CASTELLÓ. Un equipo de técnicos arqueólogos realizará 15 sondeos previos a la rehabilitación del edificio fundacional de la Real Fábrica del Conde de Aranda de l’Alcora. De ellos, siete prospecciones permitirán conocer el grado de conservación de los elementos cerámicos originales y los restantes ocho sondeos analizarán los murales de la fachada principal, recayente a la avenida Castelló, cuya rehabilitación es prioritaria. De igual modo, el equipo de arqueólogos fotografiará los restos de decoración pintada del patio de la Real Fábrica, que por desgracia son irrecuperables. Por último, redactarán un informe y también el proyecto de actuación arqueológica.
Ese será el trabajo que acometerá el equipo de arqueólogos dirigidos por Pilar Ulloa Chamorro, adjudicataria del contrato técnico, cifrado en 31.702 euros y un plazo de ejecución de tres meses.
El objetivo del consistorio alcorino es conocer con detalle el estado de conservación de los restos arqueológicos del edificio fundacional de la Real Fábrica. De hecho, se tiene constancia de que en el subsuelo existe un pozo y varias balsas de decantación del barro, además de hornos árabes de doble cámara.
El alcalde, Samuel Falomir, explica que ese estudio arqueológico es indispensable para redactar el proyecto de adecuación del interior de la Real Fábrica para su transformación en un museo histórico sobre la cerámica. “En mayo entregaremos el proyecto al Ministerio de Fomento. Tenemos aprobada una subvención de 1,4 millones de euros, correspondiente al 75% del coste de la obra, por lo que esperamos que a finales de año esté aprobado el proyecto de forma definitiva”, remarca Falomir. El consistorio asumirá los 500.000 euros restantes de la obra si no encuentra financiación externa. “Las obras de adecuación del interior de la Real Fábrica como museo queremos que empiecen en abril del próximo año para que estén listas a finales de 2023”, añade.
La empresa Bluedec ya culminó a finales del pasado año, con varios meses de retraso a causa del Covid-19, los trabajos de rehabilitación de los tres hornos morunos existentes en la Real Fábrica, además de recuperar la estructura, la cubierta y los cerramientos de la nave anexa, y el desamiantado de la nave principal.
Cada horno moruno restaurado está formado por dos cámaras y una cendrera. Tienen cinco metros de diámetro, forma cilíndrica y están recubiertos de ladrillo cerámico macizo. Según el proyecto de rehabilitación, los hornos están en buen estado de conservación aunque presentan grietas por el desgaste del uso a altas temperaturas.
Del histórico conjunto de edificios impulsados por el Conde de Aranda en 1727 y ampliados durante el siglo XVIII solo se conservan en pie la mitad de ellos. En concreto, la nave de dos plantas con interior diáfano donde permanecen los tres hornos originales. En diciembre de 2017 se ejecutó una fase preliminar con la limpieza de los hornos y la reparación de las goteras de la cubierta.
La Real Fábrica tiene unos 9.000 metros cuadrados de superficie y está abandonada desde finales de la década de 1980, cuando cerraron las dos empresas azulejeras que permanecían allí.
Por otro lado, también en materia patrimonial, la Generalitat ha concedido una subvención al Ayuntamiento de Matet para restaurar el interior de la torre árabe del Pilón. Inicialmente desestimó la ayuda pero el consistorio recurrió con éxito la decisión.
El Consell ha otorgado 13.473 euros de subvención para unos trabajos presupuestados en 14.183 euros. La ayuda autonómica va con cargo a la conservación y restauración de bienes inmuebles del patrimonio cultural de la Comunitat Valenciana.