Elche. Alicante. 8 de mayo. La mañana, para Carlos Mazón. La tarde, para Pedro Sánchez. Dos muestras de lo alejadas que están las administraciones que deben solventar muchas cuestiones de las que depende la calidad de vida de los ciudadanos y la competitividad de las empresas y el territorio. Dos mítines para lanzarse mensajes.
Fue Fira Alacant, en término de Elche, el lugar escogido por la Cámara de Comercio para presentar el Estudio de Impacto Económico del Aeropuerto de Alicante-Elche, elaborado por su gabinete de estudios. Más allá de los números, la razón, la necesidad y la justificación de que el aeródromo tenga una segunda pista, llama la atención un cosa: nadie mencionó la palabra medio ambiente. Ni la tan cacareada sostenibilidad. Ni estudio de Impacto Ambiental. Hay que hacer la segunda pista, y punto. De lo contrario, como dijo Mazón, lucro cesante. ¿Solo lucro cesante?
Y ¿del resto? Ni una palabra. La conexión férrea con el aeródromo apenas se mencionó -quizás por se tenían esperanzas con la visita del ministro Óscar Puente-; efectos secundarios de aumentar el tráfico aéreo, como un mayor tráfico viario, y cómo encajar la infraestructura, tampoco. No hay que olvidar que el aeropuerto tiene un humedal por el norte y una carretera comarcal por el sur. El PP mete prisa, los empresarios también, pero todo aquel qué sabe de infraestructuras públicas sabe que los plazos mínimos son de 10 años (yendo todo bien).
Es verdad, como dice Carlos Mazón, que ahora hay un Gobierno valenciano más reivindicativo, que se le conocen las intenciones y que las traslada. Pero, ¿qué pasaría si delante estuviera un Gobierno de Feijóo? ¿se alzaría igual la voz? ¿con el mismo tono? Estaría bien ver ese escenario.
Por la tarde fue el turno de Pedro Sánchez, que venía y vino con un mensaje muy claro: si es por el Gobierno, las leyes de la Concordia elaboradas por PP y Vox no solo no se aprobarán, sino que las combatirán. Si por la mañana, en el acto de la Cámara, los asistentes no presentaban sospecha de su afiliación, lo mismo pasó por la tarde. El Gobierno aprovechó la Celebración del Día de las Víctimas del Exilio para lanzar su diatriba contra el Consell, algo como, en el caso de Elche con Aena, esperaban los asistentes.
Si Mazón usa la reivindicación para confrontar con el Gobierno, se nota que al PSPV y a su lideresa, Diana Morant, le gustaría disponer más de la figura de su líder, ahora reflexionado, para ir al choque del Gobierno del PP y Vox. De por medio, vienen ministros, y la subdelegada Pilar Bernabé sale al choque de los envites (y ocurrencias).
Entre medias, la visita del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, con la clara pretensión de tranquilizar y aterrizar (nunca mejor dicho) los asuntos. Porque cada reivindicación tiene su explicación (pese a que no guste a todos). De todo lo dicho, ya sería un avance liberalizar la segunda circunvalación de Alicante y encauzar el proyecto de la variante de Torrellano -conexión ferroviaria con el aeropuerto-, que según la delegada del Gobierno debe estar ejecutado antes de 2030 por los fondos europeos. Y por supuesto, que se ejecute lo anunciado: tercer carril de la A-70 entre Orihuela-Crevillent; la nueva rotoda entre A-70 y A-31 y la segunda fase de la circunvalación de Benissa. Qué ya es, más el AVE entre Alicante y València.
Pero de momento, y hasta que no acabe este ciclo electoral, tenemos mítines, mucha brocha gorda, promesas y por desgracia, fango. Así que a esperar, y a que el ritmo de la administración, lento y con obstáculos, vaya ejecutando proyectos.