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opinión

¿Qué escenario nos deja el BCE tras la subida de tipos de interés?

Mientras que no se espera que la Reserva Federal de EE UU endurezca su política monetaria esta semana, sí que se preveía que lo hiciera el Banco Central Europeo

18/09/2023 - 

MADRID. Lo que el mercado descontó finalmente ha ocurrido. Mientras que no se espera que la Reserva Federal de EE UU endurezca su política monetaria esta semana, sí que se preveía que lo hiciera el Banco Central Europeo (BCE). Concretamente de 25 puntos básicos, acompañado por los comentarios de Christine Lagarde en los que dejó abierta la puerta a interpretaciones, tal y como suele ser habitual en sus mensajes. En este caso, la interpretación es que esta subida de tipos podría ser la última, y que la tasa actual podría mantenerse el tiempo necesario para que la inflación tienda a alcanzar el objetivo del 2%.

En el documento oficial, se adjuntan las revisiones macroeconómicas en las que sorprendentemente apuntaron a un repunte de la inflación respecto a la revisión anterior, y un deterioro del PIB. Junto con la redacción habitual en la que se exponen los argumentos de tal decisión:

Sobre el PIB: "En conjunto, se espera que el crecimiento medio anual del PIB real se ralentice hasta el 0,9 % en 2023 (desde el 3,5 % de 2022) y que repunte hasta el 1,5 % en 2024 y el 1,6 % en 2025. En comparación con las proyecciones de los expertos del BCE de marzo de 2023, las perspectivas de crecimiento del PIB se han revisado a la baja en 0,1 puntos porcentuales para 2023 y 2024, debido principalmente al endurecimiento de las condiciones de financiación. El crecimiento del PIB en 2025 se mantiene sin cambios, ya que se espera que estos efectos se vean compensados en parte por el impacto del aumento de la renta real disponible y la menor incertidumbre".

Sobre la inflación: "La inflación medida por el Índice Armonizado de Precios de Consumo (IAPC) se está mostrando más persistente de lo previsto anteriormente, pese a la caída de los precios de la energía y a la reducción de los cuellos de botella en la oferta. Dado que la tasa de variación de los precios de la energía será cada vez más negativa a lo largo de 2023 y la de los alimentos se moderará de forma acusada, se espera que la inflación general continúe descendiendo hasta situarse en torno al 3 % en el último trimestre del año. No obstante, se proyecta que la inflación medida por el IAPC, excluidos la energía y los alimentos, supere a la inflación general a corto plazo y que se mantenga por encima de esa tasa hasta principios de 2024, aunque siguiendo una senda gradual descendente a partir de la segunda mitad de este año".

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Está claro que con los datos macro en la mano, que es como seguirá actuando el BCE para sus decisiones, observamos cómo la actividad económica en la zona del euro se contrajo ligeramente en torno al cambio de año, pero se ha mantenido relativamente sólida frente a las importantes perturbaciones negativas de oferta que han afectado a la economía.

Mientras tanto se espera que a medida que vayan desapareciendo gradualmente los efectos indirectos de las anteriores perturbaciones de los precios de la energía y otras presiones inflacionistas latentes, lo que impulsará el descenso esperado y los costes laborales se convertirán en el principal factor determinante de la inflación medida por el IAPC (excluidos la energía y los alimentos). Se espera que el crecimiento de los salarios se mantenga por encima del doble de su media histórica durante la mayor parte del horizonte de proyección, como consecuencia de la compensación por la inflación y las tensiones en el mercado de trabajo, así como de las subidas de los salarios mínimos.

Sombrío futuro

Según el propio documento, "los márgenes empresariales, que crecieron notablemente en 2022, esperan que  amortigüen parte de la transmisión de estos costes a medio plazo". Que la política monetaria debería frenar aún más la inflación subyacente en los próximos años. Pero en lo que no entran es en la caída del poder adquisitivo de los consumidores y, por lo tanto, la depresión de la oferta. Ya sabemos que los PMI tanto de manufactura como de servicios, muestran una tendencia clara hacia la contracción y que podrían ser síntoma de lo que está por venir.

A pesar del sombrío futuro proyectado para Europa, los mercados de renta variable se subieron al carro al descontar que los tipos de interés han tocado techo.

Darío García es analista de XTB

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