Nules redobla esfuerzos para 'salvar' in extremis la ermita del Calvario, les 'Casetes' y el Benicató

CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Nules está inmerso en la actualidad en complejas gestiones para poner en valor tres emblemáticos ejemplos de su patrimonio histórico, todos ellos en riesgo por su avanzado estado de deterioro: la ermita del Calvario, Les Casetes de la Mar y el yacimiento arqueológico de Benicató.

De los tres, la ermita del Calvario es donde más urge una intervención, desde que en octubre de 2020 se apuntalara de urgencia una de sus fachadas para evitar el derrumbe total del tejado. El consistorio pretende que el Obispado de Segorbe-Castellón asuma su rol como propietario del templo y lo restaure. "Yo no pido que la capilla sea propiedad del Ayuntamiento, sino que el Obispado la restaure y, si no puede, nosotros deberemos salvar un edificio emblemático, lo importante es evitar el mal mayor de que caiga la ermita del Calvario", asegura el concejal de Patrimonio de Nules, Guillermo Latorre.

Reorganización del entorno

El Obispado está predispuesto a colaborar en la conservación de la ermita del siglo XVIII, pero existe también el problema de su desvirtuada ubicación, ya que la construcción de la Residencia de Nuestra Señora de la Soledad hace unas tres décadas dividió en dos el terreno que rodea el templo religioso. El consistorio pretende que se restaure la ermita y que el jardín de alrededor, donde antiguamente se celebraba el Via Crucis, pase a ser propiedad municipal y se abra a todos los vecinos de Nules. Ahora ese jardín está cerrado y una parte de él se usa como parking de la residencia, algo que el consistorio desea eliminar.

"Estamos negociando con el Obispado que nos cedan el jardín para que el Ayuntamiento lo restaure y lo abra al público", explica Latorre. "Pretendemos desligar la ermita de la zona ajardinada y darle acceso por la calle Francesc Tárrega y por la carretera CV-231, también que la pavimentación del solar guarde apariencia con el jardín", enumera el edil. "El parking lo usa la furgoneta que lleva la comida a la residencia, es de uralita y atenta contra la vista, debería desaparecer", insiste.

La amenaza de Costas a Les Casetes

En el caso de Les Casetes de la Mar, usadas como refugio durante la Guerra Civil, el consistorio entiende que su salvación pasa por declararlas como Bien de Relevancia Local (BRL) con la categoría de núcleo histórico tradicional. De momento, la tramitación está pendiente de aprobar la evaluación ambiental. "Tenemos la BRL provisional porque Les Casetes de la Mar, además de refugio de la Guerra Civil, participaron como campo de concentración", recuerda el concejal de Patrimonio. El consistorio de Nules ya cuenta con informes favorables de entidades como el Grup d’Investigació de Memòria Democràtica de la UJI, Les Corts, el Consell Valencià de Cultura, la Fundación Goerlich o el Colegio Oficial de Arquitectos de Castellón. 

La declaración como BRL protegería la estructura de las casas pero no ampararía su propiedad, amenazada por la Ley de Costas. Hasta ahora, varias familias ya han recibido notificaciones para abandonar sus viviendas y derribarlas pero Costas no se atreve a ejecutar el desalojo mientras la propiedad de las mismas siga en manos de particulares.

Fondos europeos para el yacimiento arqueológico

Respecto al yacimiento arqueológico de Benicató, el consistorio solicitará una subvención a la Unión Europea para rehabilitarlo y ampliarlo en los terrenos anexos de su propiedad con un Centro de Interpretación al estilo de la villa romana de Villamargo, en Castelló. Cuando la Diputación entregó a Nules la titularidad del yacimiento en diciembre de 2021, el ejecutivo municipal pretendía restaurar el yacimiento con subvenciones de la Generalitat. Ahora mira a Bruselas para lograrlo con fondos comunitarios.

De momento, el proyecto de restauración ya está redactado y el perímetro de la villa romana hallada en 1976 permanece vallado. "Gracias al georradar de la Diputación sabemos el alcance de la excavación. Aún no tenemos el cálculo económico del coste de la restauración porque el equipo de arqueólogos trabaja en ello pero estimamos que rondará los tres millones de euros", asegura Latorre. La subvención comunitaria iría en una horquilla entre los 650.000 euros y los tres millones y cubriría el 100% del coste de la restauración, que se ejecutaría en tres años.