La experta pone el ejemplo de la India, un país joven que tiene un sólido sector de Tecnología de la Información y con empresas de servicios de categoría mundial
MADRID. A pesar de la agenda regulatoria de China relacionada con la igualdad social, la seguridad de los datos y la sostenibilidad medioambiental, creemos que Pekín sigue siendo favorable a la innovación y, a largo plazo, un mayor enfoque en la igualdad social debería situar a esta economía en una base más sostenible. En este entorno, la alineación de las políticas y la inversión sostenible son muy importantes a la hora de identificar empresas con menor riesgo normativo. La India también ha tenido un buen comportamiento recientemente, y es un mercado que se apoya en una demografía favorable e incluye una multitud de empresas atractivas con fuertes perspectivas de crecimiento estructural.
También creemos que la recuperación económica mundial se ve respaldada por la aceleración de las tasas de vacunación, que permite una relajación de las restricciones a la movilidad. Esto debería mitigar las presiones inflacionistas ligadas al aumento de los precios de las materias primas y a las interrupciones de la cadena de suministro a corto plazo, aunque estas presiones han resultado ser más duras de lo que el mercado esperaba inicialmente. Seguiremos vigilando de cerca la inflación y los tipos de los bancos centrales.
En todo el mundo se está prestando mucha más atención y énfasis a los criterios de gobernanza medioambiental, social y corporativa (ESG). En comparación con los mercados desarrollados, los emergentes se encuentran en una fase mucho más temprana de su viaje en materia de ESG. Sin embargo, el impulso y el apetito de los inversores por unas credenciales ESG sólidas es cada vez mayor. Las empresas con estas sólidas credenciales y que mejoran sus prácticas, junto con una buena divulgación para los inversores, pueden sin duda beneficiarse de las revalorizaciones positivas de los inversores. Los vientos de cola positivos, procedentes de la política y la innovación, también están creando oportunidades atractivas en los mercados emergentes.
En lo que respecta a la COP26 de Glasgow, centró la atención en la transición climática. A pesar de cierta decepción por la magnitud de los compromisos alcanzados hasta la fecha, ésta sigue siendo un área de oportunidad clave en los mercados emergentes, dadas las oportunidades tecnológicas y de fabricación que existen en Asia. Sin embargo, no debemos olvidar el foco más abierto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y el impulso más amplio para abordar los desafíos clave para el mundo: cuestiones como la pobreza, la igualdad de resultados sanitarios, la igualdad de género, así como el clima y la biodiversidad. Todas estas áreas tienen el potencial de tener un enorme impacto en los mercados emergentes. La asignación selectiva de capital puede ayudar a abordar estas cuestiones, al tiempo que impulsa el crecimiento y la rentabilidad.
La India ha superado recientemente las expectativas de resultados gracias a la recuperación económica, ya que el gasto en infraestructuras se está recuperando, así como el mercado de la vivienda. El despliegue de la vacunación contra el Covid-19 en el país está progresando bien y los contagios han seguido disminuyendo. A largo plazo, el país se beneficia de una demografía favorable: la India tiene una población joven con una edad media de 31 años. En este contexto, hay muchas oportunidades atractivas en empresas con motores de crecimiento estructural. El enorme interés que hemos observado en las numerosas empresas nuevas y disruptivas que salen al mercado es testimonio del importante potencial a largo plazo del mercado. La India cuenta con un sólido sector de Tecnología de la Información (TI), con empresas de servicios de categoría mundial que están ayudando a las compañías globales a digitalizarse y a prepararse para la nube.
Sin embargo, estos vientos de cola deben equilibrarse con el aumento de los precios de las materias primas, especialmente del petróleo, del que la India es el mayor importador mundial. Curiosamente, para contrarrestar esto, hemos visto una serie de nuevas oportunidades en el espacio de las energías renovables. Se trata de un área que ha ido creciendo en importancia y esperamos ver más compromisos y avances en este sentido.
Como resultado del brote de Covid-19 hemos visto una aceleración de las tendencias de crecimiento estructural que se estaban volviendo gradualmente dominantes antes de la pandemia. La tensión económica creada por el confinamiento ha puesto de manifiesto las áreas de la economía que tienen un crecimiento más robusto y las empresas con los moats más amplios. En particular, se ha puesto de manifiesto la importancia de contar con una infraestructura digital sólida, lo que ha dado lugar a una renovada atención regulatoria en muchos mercados desarrollados y emergentes. Sin embargo, en respuesta a la crisis y para suavizar el impacto de los confinamientos, hemos visto un aumento de la deuda pública en todo el mundo, incluso en los mercados emergentes, y, como resultado, algunas presiones inflacionistas.
En el pasado, esto habría sido un importante motivo de preocupación para los inversores de los mercados emergentes, y aunque esta situación requiere una cuidadosa supervisión, hay una serie de cambios que han hecho que las economías y los mercados de los emergentes sean menos vulnerables a las perturbaciones externas. Vemos una gestión económica más inteligente y una evolución en la composición del mercado/índice, que ha hecho que los mercados emergentes sean más resistentes.
Siempre hemos dado una gran importancia a los criterios ESG como lente para entender la calidad de las empresas en las que invertimos. Creemos que las empresas de alta calidad, y en particular las que son capaces de gestionar sus riesgos y oportunidades ESG de forma más eficaz que sus homólogas, ofrecen el potencial de obtener rendimientos sostenidos por encima de las expectativas del mercado a lo largo del ciclo económico.
Una mayor atención por parte de los inversores y de las propias empresas apoya, en última instancia, las oportunidades ESG, especialmente en el contexto de un enfoque bottom-up de la investigación. Esto nos permite identificar estas empresas en una fase temprana y, a través del compromiso, pretendemos impulsar un cambio positivo que puede dar lugar a una nueva calificación de la compañía a medida que el mercado en general comienza a apreciar la calidad de esas empresas. Los inversores están cada vez más interesados en las compañías que son capaces de demostrar un impacto positivo en el mundo que les rodea, además de ofrecer crecimiento y rentabilidad. Gracias a nuestra experiencia en los mercados emergentes y a la amplitud y profundidad de nuestra capacidad de investigación, creemos que podemos identificar un número cada vez mayor de empresas que pueden ofrecer estos dos resultados.
Fiona Mannin es senior investment director de Abrdn