tiempo diciendo que un novelista tiene que tener de 50 años para arriba, porque tiene que acumular experiencia y lecturas, pero voy a modificar esto que suelo decir porque lo que ha hecho Zaragoza es un verdadero prodigio", afirmó el miembro del jurado, que aseguró haber "mirado con lupa" el fondo de la novela sin haber descubierto un solo fallo. "Es una de las mejores novelas que han pasado por el premio Azorín", sentenció.
Sus palabras calmaron los nervios de la escritora ganadora, que confesó haber estado inquieta por el veredicto de Eslava Galán en particular. "Me daba mucho respeto lo que pudiera decir, porque me consta que tiene la época muy estudiada", admitió Zaragoza. Así que, a la vista del resultado, el jurado quedó satisfecho con la ambientación de la novela. Sin embargo, la autora quiso poner en valor otros aspectos del texto. "Me gustaría poder decir que no es una novela de la Guerra Civil sino de amor a los libros, al arte y a la cultura, porque la trama sucede de 1930 a 1939 y la guerra forma parte del contexto, pero es solo un fragmento", describió.
"Da la sensación de que es un signo de frivolidad preocuparse por estas cosas cuando todo el mundo pelea, pero yo siempre he pensado que es una forma de preocuparse por el futuro, porque lo que nos cura el alma es el arte, la cultura, la música y leer libros", afirmó Zaragoza, refiriéndose a aquellas personas a las que homenajea su obra. "Es una historia de amor por la gente que pone por delante la cultura en las situaciones más complicadas y, por desgracia, estamos en ambiente de guerra otra vez".