VALÈNCIA. Los socialistas valencianos no se abstendrán para que Carlos Mazón sea president de la Generalitat Valenciana y gobierne en solitario, por lo que este tendrá que recurrir a Vox para poder ser investido. Esa fue la principal conclusión de la reunión que mantuvieron este jueves el equipo negociador del PP y del PSPV, la primera cita de una ronda de consultas pilotadas por los populares en la que estos buscan el apoyo a su candidato tras haber sido la fuerza más votada en las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo (obtuvieron 40 diputados de los 99 que tienen Les Corts).
El 'no' del PSPV, sin embargo, no ha pillado a pie cambiado a nadie. Con el resultado de las urnas, los socialistas perdieron la Generalitat y el PP la recuperará porque la suma con Vox (12 diputados) permitirá a Mazón ser investido por 52 votos. Así que la estrategia del partido del puño y la rosa pasa por atacar al Partido Popular con los previsibles acuerdos que estos acabarán cerrando con Vox.
No obstante, los populares quieren evitarlos antes de las elecciones generales del 23 de julio. Por lo que la táctica del líder del PPCV era pedir en primer lugar a los socialistas que le permitieran gobernar en solitario porque, de lo contrario, tendría que buscar apoyos alternativos y eso significaría negociar con Vox. Y así lo hizo este jueves.
Mazón, acompañado del vicesecretario de Organización del partido, Juan Francisco Pérez Llorca, y del diputado Miguel Barrachina, mantuvo un encuentro con el conseller de Hacienda en funciones, Arcadi España, la consellera de Política Teritorial en funciones, Rebeca Torró, y la vicepresidenta de Les Corts en funciones, María José Salvador. Si bien el encuentro inicial (y deseado) era con Puig, este declinó ir en primera persona y en su lugar designó una delegación para que negociaran en nombre del grupo parlamentario.
Lo hicieron en una sala que dio que hablar y que mosqueó a los populares: antiguo cuarto de lactancia y más tarde convertido en el despacho donde Joan Llinares, director de la Agencia Valenciana Antifraude, pasó sus primeros días antes de mudarse a su sede actual, precisamente, por el diminuto espacio donde se le ubicó al principio. Desde el PSPV quitaban hierro al asunto y sostenían la normalidad de abordar un acuerdo de este calado en una sala de este calibre, pero desde el grupo del PP no entendían cómo se les emplazó a reunirse en este espacio -donde apenas cabían seis personas apretadas en torno a una mesa- habiendo espacios más "dignos" libres.
En cualquier caso, y detalles aparte, la cita, que se preveía breve, acabó durando más de lo esperado: cerca de hora y media estuvieron despachando los equipos negociadores de un partido y otro. Pero de ella no salió un escenario distinto al que ya se esperaba desde el día posterior a la celebración de los comicios.
Para tratar de seducir a los socialistas y acercarles al 'sí', el PP puso sobre la mesa 35 medidas que ambos partidos comparten en sus programas electorales: la reforma del sistema de financiación, la gratuidad de las aulas de 0 a 3 años, la reivindicación para recuperar el derecho civil valenciano, aplicar medidas que permitan agilizar la implantación de fotovoltaicas, la ampliación del Puerto de Valencia siempre que se garantice la sostenibilidad del entorno, exigir que se finalice el Corredor Mediterráneo, la oposición al recorte en el trasvase del Tajo, un plan de choque de Salud Mental o el aval del IVF para la compra de primera vivienda a los jóvenes menores de 35 años. Y así, hasta 35.
El mensaje que deslizaron con esta propuesta los populares es que, al final, sus programas de gobierno no están tan alejados. Pero la propuesta no caló y el Partido Socialista lo rechazó como moneda de cambio para abstenerse a investir a Mazón como presidente de un gobierno en solitario. Según España, la abstención del PSPV "no la entendería nadie" porque tienen "posiciones y programas enfrentados, tanto en políticas sanitarias, como sociales o educativas". "No nos podemos poner de perfil ante eso", sostuvo el conseller de Hacienda en funciones.
Para los socialistas, quien tiene la responsabilidad de lograr acuerdos y sumar los apoyos necesarios para que Mazón sea investido es el PP. Y en este sentido pidieron al Partido Popular "transparencia" para que digan claramente que buscarán a Vox para poder gobernar. "No hacemos spoiler a nadie, porque lo que va a ocurrir aquí ya ha ocurrido en otras autonomías: va a haber un acuerdo entre PP y Vox", sostuvo España en referencia a otras autonomías como Andalucía o Murcia, tras reivindicar al PSPV como la alternativa para gobernar en la Comunitat Valenciana.
Por su parte, Pérez Llorca lamentó el rechazo del PSPV a permitir un ejecutivo presidido por Mazón porque, según dijo, buscan configurar un "gobierno transversal y la abstención del PSPV hubiera sido un claro reflejo de ello". "Hay ciertos partidos que tienen obsesión por decir que no nos apoyan porque vamos con Vox. Mazón es un perfil centrado y de consenso y en la Diputación de Alicante -donde gobernó en la pasada legislatura- ha logrado aprobar los presupuestos con la abstención incluso de Compromís", puntualizó Barrachina.