VILA-REAL (EFE). Miguel Álvarez, entrenador del Villarreal B, señaló con vistas al encuentro que su equipo disputará este domingo en el estadio de La Cerámica ante el Huesca que “llegamos muy bien a este partido, pero nos enfrentamos a un rival que lleva siete partidos sin perder”.
El técnico aseguró que la clave del choque ante el conjunto oscense estará en que “si nos centramos en nosotros somos un equipo difícil de batir” e insistió en que “el Huesca es un equipo que maneja muy bien el balón parado y segundas jugadas. Será un adversario muy complicado”.
“Hemos cogido el tranquillo al nuevo estadio, que era nuestro objetivo cuando nos fuimos del Mini, que había sido un fortín para nosotros. Los dos primeros partidos no fueron buenos, pero ahora ya hemos conseguido dos partidos y además jugando bien, que eso dice mucho”, explicó.
Álvarez, que será homenajeado tras cumplir 200 partidos al frente del Villarreal B, reconoció que “me gustan los homenajes, pero más que a mí, el reconocimiento es colectivo a este filial porque somos muchos los que hemos trabajado en estos seis años. Si no hay un equipo de trabajo fenomenal esto no habría sido posible. Yo soy el último eslabón” y añadió que “me gustaría hacer 200 partidos más”.
Pese al tributo del club a su labor, el entrenador indicó que prefiere “disfrutar del camino e intentar no hacer daño a nadie en ese trayecto. He aprendido a ser feliz en mi profesión e intentar ayudar a los chicos para cumplir sus sueños. Un entrenador de un filial no puede dejar zombis en el camino”.
Por último, se mostró convencido sobre el crecimiento de su equipo que “ahora tenemos más poso en la categoría y si la temporada próxima seguimos en la categoría, que lo tenemos bastante bien encarrilado, tendremos jugadores con más experiencia a este nivel”.