ENTREVISTA A LA DIRECTORA GENERAL DE FORMACIÓN PROFESIONAL

Marina Sánchez: "El sector de la cerámica es cada vez más tecnológico y requerirá alumnos de FP"

27/12/2018 - 

VALÈNCIA. La formación profesional ha dejado de ser el 'patito feo' de la Educación para la Generalitat Valenciana. La Conselleria de Educación ha apostado durante esta legislatura por revalorizarla, una acción que escenificó hace unos días en el encuentro 'Avant FP ERE' en el Museo Príncipe Felipe, donde mostraron todas las posibilidades que ofrece este tipo de formación tanto de aprendizaje como de salidas laborales. 

Marina Sánchez, directora general de FP y Enseñanzas de Régimen Especial de la Generalitat, ha decidido coger de la mano a las empresas valencianas para formar a un alumnado acorde al tejido productivo de la Comunitat Valenciana. Esta ingeniera ha decidido hacer posible la puesta en marcha de ciclos que parecían imposibles por las infraestructuras necesarias, como el de Química Industrial. 

Sánchez reivindica la Formación Profesional como una opción que debe ser igual de valorada que la universitaria. De hecho, recuerda que son muchos los universitarios que optan por incorporarse al mercado laboral a través de la FP aunque están intentando cambiar esta tendencia para que no se vea como la pariente pobre de la formación universitaria y atraer a los mejores expedientes de Bachillerato que busquen una formación más práctica.

- La formación profesional partía de una autoestima baja. ¿Qué cambios se han realizado durante esta legislatura para volver a prestigiarla?

- Se han hecho muchos cambios. Por un lado darla a conocer al gran público, al empresariado y hacer que éste colabore con los centros educativos para que cada vez nos acerquemos más a esos sectores productivos y a sus necesidades. Que el empresariado cuente más con los centros para poder sacar de allí lo mejor que necesitan las empresas y así reducir el gap tecnológico-educativo, que era muy grande. 

"Seguimos apostando por la dual, pero con calidad y remunerada"

Si nos retrotraemos al principio de la legislatura, empezamos dándole la vuelta a los convenios de dual. Continuamos apostando por ella, pero con calidad y remunerada. No se entiende que la formación profesional dual no sea remunerada y el panorama que nos encontramos al llegar es que el 90% no era remunerada y cuando lo era se trataba de una beca que no llegaba a los 300 euros. Le dimos la vuelta, en los centros públicos tenemos ya más de un 67% de contratos de aprendizaje, aproximadamente el 19% con de beca. En ese sentido, se trataba de apostar por dual pero con un proceso de colaboración de la empresa con el centro educativo, constituyendo un eje formador. 

- ¿Qué más se ha hecho para acercar la formación profesional al empresariado?

Promover convenios singulares con empresas grandes para coger muchos alumnos en dual, para colaborar en formación del profesorado y para que nos aporten su saber hacer, sus herramientas y sus máquinas. Por ejemplo, destacar el convenio que hicimos con Thyssenkrupp con 17 puestos formativos. La primera medida fue dar a conocer a los centros más cercanos a la empresa, su saber hacer, su producción y sus máquinas, además de a los empresarios de la zona, que son empresas anexas a la multinacional.

Otro convenio fue con Telefónica con el fin de hacer esa apuesta por la innovación digital y tecnológica, donde la empresa aporta formación del profesorado y sus equipos. También hemos hecho acuerdos con los consorcios de bomberos de las tres provincias. Hemos sido una de las comunidades pioneras en implantar los ciclos de 'Emergencias y protección civil' y 'Coordinación de emergencias'. Esos ciclos no se pueden implantar en un centro educativo sin más, y por eso la mayoría de las autonomías no los pueden ofrecer. No podemos hacer un puerto en un centro educativo, no podemos hacer una granja, un parque de bomberos, tenemos que colaborar con las empresas y las entidades que sí los tienen y establecer sinergias.

- Incluso se ha impulsado la FP de Química Industrial.

- Ese ciclo formativo fue publicado en un real decreto de 2009 y no se había podido poner en marcha en la Comunitat Valenciana porque hay que simular una planta petrolera y eso era inviable completamente. Gracias a los acuerdos de colaboración con tres universidades -la Jaume I de Castelló, Universitat Politècnica de València y Universitat de València- y el empresariado de la industria se ha podido hacer. Ese para mí es uno de los mejores ejemplos.

Primero se consiguió el compromiso de las empresas para escuchar nuestras necesidades mutuamente y formar el profesorado mucho antes de que empezara el ciclo. Los profesores hicieron estancias en las plantas químicas y petroleras para ver de qué estaba hablando el empresariado, porque no es el mismo su lenguaje que el del centro educativo. El empresariado donó incluso una torre de destilación que simulaba a una planta química. Este ciclo era el más difícil de implantar, casi imposible de poner en marcha, porque no podíamos reproducir una planta química en un centro. Incluso egresados universitarios estaban cursando ese ciclo.

- Son muchos los universitarios que deciden cursar ciclos formativos para entrar al mercado laboral. 

- Es una tendencia que se está viendo pero la queremos cambiar. Cuando una persona decide después de su Bachiller hacer una carrera universitaria tiene aparentemente una apuesta muy clara. Cuando el grado no cumple sus expectativas o no tiene inserción profesional no siempre la incorporación a formación profesional lo valoran como un éxito. A veces piensan que es una forma de inserción laboral pero a veces piensan que es un fracaso. 

"Los universitarios que cursan fp a veces piensan que es una forma de inserción laboral pero otras que es un fracaso"

Estamos trabajando para cambiar esa tendencia con la orientación de nuestro alumnado. Por eso esta feria 'Avant FP ERE' principalmente iba destinada a orientadores, centros educativos de segundo de Bachiller y a la sociedad en general. La sociedad tiene que ver que el 70% de los empleos serán para titulados de formación profesional. Ya lo están siendo cuando hablamos del Distrito Digital. Pero todavía se está orientando la formación a que si vales y tienes un buen expediente académico hagas una carrera universitaria. 

Tenemos alumnado que está haciendo una carrera universitaria que no cumple sus expectativas porque las clases no son tan eminentemente prácticas como quisiéramos y que, cuando ven lo que se trabaja en formación profesional, deciden o bien por la vía de la especialización o bien por tener práctica cursar un ciclo. Nos encontramos con que nosotros hacemos una beca para hacer prácticas en la Unión Europea y mandamos a 200 jóvenes a Francia y Reino Unido de los que la mayoría tenían entre 20 y 30 años y eran egresados universitarios que, al no encontrar trabajo, decidieron hacer formación profesional. En ese caso son los mejores expedientes académicos y se llevan la beca.

- Entienden que no debería estudiarse primero en la universidad y luego una FP.

- Está muy bien que personas de 30 años por fin puedan encontrar una especialización e insertarse en el mundo laboral, pero el camino no es ese. El camino debe ser al contrario. Tras finalizar el instituto los alumnos deben tener claro que hay dos alternativas, que pueden ser el grado superior o el grado universitario. Estamos a punto de formalizar el convenio con las universidades para que se reconozcan los créditos ECTS, la moneda de cambio de los créditos de la FP en la universidad. Un ciclo formativo son 120 créditos y el grado universitario 240. Estamos intentando convalidar como dice real decreto mínimo 30 pero tenemos convalidaciones de 60-70. Se trata de que los jóvenes que salen de Bachiller entiendan que la FP no es la pariente pobre. En las últimas jornadas hemos visto que en la FP se trabaja la robótica, la realidad virtual, la transformación digital o los currículums holográficos.

"Yo soy ingeniera de la Politècnica y muchas veces adolecemos de esa formación práctica, de ese tocar la máquina"

También teníamos ejemplos como el hyperloop, el tren hipersónico que está haciendo el equipo de la UPV pero donde también colaboran dos centros de Formación Profesional. ¿Y por qué? Yo soy ingeniera de la Politècnica y muchas veces adolecemos de esa formación práctica, de ese tocar la máquina, y se necesitan elaborar ciertas piezas, moldes y matrices para las que se necesita tanto las herramientas como el conocimiento de la formación profesional. En ese sentido hay una colaboración. El 'top ten' no es la universidad, el 'top ten' es la universidad para las cuestiones en las que se necesita un conocimiento más académico, investigador o más elevado, pero la realidad de nuestra comunidad y de nuestro país es la pyme. 

Una gran empresa puede necesitar un ingeniero, un licenciado universitario, pero la pirámide dice que por cada universitario se necesitan 30 de grado superior y casi 50 de grado medio. Si hacemos que como sociedad todos nuestros jóvenes vayan a la universidad tendremos desempleados universitarios. Si hacemos que nuestra sociedad vea que a Formación Profesional es algo muy digno y capaz y que la sociedad les necesita para mejorar el sistema económico esos jóvenes se sentirán valorados. Además, no les cerramos las puertas a nada, porque todos los profesionales tienen que seguir formándose a lo largo de la vida, pueden insertarse en el mercado profesional pero también ir a la universidad.

- ¿Se ha planteado cuáles son las profesiones de futuro y cuáles son los nuevos estudios que deben sacarse en FP?

- El proceso de configuración de títulos lo desarrolla el Ministerio de Educación. Recientemente he estado en  Tenerife de reunión con la comisión general de Formación Profesional para decirle esto al ministerio. No puede ser que el proceso de elaboración de un título dure entre cuatro y cinco años. Cuando un sector productivo detecta una necesidad, que están avanzando en la globalización, en la automatización de sus procesos y nos trasladan esa necesidad a cada comunidad autónoma, nosotros se la traslados al Instituto Nacional de Cualificaciones.

El instituto se pone a trabajar, elabora las unidades de competencia, un título y cuando lo podemos implantar las autonomías ya está obsoleto en muchos casos. Nosotros seguimos trabajando con los títulos que hay, venimos de reclamar 33 nuevos pero también insistimos en que los existentes se pueden adaptar a través del currículum. No es lo mismo la realidad la comunidad de Galicia con sus astilleros, con la pesca o con su industria que la que pueda tener la Comunitat Valenciana, que tiene un sector marítimo pesquero pero que quizás es más de Turismo, donde hay que apostar por el mantenimiento de embarcaciones, o por el sector servicios, la atención a las personas mayores que vienen de países europeos y la instalación de todas esas empresas alrededor del mundo digital.

- ¿Qué están demandando más las empresas?

- Tenemos una demanda muy fuerte del sector de la construcción. Hemos tenido diversas reuniones con el sector y ahí soy muy crítica con ellos. En plena bonanza económica empezaron a sacar a los alumnos de las aulas y a insertar en sus empresas a jóvenes sin ningún tipo de formación. Cuando llegó la crisis inmobiliaria salieron de las empresas y ahora los tenemos ocupados o desocupados pero sin cualificación. Por otro lado, viendo que esa mejora económica de la sociedad iba a suponer la necesidad de más viviendas y mano de obra, no se han puesto del lado de la administración.

Es ahora cuando, casi de repente, necesitan 10.000 trabajadores. Esa reflexión la tenemos que hacer entre todos. La administración no puede preparar a un alumno en un mes. En el mejor de los casos tiene que empezar a sembrar ahora con alumnos de primaria y secundaria para que valoren la posibilidad y necesitamos dos años para preparar a un alumno o una alumna e insertarlos en el mercado laboral, pero todavía no para ser productivos. Los que hoy eligen un ciclo de construcción estarán preparados en dos años y necesitamos que las empresas nos ayuden a integrar las herramientas en los centros.

Con toda la burbuja inmobiliaria se necesitaban albañiles, paletas, pero ahora se necesitan técnicos que manejen el programa BIM con el que realizan simulaciones de edificios, de reformas, son técnicos con un nivel de cuantificación más alto. Estamos haciendo muchas gestiones para que las federaciones de construcción se pongan al lado de los centros educativos y del profesorado de 'Edificación y obra civil' que durante estos años ha tenido que adaptarse y dar clases de otro tipo porque no tenía alumnos. Ahora crece la burbuja y parece que tenemos que coger a todos los alumnos de 'Educación Infantil' y meterlos a hacer 'Edificación y obra civil'.  

- ¿Cómo se puede atraer al alumnado en un sector que es tan cíclico?

- De alguna manera trabajando todos juntos. Ni necesitamos ahora mismo a los 10.000 ni antes tenían que haber tirado a 8.000. Las empresas, para contribuir al sostenimiento del país tienen que apostar un poco. No se trata de invertir mucho y ganar mucho en épocas de bonanza y cuando va mal todos a la calle y lo asume la administración. Todos tenemos que remar en la misma dirección, en formar alumnos, en hacer visible que hay empleabilidad y trabajar para la orientación y para eso necesitamos trabajar todos juntos.

Si el mensaje que vamos a dar a los jóvenes es que van a estar en una obra, en condiciones insalubres, con un mal sueldo y que cuando la cosa se ponga mal los van a tirar a la calle porque solo saben poner placas de escayola estaremos haciendo un flaco favor a la productividad del país. Necesitamos saber qué necesitan las empresas ahora y en el futuro. ¿Unas competencias transversales para que los jóvenes se puedan a adaptar a cualquier entorno? Que en determinado momento te dé igual hacer pisos, chalets, viviendas sociales o un parque en una ciudad. Hay unas competencias transversales que todos tienen que tener y unos mínimos de cualificación. Si todos contribuimos para que esto exista, cuando vuelva la crisis o un déficit en el empleo es fácil recuperar a ese personal. 

- ¿Esto ha pasado en más sectores?

- También estamos intentando que lo entiendan en el sector del plástico. Los empresarios, en el conformado de plástico por moldeo, tienen verdadera necesidad de alumnos que hagan lo que se llama 'inyección de plásticos'. Ha cambiado todo el sistema, la industria juguetera se reinventa y están trabajando tanto en el sector mobiliario como en impresión 3D. El mensaje que les damos es que no se lleven a los alumnos, que no les hagan abandonar los ciclos. En vez de eso les proponemos firmar un convenio de dual. Que tú, desde ya, te puedes llevar al alumnado a trabajar en ciertos módulos formativos, estás dando servicio a tu empresa y permites que el alumno se titule. 

"tenemos que hacer impulso para que las jóvenes se vean más libres para elegir formación tecnológica"

Esto el empresariado de IBI, de la Foia, de Castalla, lo ha entendido. Esa es la fórmula que tenemos que enganchar más rápidamente. Ahora mismo tenemos 4.902 convenios y desde el curso 2015 hemos firmado 3.269. Un 66,7% de los convenios se han firmado en esta legislatura para dar apoyo a las empresas y que los alumnos no abandonen la formación. Necesitamos elevar el nivel de cualificación de nuestros jóvenes y de nuestra la sociedad. Cuando nos miramos en el espejo del País Vasco, el empresariado de allí lo entendió perfectamente. Ellos exigen una titulación para ejercer, cosa que el empresariado de la Comunitat Valenciana no siempre ha hecho, aunque están cada vez más cerca.

- ¿Cuáles son las FP más y menos demandadas?

- Tradicionalmente, las más fáciles, las menos tecnológicas e industriales, han sido las más demandadas por el alumnado. También es cierto que es la que mayor oferta formativa existía en la Comunitat Valenciana. Es muy sencillo poner un ciclo de Educación Infantil o Auxiliar Enfermería y es difícil construir un taller de 2.000 metros cuadrados rápidamente, poner controles numéricos, fresadoras, robots e implantar un ciclo de megatrónica. Como cuesta más adecuar el centro hay menos oferta pero mucha demanda de las empresas, es ahí por donde hemos de insistir a la empresa para colaborar en el proceso formativo.

Las menos demandas son el textil, el calzado, que aunque tienen poca demanda, son sectores fuertes de la Comunitat Valenciana. Aunque parecían más artesanas, todas estas empresas se están automatizando y robotizando. En ese sentido, estamos pidiendo que sepan el trabajo artesano pero también el proceso tecnológico y electromecánico. 

Estamos hablando con el sector cerámico por lo mismo. A raíz de la crisis el sector de la cerámica ha ido eliminando puestos de trabajo, ralentizando su crecimiento y eso lo ha visto la sociedad. Ha trasladado el mensaje de, cómo vas a estudiar cerámica, te vas a ir al paro. El sector de la cerámica es cada vez más tecnológico. Hay que hacerles ver a los jóvenes que dentro de una familia profesional de este tipo puede trabajar desde lo más artesano a lo más tecnológico. 

- ¿Hay que fomentar que más mujeres estudien FP tecnológicas?

- Se nos ha condicionado como mujeres a que las competencias blandas son nuestro papel, por eso tenemos que hacer impulso para que las jóvenes se vean más libres para elegir formación tecnológica. El primer día de llegar aquí me dicen que las becas de las chicas no habían tenido éxito y los técnicos proponían eliminarlas. Yo, al contrario, proponía doblar el importe. Eso hicimos, doblamos la subvención de becas y las visibilizamos.

Cuando hacemos visible que el entorno industrial no es tan duro, no es tan sucio, no es de tanta fortaleza física y que tú puedes conservar tu identidad como mujer en un entorno antiguamente masculinizado cada vez son más chicas las que dan el paso. Siguen siendo muy pocas, pero yo seguiré insistiendo en esa línea de becas porque una vez están en el ciclo formativo se las rifan. No nos olvidemos que las empresas tienen que cumplir los planes de igualdad y los están cumpliendo en muchos casos con limpiadoras, asistentes personales y nuestro objetivo es que se cumpla en todos los sectores de la empresa como la producción o la dirección.

- ¿Qué supuso el encuentro de 'Avant FP ERE'?

- Ni en nuestros mejores pronósticos pensábamos que iba a ser así. Pensábamos que vendrían entre 15.000 y 20.000 personas y más de 40.000 personas pasaron por el Museo Príncipe Felipe. Esto ha supuesto que vean que las empresas están ahí y han traído sus mejores galas. Simuladores, robots, sus programas informáticos. No se había sacado la Formación Profesional a la calle nunca. Empezamos con los campeonatos de Formación Profesional donde atrajimos empresas muy tecnológicas como Siemens, Ford pero también a Mercavalencia, Ortoprono o Mercaflor. Gracias a esas acciones se visibiliza la formación profesional. 

Llevamos al evento a los mejores y las mejores chefs para los estudiantes de cocinas, trajimos a los mejores maquilladores de España y del mundo. Hemos visto niños y niñas ya tocando un panel de control de un control numérico o les han dejado lijar, barnizar o montar un jardín porque Leroy Merlín ha creído también en el proyecto y ha patrocinado todo el skill de ingeniería paisajística. Otros han salido con sus pendientes mecanizados, una secuencia que han programado a un robot o su adorno navideño hecho por ellos mismos. El mensaje ha sido que la tecnología y las personas tienen que convivir en el siglo XXI y en el futuro. 

La inauguración ya fue con un robot industrial, con una movilidad de cuatro ejes, bailando con dos bailarinas. En este entorno, las máquinas tienen que convivir con las personas. También hemos querido mostrar toda la atención a las personas en situación de dependencia, porque van a tener que vivir en un entorno tecnológico. Con sillas mecanizadas, pulseras de teleasistencia, con unos teléfonos de plataformas diferentes. Para esto hay que prepara al alumnado. Los sectores más tecnológicos se tienen que humanizar y los sectores más humanizados tienen que adaptar al entorno tecnológico.

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