CASTELLÓ. A poco más de ocho meses de su llegada a la presidencia de la Diputación de Castellón, el socialista, alcalde y profesor de filosofía, José Martí, afronta confinado en su domicilio de Sueras la colosal crisis que ha derivado la pandemia del coronavirus, una situación que ha llevado a movilizar, como nunca se ha hecho antes, los mayores recursos de la Administración y que ha obligado a aislar a los casi 600.000 castellonenses en sus casas. "Parece que estamos viviendo una película de ciencia ficción", admite el máximo mandatario provincial, para quien la clave no solo será "resistir", sino salir de esta situación siendo más sabios y "valorando más lo que tenemos, que es mucho: nuestras libertades, derechos... el estado del bienestar y, sobre todo, la vida".
José Martí apela al optimismo, pero también a la responsabilidad de todos, mientras dirige desde su domicilio todos los recursos de los que dispone la Diputación para "salir de esta" y prepararnos para hacerlo de la mejor manera posible. Para ello, no duda en inspirarse en René Descartes, uno de los padres de la filosofía moderna: "Hagamos de la necesidad virtud" y aprendamos de todo esto.
-La provincia vive unos tiempos inéditos, ¿qué puede hacerse desde una institución como Diputación para aliviar la situación?
Organizar medidas de seguridad para casi nuestros 600 trabajadores, de hecho a día de hoy casi el 90 por ciento está cumpliendo sus funciones en la modalidad del teletrabajo. Sabemos que es muy importante quedarse en casa; por otro lado, nos estamos volcando con los municipios, para que todas las ayudas lleguen a la ciudadanía, con medidas de carácter fiscal, en lo que tiene que ver con la recaudación y la búsqueda de fondos para que nuestros municipios tengan la liquidez que necesitan para afrontar estos momentos.
-Ahora, ¿las prioridades de la Diputación han cambiado por esta crisis?, ¿cuáles son?
La Diputación, como ayuntamiento de ayuntamientos, tiene como prioridad la misma que la de nuestros alcaldes y alcaldesas. La gente tiene que saber que las Administraciones Públicas están para ayudarles, para que no se sientan solas en estas penosas circunstancias. Los servicios sociales de los ayuntamientos, de las mancomunidades, de la propia Diputación, están ahí, sobre todo volcándose como están en aquellos colectivos más vulnerables, como son nuestros mayores.
-¿Cómo se puede llegar en esta crisis a los sectores más vulnerables de los que habla?
Es verdad que, realmente, no nos compete la asistencia sanitaria, pero sí nos centramos en la asistencia social. Y me vale el ejemplo de mi municipio de Sueras, mi pueblo y como tantos otros, que nos vale para entender, de alguna manera, todo esto. Trabajamos para que las personas mayores no salgan de casa, llevándoles la comida, haciéndoles la compra, medicinas o cualquier urgencia. Esa es la prioridad de los servicios sociales y trabajamos ahora en esa dirección de garantizar la asistencia social.
-¿Están todos los ayuntamientos de la provincia atendidos? ¿Cuáles son los canales de comunicación?
Todos los canales habituales están abiertos, tanto telemática como presencialmente bajo mínimos. La Diputación no ha parado en ningún momento. Los servicios a municipios se están atendiendo de una manera nueva, pero igual de activa y eficaz.
"Es bueno estar informados, pero no angustiados por las noticias"
-A su entender, ¿cuál es la clave o claves que serán determinantes para salir de la actual situación?
Seguir las recomendaciones de la ciencia médica y respetar las directrices y precauciones que se marcan desde el Ministerio y la Conselleria de Sanidad. No seamos aliados del virus, aun sin saberlo. Hay que quedarse en casa. Guardar el confinamiento, mantener la calma, no difundir noticias falsas. Es bueno estar informados, pero no angustiados por las noticias. A veces el exceso de información nos obnubila, porque estoy seguro que nuestro sistema sanitario sabrá dar la respuesta, pero la lucha será larga y debemos estar preparados.
-¿Qué destacaría de esta crisis, lo mejor y lo peor?.
Lo peor, la muerte de los más vulnerables. Tengo la desgracia de haber sufrido la desaparición, el pasado domingo, de un buen amigo de Sueras, persona entrañable y querida por todos, abanderado de nuestra banda de música, guitarrista de auroras y serenatas, amigo de todo el mundo. Si bien tenía una patología previa, nadie se esperaba este desenlace tan repentino. Y como éste, tantos y tantos casos se nos presentarán y nos conmoverán estos días.
Lo mejor, por un lado, la responsabilidad y el civismo con el que está respondiendo la gente. Parece que estamos viendo una película de ciencia ficción. Millones de personas confinadas en sus casas y, globalmente, lo están haciendo muy bien. Y por otro lado, la lucha y entrega que está poniendo nuestro servicio sanitario. Están en primera línea de esta batalla y los aplausos diarios los tienen más que merecidos. Extiendo lo mejor a todos esos servicios de emergencias, policías, bomberos, funcionarios públicos que nos protegen por encima de todo con un comportamiento ejemplar.
-Apelo a sus conocimientos en filosofía para preguntarle, por último, ¿es esta crisis una oportunidad?
Sin duda. El otro día en un artículo en un medio hablaba no solo de resistencia, sino de un término que en psicología se utiliza ahora, nuevo, que es resiliencia. No solo hay que resistir, sino salir de la crisis siendo un poco más sabios. Y por qué no, un poco mejores. Hay razones para el optimismo, de que saldremos de esta, pero tendríamos que salir valorando más lo que tenemos, que es mucho: nuestras libertades, nuestros derechos, nuestra calidad de vida. Decía Descartes que “hay que hacer de la necesidad, virtud”. Desde luego, mejor hubiera sido que esto no hubiera pasado, pero como está ahí, aprendamos de lo que nos pasa y salgamos de esta siendo más conscientes de lo que tenemos, y más conocedores. Por un lado, nos hemos dado cuenta de nuestra consistencia y fragilidad, y por otro, de nuestra gran capacidad de aprendizaje para la mejora.