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Piqué, Rubiales y la transparencia

“No tengo nada que esconder. Todo lo que he hecho es legal”. G. Piqué, comisionista y pionero en el traslado de una competición española a un país que niega los derechos humanos

21/04/2022 - 

Como ya sabrán, Gerard Piqué, defensa central del F.C. Barcelona, y el presidente de la Real Federación de Fútbol Española, Luis Rubiales, se encuentran en el candelero mediático por la comisión de 24 millones que la agencia Kosmos, empresa del jugador, que cobrará por organizar junto a la federación la Supercopa de España en Arabia Saudí, un país en el que es conocida la violación constante de los derechos humanos.  

Y ustedes dirán: ¿Qué hace una política como yo en una polémica como ésta? Pues acostumbrada a escuchar a todo el mundo hablar de lo mal que está la política, de la burbuja en que viven las personas que accedemos a la administración pública, ya sea como trabajadoras o representantes electas, creo que el mundo del fútbol -tanto la Federación española como Gerard Piqué- y otros sectores de la empresa privada pueden aprender mucho de la política actual. O de la valenciana, al menos en lo que se refiere a los avances en transparencia y la regulación de los conflictos de interés.

Vaya por delante que nada de lo que está pasando me resulta del todo sorprendente. A mitad de la pasada legislatura autonómica, siendo directora general de la Conselleria de Transparència de la Generalitat Valenciana en el proceso de difusión de las obligaciones de transparencia que la ley 2/2015 redactada y aprobada por el gobierno de Fabra contenía, me vi en una reunión con las federaciones deportivas que recibían dinero público del Consell y que, por tanto, la ley obligaba a que publicitaran en qué gastaban el dinero que recibían. Creo que no es necesario que les describa la cara que pusieron algunos de los allí presentes.

Sin entrar en la legalidad o no del asunto entre Kosmos y la RFEF, estamos ante un claro caso de falta de transparencia y de un movimiento de una amoralidad absoluta en el que sus protagonistas o se hacen los locos o no alcanzan a entender la profundidad de un comportamiento. No es ni estético, ni ético. Recordemos que el traslado de este torneo español de fútbol a un país que no respeta los derechos de las mujeres o la homosexualidad se nos vendió desde la Federación como un acto en defensa del feminismo. Aunque hay una frase del jugador al directivo de la federación que centra en otros intereses el traslado de la competición a Arabia que son muy ilustrativos: “Antes de hacerlo en España, que no vais a ganar ni 3 (millones) es para pensárselo. Si es un tema de dinero, ¿eh?”

Y debió serlo, sí. Por qué una entidad del calibre de la RFEF necesita de un comisionista por en medio para contactar con las autoridades de cualquier país, incluso los antidemocráticos, es algo que se me escapa, más siendo una entidad subvencionada desde el Consejo Superior de Deportes, dependiente de la Presidencia de Gobierno.

Si como dice el presidente de la federación no saltó ningún resorte de alerta en la federación durante el proceso de gestación del traslado de campeonato, pues algo va mal. Que ninguno de los dos observe que hay un conflicto de intereses en esta cuestión es realmente llamativo. Piqué no solo participaba en la Supercopa profesionalmente. Ha sido (o su empresa) diseñador del formato de esta. Pique, que se ha pronunciado sobre “la mediocridad” del mundo de la política en los últimos años, debería saber que lo tendría difícil para inscribirse en el registro de lobbies valenciano: hay veces en los audios que no sabes si es comercial de la federación ante Arabia Saudí o lobista del país árabe ante la Federación.

Escuchar a una persona tan influyente en lo social decir que el conflicto de interés depende de los valores que uno recibe en su familia sin contemplar la existencia de un conjunto de procedimientos y buenas prácticas institucionales es sorprendente. Como si el ser humano no haya dado probadas muestras a lo largo de la historia de que es capaz de actuar contra sus principios en el contexto adecuado. Que Piqué se enfade cuando le cuestionan la ética del asunto evidencia la burbujita en la que vive. Decir que todo es legal es lo único que le queda.

Una cosa por la otra, al final una entidad como la federación ha servido como ‘lavado deportivo’ de un estado acusado de financiar terrorismo y cuya familia real tiene tanta vocación por cuidar su imagen como la tienen esos oligarcas rusos hoy tan perseguidos y excluidos de los círculos del dinero occidental, y que hace décadas se lanzaron a comprar clubes de fútbol europeo como hoy lo hacen los familiares de los dirigentes sauditas o qataríes. Será legal, como dicen, pero…

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