VALÈNCIA. Las elecciones para renovar la Junta Directiva de la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual se complican. El lunes terminó el plazo de presentación de candidaturas, que se saldó con un total de cero propuestas. Una situación nada fácil, ya que estas elecciones se convocaron por la dimisión de la que ha sido la primera Junta Directiva de la historia de la asociación.
Si bien este diario ha tenido conocimiento, de manera informal, de que al menos dos grupos de personas se habían planteado la posibilidad de concurrir a estas elecciones, no puede confirmar en qué punto decidió finalmente cada uno no formalizar este deseo. De esta manera, en principio, se anula el proceso convocado. Fuentes de la Academia explican a Culturplaza que este jueves habrá una reunión de la Junta Directiva para decidir los siguientes pasos, entre los que estarían convocar (o no) otra convocatoria electoral.
El proceso empezó el pasado el pasado 28 de febrero, cuando la Academia hizo público la convocatoria de elecciones, si bien los académicos y académicas ya tenían conocimiento, días atrás, de la situación. De las 283 personas que forman el censo, 240 son las que tienen posibilidad de formar un equipo de entre 9 y 15 personas.
La dimisión de la anterior Junta Directiva no es producto de ninguna polémica, sino que ha sido una decisión personal del presidente, Pep Llopis, que también quería aprovechar la situación para dar un paso al lado tras haber sido impulsor y principal responsable de la Academia Valenciana de l’Audiovisual en toda su historia (el ente fue presentado en 2018).
La situación dada actualmente hace pensar que desde el sector no hay voluntad de tomar el relevo, a pesar de que la Academia ha ido cogiendo fuerza poco a poco. Principalmente, por ser la organizadora de los Premis Berlanga, los únicos galardones impulsados por el Institut Valencià de Cultura que han sido cedidos a un organismo externo. Estos premios de cine valencianos han ido creciendo junto al propio sector, que estos años ha mejorado su exposición mediática notablemente. Pero más allá de ello, la Academia también se ha querido erigir como un interlocutor representativo en otros asuntos y ha impulsado iniciativas como la revista Trama.
El contexto para representar al cine valenciano parece ir de cara: tras Los Goya en València, aún falta por llegar el fondo estatal que regará de ayudas a las producciones en idioma propia, la nueva línea de subvenciones para películas con un equipo más valenciano (una de las grandes reivindicaciones de los académicos), y la futura reactivación de La Ciudad de la Luz, precisamente el audiovisual parace que vivirá tiempos dulces a corto y medio plazo; sin embargo, no ha parecido ser atractivo suficiente para nadie.
En caso de que se vuelva a convocar otro proceso electoral, en fechas que no sean falleras, y sobre todo, al conocer que parece haber vía libre para recoger la vara de mando de la actual Junta Directiva en funciones, tal vez se despierte la curiosidad por —finalmente— presentar alguna candidatura. Desde 2018, la Academia ha conseguido aglutinar a una parte importante del sector, desde puestos técnicos y creativos, hasta profesionales de actividades perimétricas al audiovisual. Además, se ha logrado que se sumen al proyecto algunos nombres de personas que trabajan a nivel estatal e incluso internacional, casi como embajadores del audiovisual valenciano en el mundo.
Pep Llopis y su equipo, tras formarse a principios de 2019, han desarrollado las líneas maestras de actuación del joven organismo. Ahora, cuando quieren dar un paso al lado para renovar y pasar a una nueva fase, el censo no está parece estar respondiendo con el mismo interés.