CASTELLÓ. El Ayuntamiento de Nules se sumará al de Burriana y regularizará la situación urbanística y medioambiental de las viviendas de la Marjaleria. La mayoría de esas propiedades residenciales están inmersas en una grave problemática porque fueron edificadas de forma irregular en suelo no urbanizable protegido.
El consistorio articulará esa regularización a través de una modificación puntual del PGOU cuya tramitación está en su fase inicial, que afectará a 9,56 millones de metros cuadrados de suelo localizados entre la AP-7, el frente marítimo y los límites con los términos municipales de Burriana al norte y Moncofa al sur.
La modificación del PGOU grafiará dos grandes bolsas de suelo urbanizable programado: una primera, de 84.800 metros cuadrados de suelo residencial, muy próxima al linde con el término municipal de Moncofa; y otra más, de 1,275 millones de m2 de suelo hotelero, próxima al sector Mare Nostrum.
Esa gran recalificación de suelo estará condicionada al encauzamiento del Barranco del Torrent, en la zona sur de la Marjal. El consistorio de Nules solo autorizará el desarrollo de esa gran pastilla de suelo si previamente se elimina el riesgo de inundaciones con la canalización del barranco.
Además de esta operación urbanística, la modificación del PGOU también activará medidas para recuperar medioambientalmente la Marjal, que se encuentra en una situación muy delicada.
Por su parte, en Burriana el consistorio tramita también una operación similar, aunque en ese caso a través de un Plan Especial que estará listo dentro de unos tres años. La regularización permitirá legalizar un máximo de 390 viviendas y otras 30 edificaciones más que se asientan sobre suelo no urbanizable, en condiciones de gran precariedad.
La construcción de viviendas sin los servicios básicos en la zona de la Marjal dels Moros, muy cerca del límite con el término municipal de Nules, se arrastra desde hace décadas, al igual que en otros puntos inundables de la provincia como la Marjaleria de Castellón. En su momento se construyeron esas casi 400 viviendas en Burriana de forma descontrolada y sin infraestructuras mínimas, como la red de alcantarillado.