VALÈNCIA. Llegó la hora. El Villarreal recibe mañana a la Juventus en la Cerámica en una cita marcada en rojo desde hace meses. Los italianos se presentan en La Plana cuando atraviesan probablemente su mejor momento de la temporada. Tras un inicio de liga complicado, la escuadra de Massimiliano Allegri no pierde en Serie A desde el pasado 27 de noviembre frente a la Atalanta: un equipo que, casualmente, ya sucumbió ante los groguets en la fase de grupos de la máxima competición europea.
Sin embargo, los hombres de Unai Emery no tienen motivos para ser pesimistas. El club bianconero, con una historia y un palmarés increíbles, atraviesa una época de transición y está lejos de aquel conjunto que conquistó nueve Scudettos consecutivos la pasada década. A día de hoy, bastante tienen los turineses con pelear por unos puestos europeos que cada año son más caros en Italia.
En lo puramente futbolístico, el Villarreal tiene armas de sobra para hacerle daño a una Juve que presentará sensibles bajas en defensa. El pasado viernes, en el empate frente al Torino en el derby della Molle, Allegri no pudo contar con Giorgio Chiellini, Leonardo Bonucci y Daniele Rugani. Tuvo que improvisar el técnico toscano una defensa de circunstancias colocando a Alex Sandro como central, ya que el exmadridista Danilo, que probablemente ocupará mañana dicha posición junto a Matthijs de Ligt, estaba sancionado.
A pesar de su buena racha y de haber terminado líder en la fase de grupos por delante del Chelsea, el rival groguet tiene serias dificultades para mantener la regularidad durante 90 minutos. En defensa concede y no tiene un centro del campo preparado para maniatar los partidos y llevarlos al terreno que le interesa. En el 4-3-3 de Allegri, Manuel Locatelli es el único futbolista preparado para dicho cometido, con permiso del exbarcelonista Arthur Melo, que suele participar en las segundas partes. El fichaje del internacional suizo Denis Zakaria pretende darle más consistencia y músculo en una parcela donde tanto Adrien Rabiot como Weston McKennie pueden hacer daño llegando en segunda línea.
El gran peligro de la Juventus radica en su vertiente ofensiva. La magia de Paulo Dybala en tres cuartos de campo nutre una dupla que se está entendiendo a las mil maravillas: Álvaro Morata y Dusan Vlahovic. La elevada cotización del español en el Calcio no es casualidad: viene abalada por una enorme inteligencia a la hora de atacar los espacios y abrirlos para habilitar al serbio en zona de remate, donde es letal. La llegada del exdelantero de la Fiorentina a Turín durante este pasado mercado de invierno dejó más de 80 millones de euros en las arcas viola, una cantidad justa para uno de los arietes más completos del continente (21 tantos y 5 asistencias en lo que va de temporada), y que acaba de cumplir 22 primaveras.
Lo lógico es que el Villarreal tome el control del balón y la Juve, consciente de que esa batalla la tiene perdida, así se lo conceda. Las pérdidas en el centro del campo, con el equipo abierto, pueden ser tremendamente peligrosas y le abrirían a la Juventus un escenario donde los italianos se sienten como pez en el agua. Se minimizarán riesgos si los groguets se hacen dueños del balón, hacen un buen repliegue en caso de pérdida y mantienen las líneas muy juntas en fase defensiva. Si todo ello sale bien, lo lógico es que los italianos terminen retrasando líneas y concediendo en su área.
Una de las claves del partido puede residir en el balón parado. La Juve está sacando muchísimo rédito de este aspecto del juego en los últimos encuentros (ha anotado sus últimos dos tantos frente a Atalanta y Torino en saques de esquina); por lo tanto, los de Emery tendrán mucho ganado si multiplican las vigilancias en este tipo de acciones y marcan la diferencia en ataque para cosechar así un resultado favorable de cara a la vuelta en el Juventus Stadium.
