El sector vive un buen momento tras la pandemia, un tiempo que llevó al despegue de las unifamiliares, viviendas individuales con jardín y casas en el campo.
CASTELLÓ. En la última semana se ha vivido la peor ola de calor de un mes de junio de las últimas décadas. Y eso que el verano no ha llegado todavía de forma oficial. La sensación de bochorno invita a darse un baño en la playa o en la piscina en cualquier momento para poder combatir las altas temperaturas. Y quizá, a algunos les ha hecho desempolvar aquella vieja aspiración o deseo de tener una piscina en el jardín de su casa. “Hay mucha demanda para poder tener a punto una piscina para este verano en viviendas privadas”, explica la gerente de Cyspools, Silvia Carrión, una empresa familiar ubicada en la localidad de Navajas dedicada a la rehabilitación y construcción de piscinas. Pero muchos ya llegan tarde. “No podemos atender ya más solicitudes hasta septiembre”, asegura, “pero no es una cosa de este año, sino que pasa siempre, en estas fechas vienen las prisas”.
La firma se creó en 2021, pero tiene una larga tradición familiar, ya que el padre de Vicente, su marido y técnico de Cyspools, ya tenía una empresa de construcción de piscinas con una experiencia de más de 20 años, “pero se jubiló y decidimos crear una nueva marca y darle un aire nuevo”, señala Silvia. El padre de Vicente empezó especializándose en la colocación del remate de la piscina, llamado técnicamente piedra de coronación. “Nosotros somos especialistas en la construcción de piscinas con lámina armada y acabado en liner”, explica. Este método es una opción muy práctica y versátil compuesta por paneles impermeabilizantes con revestimiento de PVC.
“Una de las ventajas de este sistema sobre el método tradicional es que tiene una gran capacidad para evitar fisuras en el vaso de la piscina, lo que evita fugas de agua que siempre generan un problema grande para los dueños”, mantiene la gerente de Cyspools, que comenta que “más del 90% de las instalaciones que realizamos es en viviendas particulares como chalets, villas o casas en el campo”. Carrión explica que “tras la pandemia ha habido un incremento de personas que se han comprado viviendas unifamiliares o se han ido a vivir a una casa en el campo y la demanda ha crecido”.
La tradición familiar y el boca a boca, además de las redes sociales, les ha proporcionado una continuidad en el trabajo, que realizan desde Navajas. Cristina es de Valencia y Vicente de Navajas. Decidieron quedarse a vivir en el municipio del Alto Palancia, “ya que es mucho más tranquilo y las vías de comunicación son muy buenas, ya que tenemos autovía para llegar a las comarcas de Valencia y también para llegar a la zona de Castellón, e incluso tren”, asegura Silvia. Esta ubicación les ha permitido dar servicio tanto a la comarca como a municipios de Valencia, Castellón, Teruel, Alicante y Murcia, entre otros.
En el ámbito internacional también han trabajado en Grecia, concretamente en la isla de Creta, gracias a las redes sociales. Fue el año pasado cuando estuvieron en la isla, una zona en la que “este tipo de piscinas se lleva mucho, ya que también aguantan mucho los movimientos sísmicos y en Creta suele haber bastantes”. Esa experiencia internacional les viene también de herencia, ya que cuando el padre de Vicente tenía la empresa, estuvieron trabajando en Guinea Ecuatorial. “No nos cerramos a ningún pedido, y ahora estamos pendientes de que nos contesten a un presupuesto que supondría que el próximo año nos podría llevar a trabajar a América”, señala Silvia.
Tanto Silvia como Vicente tienen claro que van a continuar ejerciendo su trabajo desde Navajas, una localidad que, según la empresaria, “tiene todos los servicios y mantiene su población gracias a su ubicación junto a grandes vías de comunicación”.
