REPORTAJE

Mayores al timón de sus vidas: un proyecto de Castelló innova una alternativa a las residencias

La Asociación de Convivencia Parque Lidón impulsa el proyecto 'Jo a ma casa', un programa de autogestión en el que 36 mayores promueven "una alternativa valiosa y muy económica a las residencias de la tercera edad" y aspiran a "envejecer en casa con dignidad y todos nuestros derechos". La iniciativa ha merecido un premio de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática

2/01/2023 - 

CASTELLÓ. Ir contracorriente no es una actitud exclusiva de la juventud. A cualquier edad es sana la rebeldía contra las barreras que tratan de imponernos contra nuestra voluntad y marcando límites mentales ajenos a la razón. El envejecimiento activo es mucho más que una tendencia, y muchos mayores, ellos y ellas, defienden su libertad para permanecer en su casa mientras puedan mantener su autonomía personal con dignidad. 

En Castelló, un grupo de vecinos dieron hace unos años un paso más, convirtiendo en colectiva su lucha individual y forjando un modelo propio a través de un proyecto tan ambicioso en sus objetivos como sencillo en su planteamiento: "Queremos vivir en nuestra casa y tener todas las necesidades cubiertas, como una alternativa valiosa y muy económica a las residencias de la tercera edad". En su web muestran la voluntad explícita de "envejecer en casa con dignidad y todos nuestros derechos, autogestionando todas las necesidades y servicios y fomentando el desarrollo individual y las relaciones sociales con los socios y el entorno, con el apoyo familiar pero sin depender de ellos".

La clave: la persona de referencia

El vehículo para conseguirlo es la Asociación de Convivencia Parque Lidón, creada hace ocho años. Desde antes de la pandemia, venían trabajando en un modelo de acción "centrado en la persona y apoyado por la Administración". A finales de 2020, este colectivo colaborativo y participativo activó su proyecto bandera -denominado Jo a ma casa- con la presentación de su clave de bóveda: la persona de referencia. "Es quien gestiona nuestras necesidades y protege nuestro bienestar", explica Pepe Ribera, presidente de la asociación. 

Sus funciones son las de atender, coordinar, ofrecer cuidados, desarrollar intervenciones de profesionales de calidad, observar y apoyar el estado físico y psíquico de los socios y administrar sus casas cuando la persona lo requiera, contribuyendo a la vida activa de los mayores participantes. En definitiva, su perfil es de "un profesional que sabe, puede y decide", concluye Ribera.


Desde los inicios, esa persona es Carmina Leal, una monitora social y técnica de Atención Integral Centrada en la Persona (AICP), para quien el proyecto "es un reto en sí mismo, porque casi todo es nuevo, y resulta muy gratificante porque implica un aprendizaje constante". La figura del técnico AICP sigue un modelo definido por la Fundación Pilares, del que tomó buena nota la asociación castellonense para esbozar su iniciativa.

Premio autonómico

El mejor aval para esta iniciativa tiene carácter institucional y llegó la pasada semana, en forma de un reconocimiento de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, que en la segunda convocatoria de sus galardones Participa-Acció 2022 distinguió la iniciativa castellonense con un primer premio dotado con 4.000 euros.

La Generalitat subrayó el valor de un programa "que pretende mejorar la vida de presente y futuro de las personas mayores, movilizar los recursos ya existentes para favorecer la sociabilidad y crear sinergias que faciliten el envejecimiento activo de las personas más vulnerables para mejorar su bienestar y calidad de vida en el hogar".

Un plan para un envejecimiento (muy) activo

Confianza y coordinación son palabras clave del proyecto en opinión de Carmina Leal, quien explica las fases de su trabajo como persona de referencia: "En primer lugar, elaboramos una historia de vida individualizada, que sirve para crear el vínculo con la persona participante, conmigo y con el resto de asociados. A lo largo de varias citas conocemos toda su vida, tomamos nota de su biografía desde la infancia a la vida adulta, y también de sus preferencias, sus miedos, sus necesidades actuales, qué les gusta, qué hábitos tienen… en definitiva, entramos en todas las necesidades de bienestar de ellos y de su entorno".

Cada persona, obviamente, es diferente, pero todas están vinculadas por una red llamada Connectem, de forma que ninguna persona se sienta sola y entre todos se puedan detectar anomalías en el bienestar de cada cual. Según Leal, "hoy están todos muy bien, pero casi el 50% viven solos y el resto en pareja, presentando problemáticas muy diferentes". El papel de la persona de referencia se extiende al momento en que un participante pueda precisar de personas de atención domiciliaria. En ese caso, Leal sirve como filtro, así como en las situaciones en que algún asociado pueda precisar de un servicio de limpieza, de una reparación o simplemente de comida a domicilio.

Las ideas que se van planteando para la mejora del bienestar personal "surgen tanto de los participantes como de mí misma", recalca Leal, a quien las respuestas a las diferentes problemáticas le llevan a la reflexión de la conveniencia de crear una cooperativa vinculada al proyecto: "Estaría muy bien hacerlo en cualquier zona que lo necesita, a esas pequeñas islas que se generen por todos los distritos".

Pioneros a nivel estatal

Ribera pone el acento en la cohesión social como uno de los valores que dan sentido a la iniciativa: "Para el éxito de este tipo de programas es importante que hablemos de microasociaciones, de grupos pequeños de como mucho 40 personas que estén conectadas entre sí", afirma Ribera. En el de Parque Lidón, precisa, la cifra actual es de 36. Ribera no conoce otros casos en que experiencias de este tipo se lleven delante de forma autogestionada por organizaciones como la asociación castellonense, que se define como "cívica, laica y democrática".

El proyecto más similar -explica Leal- se desarrolla por manzanas de viviendas, en Barcelona, pero quien lo impulsa es el Ayuntamiento de la ciudad condal, "nada hecho desde la sociedad civil, como es nuestro caso". En Castelló, el papel del consistorio ha sido el de aportar respaldo económico a la iniciativa en los dos últimos años. Y lo seguirá haciendo en 2023, si bien pasará de Bienestar Social a la Concejalía de Gente Mayor. "Ello nos permite cubrir parte del coste que supone la persona de referencia", indica Ribera. El resto se cubre con los 20 euros mensuales que aporta cada participante. Un detalle importante: para dar continuidad al programa, cualquier persona que quiera acceder al mismo tendrá que tener un máximo de 70 años.

Exportar la experiencia

El modelo es perfectamente exportable a otro tipo de colectivos, y de hecho, la asociación de Parque Lidón ya está en contacto con otros grupos interesados, uno de los cuales -con 15 personas- ya ha empezado a dar sus primeros pasos en el distrito marítimo de la capital y es probable que en el futuro se sumen iniciativas de otros barrios castellonenses, dada la buena marcha del proyecto original. 

Ribera pone de relieve "la disposición a colaborar con quien nos pueda pedir apoyo". De momento, además de contar con el apoyo municipal, el colectivo de Parque Lidón mantiene conversaciones con Diputación y Generalitat y mantiene hilo directo con el Consejo Valenciano de Personas Mayores y la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología, que han mostrado su interés en el proyecto. En este punto, Carmina Leal destaca que se trabaja en el ámbito de las relaciones institucionales para sumar complicidades y apoyos al proyecto. "Es ilusionante ver cómo crece una opción como esta, que creemos que es la mejor para nuestros mayores, puesto que no hacen falta grandes construcciones para ellos".

Jo a ma casa es uno más de los programas de la asociación, que lleva desde 2014 desarrollando actividades sociales, con más de 30 conferencias, además de recitales musicales, cinefórum, cursos, talleres o asistencia a congresos. Todo, para hacer frente al edadismo -la discriminación basada en la edad-, que en los momentos más crudos de la pandemia se manifestó con dureza para los asociados de Parque Lidón, que contaron en esa etapa con el apoyo mutuo a través del teléfono y de las videollamadas gracias a su programa Connectem. 

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