Las personas nos abrazamos con una duración media de 3 segundos. Pero cuando un abrazo se alarga hasta los 20 segundos o más, se produce un efecto terapéutico tanto para el cuerpo como para nuestra mente. Necesitamos abrazos como el aire que respiramos porque ese calor y contacto entre las personas es imprescindible para convivir y estimar.
Hoy faltan abrazos y sobra el odio, la violencia verbal que recorre redes sociales y que reside en esos medios de comunicación envenenada, esos medios que no lo son, y esos falsos periodistas que solamente fabrican mentiras. La política es, en este momento, todo lo contrario a un abrazo. Es un cerco de manipulación donde participan muy activamente la derecha y su ultraderecha. No hay más que seguir a diario la información que generan estos gobiernos.
Esta pasada semana, en Castelló, el gobierno municipal ha decidido suspender el convenio de colaboración con UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos. Se trata de una ayuda humanitaria en la que colaboran muchos ayuntamientos de todo el estado, diversas comunidades autónomas y el gobierno central. Y, durante muchos años, no se ha distinguido el color político de estas instituciones. De hecho, siendo alcalde de Castelló Alberto Fabra, y presidente de la Generalitat Francisco Camps, fue activada esta cooperación con UNRWA. Después se canceló esta colaboración hasta que se recuperara en 2015 siendo alcaldesa Amparo Marco.
Tampoco podemos olvidar que el 17 de julio de 2014, en el Palau dels Borja, sede de Les Corts Valencianes, se firmó por unanimidad de todos los grupos políticos, no puede ser de otra manera, una Declaración Institucional parlamentaria de apoyo al pueblo palestino. En aquellos momentos, el presidente de Les Corts era Juan Cotino y el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ambos del PP.
“Con motivo de la Declaración de 2014 como Año Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino, por la Asamblea General de las Naciones Unidas, Les Corts Valencianes hacen un llamamiento a la comunidad internacional para:
—El cumplimiento de la Resolución de las Naciones Unidas.
—El respeto absoluto de los derechos humanos de todas las personas.
—El respeto absoluto de los derechos colectivos del pueblo palestino.
—El reconocimiento del derecho de todas las personas y comunidades a disponer de un territorio propio y a conseguir una convivencia pacífica.
Les Corts Valencianes manifiestan su más firme compromiso con los derechos inalienables de la persona, con la libertad y el más pleno respeto a la dignidad humana.
Asimismo, Les Corts Valencianes quieren dejar patente, una vez más, que no escatimarán esfuerzos para contribuir en la medida de sus posibilidades, a la construcción de un orden internacional justo bajo el respaldo de las Naciones Unidas, un mundo donde la fuerza siempre quede sometida al Derecho.”
Esta Declaración, promovida desde la implicación de las diputadas socialistas María José Salvador y de la palestina Rosa Falastín Mustafa, contó sin problemas con el apoyo del PP y el resto de grupos políticos. El día de su aprobación estuvieron presentes el entonces embajador de Palestina en España, Musa Amer Odah, la presidenta española de UNRWA, Raquel Martí, la periodista y experta en el mundo árabe, autora del libro ‘Palestinos’, Lola Bañón, y el representante de los grupos palestinos de València, Jorge Ramos. Yo también estuve presente en este día tan destacado como inolvidable… y, por cierto, tan hipócrita con el paso de los años.
Ha pasado el tiempo y hoy la situación es brutalmente insoportable. ¿Cuántas declaraciones institucionales, promesas, compromisos, decretos, proyectos… se han realizado en este país mediterráneo de apoyo al pueblo palestino?. Son centenares, seguro. ¿Y de qué han servido en estos momentos de genocidio en Gaza, en Cisjordania, y tras aquellos bombardeos mortales de la operación israelí y estadounidense Plomo Fundido en los primeros años de este siglo?. No han servido de nada. Tristemente, de nada…
Como ciudadana de Castelló estoy indignada ante la suspensión del convenio municipal con la UNRWA, porque se trata de cooperar con los Derechos Humanos, porque son únicamente Derechos Humanos, porque hablamos de una organización dedicada a la ayuda y la supervivencia de los campos de refugiados que se extienden en los municipios de Gaza y Cisjordania. UNRWA promueve y canaliza la ayuda humanitaria, sanitaria, social. Con las aportaciones de los Ayuntamientos, Comunidades Autonómicas, Diputaciones Provinciales y Gobierno estatal, esta entidad de la ONU se dedica a la asistencia social y médica para las decenas de miles de víctimas palestinas.
Ayer mi vecina cocinó lentejas, con su chorizo conquense, conservado en aceite desde la matanza del pasado año. Añadimos algo de cominos y canela, especies que descubrí en mi vivencia laboral de República Dominicana hace unos años. Las lentejas estaban deliciosas, con ese aporte de un pequeño chorro de vinagre de vino, por eso de que ayuda a una mejor digestión, y por esas piparras no picantes que compré en Morella, en el mercado del domingo.
Hemos estado separadas desde antes de las celebraciones navideñas. Ayer nos abrazamos en el reencuentro. Nuestro abrazo duró más de 20 segundos. Estos últimos días he compartido con mi vecina unas cuantas películas relacionadas con Palestina e Israel, en las que se entiende perfectamente el origen del problema, el sufrimiento, la desesperanza y la resistencia de un pueblo que fue expulsado de sus hogares y sus tierras en 1948. Les recomiendo películas como Los limoneros, La sal de este mar, Omar, Gaza mon amour, Una botella en el mar de Gaza, Amor sin límite, Cinco cámaras rotas… Hay otras cuantas, pero la plataforma Filmin nos ha ofrecido la posibilidad, desde el pasado jueves, de ver y sentir esta magníficas películas y documentales. Mi querida vecina se quedó sin palabras.
El segundo plato fue gozar con los cinco sentidos. Preparé un pollo guisado al estilo palestino, con sus múltiples especias, aceitunas, almendras, pasas, arroz y el mejor aceite de oliva. El postre fue un roscón con nata elaborado por mi vecina. Las lagrimas se desparramaban desde los ojos y desde las fosas nasales, sin tregua. Las dos estamos tremendamente constipadas. Dos mujeres poseídas por un llanto nasal incontrolable. Y los abrazos se convirtieron en un encuentro celestial.
Buen lunes. Buena semana. Buena suerte.