Mon Laferte: “Los tiempos de la industria chocan siempre con los personales”

VALÈNCIA. La artista Mon Laferte no se siente cómoda cuando se refieren a ella como “cantautora”, se considera también “una creativa y ante todo una mujer del mundo”. Componer es solo una milésima parte de todo lo que conforma cualquiera de sus temas, sus canciones incluyen también un universo histórico y emocional que le ha llevado años conformar, y reconocer como suyo propio. Confiesa que su voz propia y su personalidad como cantante le llegaron por sorpresa: “Alcanzar ese tono es algo que no se puede calculas ni prever, nace a través de cómo tratas la música”. Esa voz propia nace de “un canto hacia la libertad”, que huye siempre de los parámetros que dicta el mundo de la industria musical: “Antes me dictaba por comprenderme dentro de un solo género”, explica la artista, “sentía que se me obligaba a elegir solo uno, y eso me delimitaba. Ahora sé que puedo mezclar todo lo que me gusta, y eso me ha ayudado a llegar a un tono único”.

En sus últimos siete álbumes, que se subirán al escenario de la Sala Moon el próximo 3 de septiembre, pone banda sonora a todo tipo de historias de amor: desde rancheras mexicanas hasta solos de guitarra y voz, que acompañan en tono y cariño a las historias vitales de Laferte: maternidad, amistad, familia y el amor a una misma. Cada álbum y cada tema es un adentramiento a su vida personal, con letras tan íntimas como: “Quisiera hasta la muerte, para no pensar”, o dirigiéndose directamente a ciertas personas de su vida, con frases como: “Eras tan innecesario tú y tu sexo ordinario, carnicero emocional”. Laferte escribe a modo de terapia y como respuesta a la vida y las situaciones que le acontecen, subiendo al escenario su versión más “pura y desnuda”, con interpretaciones en las que se desvive por cada una de las palabras que entona.

Ritmos personales en tiempos frenéticos  

Aunque todos los álbumes de Mon Laferte responden a un momento vital concreto de su vida sus dos últimos trabajos son los que más ahondan en la esfera de lo personal. Su álbum Seis lo compone durante la pandemia rodeada de amigos y familia entre“tardes de vinito y tranquilidad”, que ayudaban a la introspectiva y a dar forma a las letras. En este hay temas como Se Me Va A Quemar El Corazón, en el que cuenta una historia de un amor complicado a través de una historia de toreo, en la que “la cornuda” es Laferte y se enfrenta a un torero sin compasión. “Siento que en España tengo una deuda, no sé como se percibe mi música allí”, confiesa Laferte, “conozco las tradiciones y recuerdo que una vez que actué en el país el público me chillaba “Olé tú”, pero sé que tengo que instalarme un rato para entender mejor todo”. En su acercamiento comprende de momento el imaginario español, que espera que se comprenda bien en el país que la recibirá a finales de mes: "Al final es una bonita forma de darle cuerpo a los temas, hay que atreverse a mezclar conceptos para innovar", comenta Laferte sobre su tema en tono mexicano bailado con traje de luces.

Para Laferte el videoclip es solo una pequeñísima parte de la puesta en escena, en la que por supuesto incluye también su percepción única: “También soy artista plástica, por lo que disfruto mucho esa parte”, comenta orgullosa, “aunque cabe tener en cuenta que este imaginario forma parte del mundo de la decoración, no del arte. Yo lo que quiero con mi música es llegar a la carne, a lo más profundo del hueso”. Ese acercamiento llega de forma más pura con su último trabajo de estudio, Carmen 1940, álbum que escribió durante su estancia en un apartamento en Los Ángeles mientras intentaba quedarse embarazada: “De los momentos más clave de la vida de una misma es de donde salen las canciones más reales. Lo que más me gusta es llegar al momento en el que alcanzo aquello que me da vergüenza y pudor, y lo subo al escenario”.

Acorazar los sentimientos

"Siempre le doy muchas vuelta a todo, y muchas veces me desvío objetivo principal: ir a la verdad mas absoluta, cruda y dura, la que me da vergüenza", esta es la clave de la artista para llegar directamente al corazón con sus letras, "canto lo que veo cuando me veo al desnudo, mi arte es poner y plasmar eso, ahí es donde causa efecto en mi la musica, y eso es lo que causará efecto en los demás". En su disco Carmen 1940 esta realidad estaba dentro de la propia intimidad de ser madre, y escribirlo le salió totalmente de dentro, y quería que se mostrara al mundo con total inmediatez: "Necesitaba que el álbum saliera rápido, sin seguir ningún tipo de estrategia. Siento que los tiempos de la industria siempre chocan con los personales, y para que este álbum tuviera sentido tenía que salir en el momento de mi maternidad", y añade, "no quería salir a defenderlo cuando yo estuviera en otro rollo".

En la "defensa" le acompaña siempre su equipo de músicos, que si por ella fuera giraría por completo por todo el mundo, a su lado: "Para mi se torna un poco obsesiva la idea de la música en vivo, necesito que cada detalle esté mostrado y explicado. Si en mi disco un triángulo toca en una canción necesito que esa misma persona venga conmigo a representarlo encima del escenario", comenta. Al final en este proceso si que gana de alguna manera (y obligatoriamente) la industria musical, con sus soluciones de cara al directo: "Cada vez estoy más relajada con el tema del directo, porque sabemos alternar varios músicos en vivo con los recursos musicales, pero si por mi fuera me llevaría a mis 30 músicos conmigo, a rodar por todo el mundo". Laferte confiesa que ver como viven sus canciones su público y sus músicos es lo que realmente la mantiene con vida, y lo que le lleva a subir al escenario su interpretación más pura, siendo esta representación la parte "más difícil de su carrera y la que más le gusta hacer", y sin duda también con la que más atrapa.