'PIEDRAS MADRE Y MEMORIAS HERIDAS'

¿Qué esconden los muros de Sant Miquel dels Reis?

16/12/2024 - 

VALÈNCIA. Si las paredes hablaran dirían muchísimas cosas. Desvelarían secretos que podrían cambiar el transcurso de la humanidad, destrozarían relaciones y, tal vez, reconciliarían algunas amistades. Si los ladrillos tuvieran boca podrían contar historias imposibles de sus orígenes y de lo que construyeron, podrían explicar que nacieron en una fábrica cualquiera y que, tras su desplazamiento, se convirtieron en la primera piedra para construir un colegio, una cárcel, un centro militar… 

¿Qué les preguntaríamos a estas rocas si fueran humanas? Esta “entrevista imposible” es parte del reto que se plantean Toni Tordera y Rafel Bellver dentro de Sant Miquel dels Reis, un edificio valenciano emblemático al que le dedican Piedras madre y memorias heridas. Lo hacen de la mano de la Nau, que ahora le dedica a este extraordinario edificio un homenaje que se puede leer en partida doble: entre las páginas de un libro y entre los muros con una exposición que comparten este título. 

Un homenaje que se presenta este lunes 16 de diciembre a partir de las 18:30h en La Nau y que permite descubrir la historia de este edificio que antes de ser bautizado como la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu fue un monasterio, una alquería, una prisión y hasta un colegio público. A lo largo de dos años de investigación, y observando bien de cerca las “piedras madre” de este emblemático lugar, Tordera y Bellver se aventuran a descifrar las palabras de las piedras que habitan los muros para que les desvelen la trayectoria del lugar en el que habitan

Lo hacen escuchando atentamente y prestando atención a cada mínimo detalle que se esconde entre libros, cuadros, obras de arte y demás objetos íntimos que se alojan en este espacio, para generar un libro que es un regalo: Piedras madre y memorias heridas, y que nace del interés por conocer la historia de un espacio “excepcional”: “Nos interesa conocer la historia de las primeras piedras que construyeron Sant Miquel dels Reis -abreviado en el libro como SMR- y ver la forma en la que se transforman a lo largo del tiempo. Analizamos su origen y les interrogamos sobre cómo han sido testigos de todo lo que ha sucedido en este espacio. Lo hacemos con un toque de poética y apoyándonos en los recursos artísticos necesarios para contar la historia”, explica Tordera.

Entre las páginas del libro, se sirven de la historia real de SMR para contar historias de lo que podría haber sucedido en estos espacios. Por ejemplo, escriben sobre un vis a vis entre un hombre y una mujer en una habitación privada y lo que sucede en esa habitación. Lo hacen basándose en una correspondencia real entre una poeta catalana llamada Clara Janés y un poeta checo llamado Vladimir, un relato al que añaden un ligero toque de ficción y algunas imágenes sugerentes para transportar al lector a este momento: “Hacemos literatura de la memoria y de las aventuras de este edificio. Nos interesa generar un libro en el que el lector pueda navegar por las páginas y pasearse por todos los espacios según le interese. Es como un juego de “la oca” en el que puedes caer en la prisión, en la muerte o esquivar los peligros”.

Apoyándose siempre en las piedras “que les hablan” como sus mejores confidentes, Tordera y Bellver se atreven a “rescatarlas, reconstruirlas” y convertirlas en protagonistas para contar la historia de SMR. Lo hacen teniendo bien claro que el edificio es “inconmensurable” por lo que se centran en encontrar la respuesta a ciertos instantes muy concretos: “Nos interesa centrarnos en esos instantes que se capturan en el libro y que muestran detalles muy concretos dentro de este espacio. Rafa captura con su cámara cosas muy específicas como un brote de hierba que sale del muro, un mosaico… todos estos detalles nos cuentan parte de la historia de este lugar y construyen su memoria”. 

Estos detalles sirven para guiar al lector por un recorrido visual y emocional dentro de Sant Miquel dels Reis en el que el tiempo se captura entre dos páginas y entre la poesía de Tordera, quien arriesga a dar una forma cerrada a una historia tan incontenible: “Comprendo Sant Miquel dels Reis como un recortable en el que todo es un juego, en el que no es tan crucial la continuidad de la historia sino las piezas que forman parte de este”, un juego que, sin ningún tipo de duda, hace que cambie su manera de percibir los muros que le rodean.

“Este libro para mí es un viaje. Ha cambiado mi forma de buscar en las paredes que me rodean y me ha enseñado a tocar una piedra comprendiendo que ahí se apoyaban los presos, por ejemplo. Es una acción que a veces me ha hecho llorar y que otras veces me ha hecho preguntarme qué es lo que me rodea”. Viajando desde el monasterio hasta el colegio, a través de la palabra y las imágenes, Bellver y Tordera consiguen rendir homenaje a un edificio que, irónicamente, ahora se ha convertido en una biblioteca. Un edificio que casualmente contiene miles de historias que, de forma poética, consigue el propósito de convertir las paredes normales en paredes mágicas: las que, al igual que los humanos que las habitan, hablan.