VALÈNCIA (EFE). El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha afirmado este jueves con motivo del décimo aniversario del fin de las acciones de ETA que no hay que tener "ni equidistancia ni desmemoria, ni ningún otro objetivo que no sea la paz, la convivencia y la reconciliación".
Puig ha aprovechado su intervención en la sesión de control de Les Corts para reivindicar que este es un aniversario "fundamental" de la historia de la convivencia, después de 3.000 atentados, 854 muertos y más de 7.000 víctimas.
"Es un momento de serena alegría para todos los demócratas, para todos los Miguel Ángel Blanco, los Ernest Lluch, los Manuel Broseta o los Tomás y Valiente, y sobre todo para todas las víctimas anónimas", ha manifestado.
El president ha instado a, desde el recuerdo a las víctimas, seguir trabajando "desde el diálogo por la paz, la unidad y la concordia", y ha reivindicado que el esfuerzo de miles de personas y de un Gobierno convencido permitieron llegar a esta paz.
Puig ha rememorado que este era el peor desafío que tenía la democracia española, si bien la fortaleza del sistema democrático lo superó con el Estado de derecho, la unidad de los demócratas y la convicción de que había una causa común y de que "juntos éramos más fuertes".
En su opinión, el final de ETA deja clara una lección, la de que "no es el afán de venganza ni tampoco el partidismo lo que contribuye a las causas mas nobles y más importantes de la sociedad", y también enseña que las víctimas merecen "memoria, justicia y reparación".
Por su parte, la síndica del PP, María José Catalá, ha afirmado que el "mayor homenaje" que se puede brindar a las víctimas es no pactar los Presupuestos generales del Estado con Bildu a cambio de los presos de ETA.