Entre guerras cainitas y líderes cortoplacistas y ególatras la decadencia de Occidente vaticinada por Oswald Spengler parece inevitable
Dice el dicho, muy utilizado por nuestra compañera de columna de opinión de Valencia Plaza y premio Ondas, Pilar Vicente, “aún no lo hemos visto todo”, y no solo no lo hemos visto todo a nivel nacional con la crisis de Génova que según el presidente José María Aznar supera al conflicto de Ucrania, sino también incluso a nivel internacional, por la cantidad de acontecimientos sorprendentes e imprevistos (cisnes negros o Blackswan) que están teniendo lugar, y eso que ya nos aventuramos en parte a adelantar alguno de ellos, en un osado ejercicio de proyectiva.
Por lo menos podemos respirar tranquilos (más o menos) después que todo mundo por estos lares, Europa principalmente, tuviera el aliento contenido porque el acartonado presidente Joe Biden afirmó hace un mes que Rusia iba a atacar la integridad territorial de Ucrania (cuando ya lo hizo en el 2014), y hace poco más de una semana avisó al ex cómico presidente Volodímir Zelenski de que esta invasión se iba a producir el día 16 de febrero, y parece que por el momento para vergüenza de propios y extraños no es así, aunque !ojo! en cualquier momento la cosa puede cambiar.
Como he repetido en algún medio, por ejemplo en el informativo de la 8 Televisión del Mediterraneo, dirigido por el periodista de raza Vicente Climent, y en estas líneas he adelantado-insinuado, en mi opinión una guerra mundial como tal no se va a producir, pero claro el miedo, también a las guerras, es una poderosa arma en manos de los tiranos y populistas, recuerden lo que aquel hispano, filosofo asceta y senador romano, Lucio Anneo Séneca dijo al tirano ególatra Nerón Claudio (aquel que gustaba echar la culpa de todos los males que ocurrían a los cristianos, no se a quien me recuerda) “Nerón tu poder radica en mi miedo: ya no tengo miedo. Tu ya no tienes poder”. Otra cosa son acciones limitadas propias de las zonas grises en los conflictos híbridos, ya sean con ataques cibernéticos, campañas de desinformación, Fakes news, o incluso operativos de falsa bandera (como también opina el coronel Pedro Baños) por parte de alguna de las dos partes o de ambas partes para justificar un contraataque. Y eso que Josep Borrell alto representante de la UE se afanaba en horas pasadas, de forma hist…histriónica en repetir que los ataques se estaban produciendo y que la artillería rusa abría fuego sobre posiciones ucranianas, dejándolo en evidencia el mero paso del tiempo.
Y eso que momentos antes de la presunta invasión según Biden, los rusos anunciaban la retirada de tropas de aquel Teatro de Operaciones, que se iniciarían el mismo día 16 según la versión del ministerio de Defensa ruso, a la par que (será para compensar) la Duma Estatal (Camara baja de representantes rusa) autorizaba al presidente Vladimir Putin a reconocer oficialmente a las repúblicas populares de Lugansk y de Donetsk, aunque a renglón seguido y a escasas horas fuentes americanas afirmaban que no era cierto, si no todo lo contrario, pues del recuento inicial desde hace semanas de estar desplegados unos 100.000 soldados rusos, Biden pasaba a decir hace un par de días que eran ya 150.000. Ya saben que el escritor griego Esquilo de Eleusis dijo hace 2500 años que en la guerra la primera víctima es la verdad, y como escribía el estratega chino Sun Tzu prácticamente coetáneo del anterior, el arte de la guerra se basa en el engaño, y muchas veces hay que ver lo que hay detrás del escenario para descubrir parte de la verdad, porque quizás Ucrania y los ucranianos son utilizados como estado colchón o los parapetos para proteger los Estados Bálticos y a Polonia del secular expansionismo ruso proveniente de la emperatriz rusa Catalina la Grande aquella que afirmó “la única manera de defender mis fronteras es expandiéndolas”. Y como ya saben en todo conflicto existen perdedores y ganadores, o al menos existen beneficiados y perjudicados, y aquí también se están produciendo. Por ejemplo ya nadie recuerda cómo fue la retirada de Afganistan de Biden, y el impulso actual a su imagen internacional, y de liderazgo en Europa que ha conseguido, o como las petroleras USA están vendido tanto gas licuado a Europa que los fletes de transporte marítimo se han vuelto negativos, por su parte Putin también ha conseguido poner en evidencia la debilidad Geopolítica y la división de Europa Occidental, o arrancar al Canciller alemán Olav Scholz afirmar esta semana “que la entrada en la OTAN de Ucrania prácticamente no está en la agenda" que es la gran línea roja rusa, así como recibir el apoyo de Xi Jinping en esta crisis, que por cierto sigue liderando una China que se ve al margen del conflicto para así seguir creciendo. Perjudicados existen muchos, para empezar los propios ucranianos, que están viviendo en la incertidumbre terrorífica de ser aniquilados o no, así como una crisis institucional en todos lo ámbitos económicos políticos etc., por otra parte somos también los europeos, paganos de la crisis energética por los altos precios del gas y de la electricidad de forma individual, así como de forma colectiva, la UE, que ha evidenciado su debilidad, o como ya dije nuestros agricultores con las sanciones y las continuas prorrogas a éstas, a las exportaciones de productos agropecuarios a Rusia y por las que no se han producido contraprestaciones a favor del campo valenciano, etcétera.
Pero el remate, provisional y momentáneo, de este pulso Europa-Rusia-USA, es como nos (Occidente) está sacando Putin de Mali y del Sahel, mediante el grupo de seguridad privado Wagner y el apoyo a los gobiernos golpistas, como las dos Juntas Militares consecutivas en Bamako (en menos de un año) o el mas reciente golpe en Burkina Fasso, y que ya les comenté hace dos semanas, y que ha provocado finalmente la decisión, anunciada este pasado jueves 17, por parte del presidente francés Emmanuel Macron, de la retirada de sus efectivos militares en Mali y que participan en las operaciones Barkhane y Takuba, una decisión conjunta con otros 25 países, entre los que no está España, así como con instituciones europeas (Consejo Europeo y Comisión Europea), africanas e internacionales; lo que tendrá seguro repercusiones sobre las misiones de adiestramiento y capacitación de la Unión Europea, EUTM y EUCAP, MINUSMA en las que participa España con varios centenares de efectivos, y enmendando la plana a la declaración de Robert Schuman del 9 de mayo de 1950, origen de la UE, donde se fijaba a África como uno de los intereses europeos fundamentales.
Ya ven mientras la situación en el Este de Europa sigue en tablas, el presidente ruso nos acaba de meter un gol en nuestro patio trasero, ademas recuerden, cuando en su momento, en 2007, Iran propuso a Rusia crear una OPEP del Gas, un proyecto, en esa primera década del siglo XXI, era crear un gaseoducto que conectaría Nigeria con Argelia, atravesando, que casualidad, el Sahel que ahora empieza a caer en el órbita rusa; ya saben, aún no lo hemos visto todo…