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POESÍA

‘Poema de amor postcolonial’, una declaración por la diversidad identitaria y el deseo autónomo

13/07/2022 - 

VALÈNCIA. A favor de la diversidad identitaria y en contra de la noción occidental de bondad. Así se puede resumir Postcolonial Love Poem, un himno del deseo contra el borrado identitario escrito por Natalie Diaz, ganadora del premio Pulitzer de Poesía 2021. Esta colección de poemas, la segunda de Diaz, constituye un ejemplo vivo de ese tipo de escrituras desde el cuerpo que agitan y exponen lo íntimo. Desde lo individual, la poeta y educadora estadounidense de origen mojave, le habla al colectivo empleando los recursos naturales y figurados asociados a su origen étnico. “Estoy haciendo todo lo posible para no convertirme en un museo / de mí misma. Estoy haciendo todo lo posible para inhalar y exhalar. // Estoy rogando: déjame estar sola pero no invisible”. 

Diaz es la primera poeta de ascendencia latina que recibe un Pulitzer de Poesía. Lo suyo, un canto poético a la raíz, a la tierra y a la lengua, combina los elementos de la naturaleza con los propios de los lazos familiares y los vaivenes emocionales del amor. En su producción hay hermanos que sufren, amantes que se alejan y una narrativa bellamente escrita sobre las heridas infligidas por América hacia un pueblo indígena. En medio de todo esto, la ternura se enciende: "Déjame llamar a mi ansiedad, deseo, entonces. / Déjame llamarlo, jardín". 

El escenario lírico que dibuja la autora es un espacio abierto para que los cuerpos de las mujeres indígenas, latinas, negras y mestizas sean a la vez cuerpo político y cuerpo extático. “Al reclamar esta autonomía del deseo, el lenguaje es empujado a sus bordes oscuros, los asombrosos campos de dunas y bosques donde el placer y el amor son a la vez pena y alegría, violencia y sensualidad. Poema de amor poscolonial sitúa a la autora en el nuevo movimiento poshumanista en el que las fronteras se habitan y las minorías son parte ineludible del discurso. Natalie Diaz entra a nuestra ciudad a la vez que nosotros, lectores, entramos a la suya haciendo de la lectura un acto de reconocimiento del otro”, indican desde Vaso Roto Ediciones, la editorial que ha publicado en nuestro país este poemario traducido por Elisa Díaz Castelo

Natalie Diaz nació en 1978 en el poblado indio de Fort Mojave, en Needles, California. Es mojave y miembro inscrito de la comunidad india del río Gila. Tras pasar por la Universidad de Old Dominion, donde fue becada por sus habilidades deportivas, se desempeñó en el baloncesto profesional dentro de las ligas europeas y asiáticas. Tras esta etapa finalizada por una lesión de rodilla, se orientó en su carrera literaria y cursó la maestría en poesía y ficción. Es también autora de la colección de poesía When My Brother Was an Aztec y las antologías Red Indian Road West: Native American Poetry from California y Ghost Fishing: An Eco-Justice Poetry Anthology. 

Además del Pulitzer, Diaz ha recibido otros galardones y premios como el Premio Nimrod / Hardman Pablo Neruda de Poesía, la Beca Louis Untermeyer de Poesía de Bread Loaf, el Premio de Poesía Narrativa y una Beca Literaria Lannan.

El deporte, y el baloncesto en particular, son una de las fuentes de las que Diaz saca imágenes y energía para crear sus poemas. La propia poeta ha manifestado en varias entrevistas que para ella, el lenguaje y el baloncesto comparten similitudes en cuanto a ritmo, energía y movimiento. Varios de los poemas del libro versan sobre el baloncesto y su universo y cómo dentro de este deporte se pueden leer las dinámicas negativas que los estadounidenses blancos aplican contra los individuos étnicos. 

Natalie Diaz trabaja actualmente como especialista en lingüística y profesora asociada en la Universidad del Estado de Arizona, donde imparte clases en el programa de Máster de Escritura Creativa. Desde su lugar de residencia habitual, situado en Mohave Valley, Arizona, continúa con las acciones de revitalización del idioma mojave en Fort Mojave, su reserva de origen. De hecho, la autora trabajó y aprendió de los últimos ancianos hablantes de este idioma antes de que fallecieran.

Diaz escribe desde el desafío a la condición de mujer racializada. Traza una imagen pictórica de una nación cuya creación predijo la disminución y el borrado final de cuerpos como el suyo y el de las personas de su entorno: "Hago lo posible por no convertirme en un museo / de mí misma. Hago lo que puedo para inspirar y espirar. // Estoy suplicando: Déjame estar sola pero no invisible". Las páginas del libro son el soporte que tiene la autora para analizar y desmontar la idea de bondad propia de Estados Unidos y cómo se construye el futuro de este país. 

En esta reivindicación de las raíces, la escritora deja atrás el surrealismo narrativo de su primera colección de versos, donde abunda la oralidad a base de expresiones cotidianas de la vida de los indios nativos americanos, y apuesta por unas líneas más tradicionales tanto de forma como de contenido, sin por ello perder profundidad ni el imaginario mágico y natural que le caracterizan: “Quizá a eso se refería Lorca / Cuando dijo, verde que te quiero verde / porque, cuando viene la sombra de la noche, / yo soy un campo de ella, cualquier ansiedad está lista para florecer en mi pecho. // Mi mente en lo oscuro is a beast, desatenta, / Caliente. Y si no ha sido uncida hasta el agotamiento / Bajo la cadera y el arado de mi amante, / Entonces soy otra noche deambulando el prado del deseo / perpleja en su brillo verde y bajo, / tañendo el prado entre la medianoche y la mañana. / El insomnio se parece así a la primavera — sorprendente y de muchos pétalos. La patada y el salto dorado de saltamontes sobre mis cejas”.

Poema de amor postcolonial es un libro en el que también, como una gran parte de la literatura, leemos sobre cuerpos famélicos de amor y desalentados por cómo este se acaba. “Un salario me dio forma, libra a libra. Y yo libro el amor y cosas peores: siempre hay otra campaña que atravesar marchando, / una noche en el desierto para el relámpago de cañón de tu pálida / piel apaciguada en tu pecho, laguna de plata y humo”.

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