VALÈNCIA. El jazz estadounidense se personifica en Pat Metheny, uno de los más grandes músicos del género. A sus 67 años acumula 20 premios Grammy pero lo que más le importa es que las galas no le distraigan de su verdadera pasión: componer y tocar. No le gustan las redes sociales y se desentiende de la industria musical, de hecho lo hace de todo aquello que no tenga que ver su queridísima Gibson. Todo ello comenzó a mostrarlo en las aulas de Berkley a los 19 años, convirtiéndose en el profesor más joven de la escuela hasta la fecha. A día de hoy lo hace en el escenario con giras de más de 120 conciertos al año, un ritmo que mantiene desde que se subió a uno por primera vez con apenas 13.
Vuelve a España para una gira especial, en la que pasará por la ciudad de València el próximo miércoles 22 de junio, y donde cree que logrará un sold out al igual que lo lleva haciendo en cada ciudad que pisa durante estos meses. Con España dice tener una conexión especial, tanto con la guitarra flamenca como con nuestro arte. De hecho entre sus Grammy recuerda el Goya por la mejor música original para Vivir así es fácil con los ojos cerrados, aunque en su caso aclara que lo fue componer. En conversación con Culturplaza el guitarrista desvela los secretos de su música y hace un repaso por sus más de 50 años de carrera musical.
-¿Qué momento está viviendo el jazz?
-No sabría decirte, lo cierto es que no pienso mucho en la música como concepto… siempre tiendo más a centrarme en mi trabajo propio. Siempre ha sido muy difícil ser músico e imponer tu trabajo y obra, yo lo que sé es que cada oportunidad que tengo de tocar es un privilegio.
-¿Cuál es tu reto musical y vital?
-Tocar cada día encima de un escenario es tanto un reto como un privilegio. Para mí lo importante es tener la capacidad de impresionar cada día y superarme a mí mismo.
-¿Qué opinas de la industria musical?
-No es algo que me interese, solo participo en ella para seguir tocando. Por ejemplo, ahora mismo estamos haciendo esta entrevista porque entiendo que es una parte de la carrera hacia seguir tocando, aunque a mí lo que verdaderamente me importa es mejorar como músico.
-Pareces una persona un tanto despreococupada de la imagen que proyectas...
-No me importa el mundo que me rodea, solo vivo para el jazz, tampoco me interesan las redes sociales ni los grandes galardones. Me preocupa mucho más averiguar si en la próxima improvisaciÓn me encajaría mejor un si o un si bemol.
-Sin embargo los galardones son camino de la fama también, te han reconocido con 20 Grammys.
-Aprecio mucho esas valoraciones pero no es lo que me mueve para trabajar. De hecho mis 20 premios Grammy los custodian mis agentes, no yo… ya los recogeré cuando me retire. Diría que ni cuando era más joven me preocupaban estas cosas, lo único que puedo y debo hacer es dedicarme a ser mejor profesional y alcanzar la “pureza musical”.
-¿Crees que otros músicos hacen lo mismo?
-Para nada, me da la sensación de que lo hacen para conseguir algo. Muchos músicos a dÍa de hoy se dedican a la musica para lograr premios, chicas, fama… Yo aprecio los Grammys y mis premios pero no verás ninguno en mi casa.
-¿Cuál es el camino hacia la “pureza” musical?
-Levantarse de cero todos los días, como una oportunidad nueva para crear y escuchar. De verdad intento apreciar cuando me dedican un buen artículo o cuando me dan un premio, pero para mí el mejor premio es ver que he mejorado yo mismo como músico, ver mi entendimiento y mis progresos.
-¿Y qué hay de los soldouts?
-Mis fans son parte de ello, forman parte de este concepto abstracto del éxito. Cabe tener en cuenta que según que parte del mundo y según que época vivamos mi música se va a recibir de una manera o de otra, así que al final lo que hago es centrarme en lo mío.
-¿Cómo se mejora constantemente?
-Trabajando muchísimo. Yo me levanto por la mañana y puedo estar componiendo de 10 a 12 horas,
-¿Qué te motiva de tu trabajo?
-Todo está escrito en el jazz, la única salida es improvisar. Al final es muy difícil hacer algo nuevo, siempre acabas modificando lo existente de alguna manera.
-¿Dónde habita la improvisación?
-Esta en todos los lados. Ahora mismo en esta conversación estamos dos personas que comparten un lenguaje, y con este podemos hablar de cualquier cosa. En la música pasa lo mismo, es muy inspirador e imponente.
-¿Cómo sientes tu lenguaje musical?
-Mejora con los años, como todo. Cuando más escribes mejor lo haces, y cuanto más practicas y tocas también.
-¿La música es una pasión para ti o más bien una adicción?
-Diría que una pasión, aunque si que es verdad que a veces me tengo que plantear la barrera entre el amor que siento por la música y excederse un poco. Desde que tengo 12 años esto ha sido así, aunque conforme avanza el tiempo veo que la barrera entre la pasión y la locura es cada vez más fina.
-España es uno de los grandes lugares de culto para la guitarra.
-Sin duda, y es uno de los mejores países donde tocar. La guitarra en si tiene una relación increíble con lo que le rodea, es una excelente contribución de España para el mundo. Mentiría si dijera tengo una conexión directa con la forma de tocar la guitarra en España, pero si que la tengo con el instrumento.
-¿Observas un cambio importante en las tradiciones?
-Hay una obligación de renovarse pero mantenerse en balance con las tradiciones. Hay que encontrar el balance entre la improvisación americana y la fuerza del talento, por ejemplo, al final son elementos que hacen que el lenguaje musical sea lo que es a día de hoy.
-¿Cómo sientes ahora tu relación con la guitarra?
-Muchas veces se me olvida que es un instrumento. Por ejemplo, hablamos por la boca pero se nos olvida que está ahí, pues para mi la guitarra es un traductor de ideas, una extensión de mi cuerpo.
-¿Tienes algún truco para que funcione esta extensión?
-Es totalmente natural, ni lo pienso. Responde a lo me pide mi cuerpo… Aunque ahora que lo dices sí que hay circunstancias graciosas que me llevan a componer o improvisar mejor. Por ejemplo, cuando subo al escenario lo suelo hacer en ayunas, me va mejor para tocar.
-Espero que sea una broma.
-Para nada [ríe]. No siempre lo hago, pero es una de esas cosas que a veces funciona.
-Aquí en España pídete una tapa antes de subir al escenario, por dios.
- Lo haré después te lo prometo. Y ahora más en serio y respondiendo mejor a tu pregunta sobre la inspiración... diría que al final la clave es esto de que te pille trabajando, y cuando tienes una pasión tan grande como la mía es difícil que no lo haga.
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