VALÈNCIA. El historiador Romàn Gubern apuntaba que el vídeo musical era capaz de aunar aspectos de las vanguardias de la tradición artística y cinematográfica y a la vez romperlos creando nuevos códigos, algo que el autor denominó ‘la estética del post’. Este juego de rasgos estilísticos y nostálgicos, de deconstrucción de los convencionalismos de la imagen, también se positiva en la fotografía musical, o al menos, en cierta fotografía musical.
María Caparrós, Mònica Llop y Francesc Planes son los fotógrafos que encarnan una fotografía fuertemente anclada a lo musical en la que se desarrolla un estilo que impregna los trabajos de músicos y sellos independientes. Prima lo analógico y el uso de elementos y juegos de color con aire nostálgico, de esa nostalgia inventada que es el deseo de adueñarse del pasado, pese a que por la juventud de las personas aquí entrevistadas, no lo hayan podido vivir.
Para la fotógrafa valenciana Mònica Llop fue la fotografía la que le encontró y le sirvió para encontrarse. “Siempre me ha interesado el orden, la arquitectura, la luz. De pequeña fotografiaba a mis amigas con cámaras compactas baratas de mis padres. Cuando tenía oportunidad de viajar sacaba la cámara y poco a poco fui educando mi ojo. También soy periodista y cuando cursaba el grado me interesaba mucho el fotoperiodismo, personajes como Gerda Taro me marcaron. Pensaba y pienso que es muy importante documentar el presente, visibilizar lo invisible, las personas e historias invisibles”.
“En 2012 pasé una mala experiencia y me refugié en la fotografía. Necesitaba sacar la belleza de cada rincón, cada sitio, en medio de un momento de destrucción. Realicé un curso de fotografía artística en TAMK, Universidad de Tampere (Finlandia), y a partir de ahí vi que mi historia con la fotografía iba en serio. Más tarde, el fotoperiodista German Caballero me habló del curso anual de Blank Paper en Valencia y lo cursé. Desde entonces hasta ahora la fotografía sigue siendo mi refugio. Me ayuda a digerir momentos difíciles y a sacar la belleza de la mierda”.
Francesc Planes es uno de los fotógrafos que refleja esta tendencia. Desde lo local y doméstico, fotografiar a su abuela en el entorno de l’Horta Nord, aprendió a disparar. “Desde pequeño sentí pasión por las artes plásticas. Tras años desvinculado de lo creativo empiezo a fotografiar de casualidad. Fui subiendo sus fotos a Instagram y me salieron algunos trabajos y hasta que se convirtió en regular”.
Su fotografía se centra en las personas, en los elementos diferentes y rupturistas y el uso de colores llamativos. Su trabajo ha sido publicado en revistas como T Magazine, Teen Vogue, i-D, o Esquire. “La fotografía me llenó en su momento y me centré en ello. Me daba la posibilidad de inmortalizar las cosas que veía y lo que me interesaba, y crear”.
María Caparrós nació en Caravaca de la Cruz (Murcia). De allí, a Murcia ciudad, donde estudió Historia del Arte y el Grado Superior de Fotografía Artística. Tras seguir formándose y residir en Madrid, aterrizó en València. Como en tantos casos, la pulsión fotográfica le viene por una mezcla de azar e infancia. “Mis padres me regalaron mi primera cámara en sexto de primaria, un verano que nos fuimos a Cantabria. Yo siempre había sido más de dibujar pero recuerdo que me gustó mucho la sensación y empecé a interesarme. Luego recuerdo que descubrí Fotolog y me piqué a intentar hacer fotos superartísticas. Terminé haciendo el bachiller artístico y en la optativa de imagen, tuve un profesor increíble que me hizo enamorarme de la asignatura y descubrir que quería ser fotógrafa”. El trabajo de Caparrós está influenciado por fotógrafos como Lou Escobar, Candagarslani, Coco Capitán o Jesseherzog, entre otros.
“Me gusta mucho el color y trabajar con él para expresarme. También me gusta mucho la música y es interesante crear a partir de esta. Es una manera de retroalimentarse junto a otro creador. Aunque cada artista tiene su estilo y cada director/fotógrafo el suyo, sí que es verdad que estos últimos años el videoclip es un boom”. Cuenta Francesc. “En los trabajos que he hecho se me ha dado total libertad. Aunque siempre hay que tener claro el estilo de con quien estas trabajando y buscar un equilibrio y saber lo que le va a funcionar.
Francesc ha trabajado recientemente para cantantes valencianas como Chloe’s Clue o Sierra Leona. “Son trabajos pequeños pero con mucha libertad creativa para trabajar con tranquilidad. Luego también he fotografiado a algunos artistas nacionales para reportajes como Sen Senra”.
María se mudó a Madrid con la idea de centrarse en el sector de la moda. “Pero descubrí que me gustaba mucho más trabajar en proyectos musicales porque siempre me divierto y conozco a gente interesante y con ilusión, algo que, aunque no me gusta generalizar, no te encuentras tanto en moda”.
Afirma que podemos hablar de una 'nueva estética videoclip'. “Cada artista tiene una estética propia que quiere reflejar a través de la imagen que proyecta. Formamos parte de una generación de supervivientes y a veces te encuentras con superproducciones y otras muchas con artistas que cuentan con presupuestos muy bajos. La mayoría de la gente que está empezando, ha aprendido a arreglárselas con lo mínimo y eso se ve reflejado en sus vídeos. Creo que ahí sí que estamos hablando de una nueva estética. Por experiencia, los músicos con los que yo he trabajado al menos, prefieren transmitir una imagen más realista y cercana porque es algo que cala más. Cuando hay dinero y equipo para hacer algo en 16 milímetros y cuidar hasta el mínimo detalle pero sino es así, que se note también que no pasa nada”.
Aunque María Caparrós solo lleva relativamente poco fotografiando para músicos, ha tomado imágenes de rodajes, para portada de discos, fotos de promoción y tras las paredes del backstage. “He trabajado con gente muy variada: María Escarmiento, Natalia Lacunza, Cariño, Melenas, Yana Zafiro, Bronquio, Marcelo Criminal, Laborde... Todos son gente super humilde y cercana y a muchos los considero mis amigos.
“Recuerdo con especial cariño dos trabajos: la primera portada que realicé para Cariño para su tema La bajona donde me dieron absoluta libertad y la foto de portada y fotos de promoción para el EP de María Escarmiento Sintiéndolo mucho, donde éramos un equipo de seis chicas y creamos una simbiosis mágica”.
“Desde pequeña estudié música y ha sido otro refugio”, explica Mónica Llop. “Soy una melómana y durante unos años fui periodista musical. Los proyectos me vinieron de forma totalmente natural y, de forma orgánica junto a otro tipo de proyectos, se han quedado en mi día a día.
En un proyecto musical lo más importante es que las personas que conforman la banda se sientan cómodas con lo que haces. Arriesgar está bien, pero sin imponerles nada. Llegar a un punto intermedio entre lo que crees que el grupo necesita, lo que te proponen y la magia del momento.
“Cuando trabajas con bandas tienes que hacer un trabajo psicológico de fondo e intentar que se sientan tranquilos teniendo el objetivo de la cámara delante y, muchas veces, es muy difícil, sobre todo en los grupos compuestos por más de tres personas. Depende mucho también de la escena en la que se mueva la banda y de su organización, de si se autogestionan o dependen de promotoras, discográficas”.
“Puede que desde fuera se sitúe nuestra fotografía dentro de una estética concreta, pero cada proyecto es un universo diferente y lo intento tratar como tal. Sí que creo que en València tenemos una luz especial o al menos así lo veo yo. La luz dura, el contraste y el azul cielo podrían ser el denominador común de la estética de la que hablas. Pero, por mi parte, no es buscada sino que es una consecuencia del territorio en el que vivo”.
Mònica ha trabajado en la portada del nuevo disco de Lanuca (CYA JYX), junto al diseñador Pablo Aragón. “Para esta portada usé una fotografía mía, Pablo hizo el diseño 3D y le metimos efecto grano para que quedase todo más cohesionado. Quería que la portada respirase un aire marciano, pero orgánico a la vez”. También es la responsable de la dirección de arte y el diseño para el LP de 'Jo i el món' de Joe Pask, disco que ha recibido el premio a mejor diseño en los Premis Ovidi 2021.
“Yo trabajo más en analógico. Pero las dos son válidas. Al final es la manera en la que te sientas más a gusto y te guste más trabajar. Las dos sirven para lo mismo. Yo me siento más cómodo en analogico", indica Francesc. Lo mismo le sucede a María Caparrós: “Analógico sin duda. Creo que la base que te da de primeras utilizando una buena película, es preciosa y requiere de muy poca edición. Obviamente en el día a día, sale más caro pero si reduces tu tiempo de edición y tu trabajo refleja mejor lo que quieres transmitir, estas ganando en todos los sentidos. Porque estar satisfecho haciendo lo que te gusta es fundamental. Y porque el tiempo es oro”.