VALÈNCIA. Con su reputación otra vez en juego y en el camino de ganar credibilidad ante la masa social del Valencia CF, Miguel Zorío garantizó el jueves que su plan para acceder a la compra de la mayoría accionarial de Peter Lim y acabar de levantar, por fin, el estadio de la avenida de Cortes Valencianas, no tenía fisuras. "Esta todo bien diseñado", manifestó a mediodía en el espacio Plaza Esports en 99.9 Plaza Radio. Desde el bajo de 'los rebeldes' de la Agrupación de Peñas del Valencia CF en la calle Islas Canarias, Zorío no desnudó completamente su oferta y escondió parte del mazo de cartas de la baraja con la que va a jugar a este juego de comprar el Valencia. "No voy a enseñar el camino que he trabajado durante meses a otros posibles compradores", advirtió.
Con la veracidad de sus palabras en entredicho desde que en 2008 garantizase junto a Vicente Soriano, presidente de la entidad por aquel entonces, que tenían vendidas las parcelas de Mestalla, el ex vicepresidente Zorío se defendió argumentando que "los hechos se demuestran andando. Si buscamos el historial de cada uno de nosotros, todos tenemos un pasado. Si la gente no cree en mí, bueno... Hace seis o siete años salía a denunciar lo que pasaba y la gente me criticaba. Parecía El Palleter. Si no soy el más simpático del mundo intentaré ser más simpático, pero esto no es cuestión de simpatía si no de hechos y de dinero".
En operaciones del calibre como la que presentó el empresario valenciano, que asciende a un monto total de 368 millones de euros, generalmente no se suelen pormenorizar públicamente todos los datos. "Los detalles los conocerá Peter Lim en el momento acepte y firme la carta de intenciones (LOI) que está en la notaría de Ana Julia Roselló y se le entregó a él en mano el viernes pasado", puntualizó cuando se le pidieron más datos sobre su movimiento de compra.
Zorio no reveló el nombre del "banco extranjero" que financia toda la operación ni el de la "constructora internacional" que llevará a cabo la construcción del nuevo estadio. Ambas identidades constan con nombre y apellidos en la carta de intenciones que posee Lim.
Una semana antes, en declaraciones a la agencia EFE, negó rotundamente que tras su oferta haya un fondo de inversión. "No hay ni otro inversor, ni un fondo de inversión ni otro Peter Lim detrás de la operación". Este jueves insistió en que "no hay ningún otro Peter Lim. Detrás de mí no hay nadie que busque una recalificación de las parcelas del estadio. Lo saben los políticos de la ciudad con los que me he reunido".
El ex vicepresidente tampoco dio a conocer el nombre del intermediario que le había entregado el documento al singapurense. Ni el de la persona que desde Singapur, el miércoles por la tarde, le comunicó que había sido recibida "con buenos ojos". Lo que sí admitió es que no ha hablado con Lim al que según Zorío "le fastidia negociar conmigo porque soy muy crítico con su gestión" y porque al máximo accionista "le gustaría negociar con empresarios valencianos más importantes en la ciudad". "Tengo contacto con uno de los mejores amigos de Peter Lim, que está por encima de él en la lista Forbes", se limitó a explicar, sin desvelar tampoco su nombre.
Zorío sólo dio los nombres de dos de sus colaboradores en esta iniciativa: el abogado Pablo Delgado y el empresario Vicente Roig.
"No voy a enseñar el camino que he trabajado durante meses a otros posibles compradores", zanjó el empresario durante su rueda de prensa para evitar desnudar totalmente su plan. Zorío explicó que su idea contempla eliminar la hipoteca, superior a los 100 millones, que pesa sobre el viejo estadio de Mestalla pero no dijo ni pío sobre cómo iba a hacerlo. Sí manifestó que ha hablado con la entidad que la tiene como garantía, con los políticos de la ciudad y con la agrupación de vecinos que tienen una sentencia de derribo sobre la grada de Mestalla desde hace años. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, estuvo presente en el acto.
El reparto accionarial entre los socios del club es otra de las incógnitas. La operación financiera la firmaría el Valencia y el dinero se devolvería al banco mediante la venta de paquetes de acciones que Zorío defiende que comprarían los socios, quienes, de esta forma, volverían a ganar protagonismo accionarial en la toma de decisiones de la entidad. En el abono de temporada se incluiría el pago de los títulos del club si el socio estuviese de acuerdo.
"Cuando terminemos el estadio en tres años, tendríamos otros tres años de carencia en los préstamos. Luego con los pases y más personas que no tienen que ser abonados daríamos -igual que hizo Luis Casanova para la remodelación de la tribuna- las fórmulas para que cada valencianista tenga sus acciones y puedan elegir en cada junta a su presidente y a su consejo de administración", indicó en Plaza Radio sin dar a conocer esas fórmulas.
Pero, ¿y si los socios no responden y no compran? Zorío argumenta que "eso no va a pasar porque tenemos la operación muy bien diseñada; sabemos el coste que eso va a tener en el pase para los valencianistas y va a ser un coste mínimo". El dinero restante hasta cubrir el préstamo "lo aportarían distintos patrocinadores".
"Hay otras opciones de otros modelos de clubs. A mí el que más me gusta es el del Atlético de Madrid que no está muy lejano, pero iríamos a un modelo que está muy inventado y que es el del Bayern de Munich con gran parte del club repartido entre sus socios y después con grandes patrocinadores del club, pero siempre teniendo mayoría los aficionados", agregó.
El empresario no especificó si maneja algún mecanismo en la venta de acciones que tiene prevista para evitar que el club vuelva a caer en manos de grandes accionistas como sucedió antaño.