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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Reciprocidad internacional

Foto: CHRISTOPH SOEDER/DPA
9/09/2023 - 

Esta semana las noticias, y por lo tanto este artículo, tienen una gran carga económica. Estamos en fechas de revisiones e informes de las principales agencias de evaluación y riesgos económicos, S &P, Fitch o Moody’s, que revisan la situación de diferentes países, como Turquía, Noruega, Alemania, Grecia, España o Bélgica, pero además también tenemos en España la revisión trimestral del Comité Asesor Técnico del Ibex 35, y en Europa la reunión del Banco Central Europeo del día 14 de este mes.

Pero sobre todo, es la reunión de este fin de semana del G20 en la India (ahora se quieren llamar Barat), lo que va a llenar bastantes líneas de la prensa y minutos de radio y televisión, por supuesto de la redes sociales. En este foro internacional vamos a ver una serie de actores internacionales, que en las últimas semanas han protagonizado diferentes reuniones, por lo que no harán grandes declaraciones ni darán grandes sorpresas, más bien vamos a tener una reunión aburrida, y sin declaración final de la cumbre, como ha manifestado el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, cosa que para los que hayan participado o estado en algún foro internacional, hemos visto y comprobado que es uno de los grandes objetivos, por lo que sin declaración final no hay guinda del pastel.

Por una parte asistirán los BRICS +, esos 11 países, los cinco originarios (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) más la ampliación a seis (Argentina, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán) decidida en la última reunión, de este mes de agosto, en la que se intentaba buscar un contrapeso financiero (de divisas) al dólar norteamericano, cosa que aún no está suficientemente madura al no existir una divisa que pueda hacer sombra al heredero americano del Real de la ocho español, y de la que ya les hablé, dada la progresiva bajada de valor del Yuan respecto al Euro y al Dólar, aunque no por ello haya dejado de aumentar su utilización en las transacciones internacionales, gracias a las sanciones a Rusia.

Por otra parte irán los países que componen el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos de América, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea) ese grupo de ocho actores internacionales, ya saben en este mundo moderno de esta sociedad líquida, no es nada verdad ni es mentira es todo según el color con el que se mira, como diría nuestro gran escritor Ramón de Campoamor, que últimamente se reúnen más asiduamente que antes, sobre todo para presionar a Rusia, como les he dicho. Además a los BRICS+ y a los G7,se les une una serie de países como son Australia, Indonesia, México, República de Corea y Turquía hasta totalizar 24 miembros de este G20, ya ven que no coincide, 20 no es igual a 24 (otra vez a vueltas con Campoamor). Y finalmente hay un furgón de cola, para contentar, entre otras cuestiones, egos personales e intereses, a veces, incluso espurios, de una serie de países invitados, empezando por ejemplo por Egipto, Países Bajos, Nigeria, Bangladesh, islas Mauricio, Sultanato de Omán, Singapur, Emiratos Árabes Unidos y nosotros, España.

Imagen de la Cumbre del G20 realizada en 2022. Foto: CHRISTOPH SOEDER/DPA

Como verán, el foro es interesante y curioso por lo variado y la potencia de sus miembros, dado que recoge la mayor parte del porcentaje de producto interior bruto del mundo, y también de población, es decir poder económico y poder demográfico, a los que se les une, por supuesto, el poder militar e industrial; además en estos foros se producen diversas decisiones o se ponen en común acuerdos, que permiten a los líderes, así como a otros diversos participantes (ministros, académicos, incluso gurús) observar las tendencias y/o posibles nuevas regulaciones globales.

Pero esta reunión de la India, parece que va a defraudar, por el poco contenido y consenso en sus conclusiones, como ya les he adelantado, para empezar seguramente y según el presidente del Consejo Europeo, no va haber declaración institucional final. Pero, para lo que si va a servir, es para seguir poniendo en escena, la conformación de esos dos bloques, por una parte el bloque Occidental y por otra parte, su contrapeso Oriental, es decir G7 versus BRICS +.

Pero no se preocupen, como ya les conté en otro artículo, a pesar de la existencia de esos dos bloques, del posible desarrollo de esa segunda Guerra Fría, seguirá existiendo comercio entre ambos bloques por el alto grado de conectividad existente tanto económica, como socialmente, pero la Globalización, tal como la conocimos ira cambiando. Y qué quiere decir eso, pues por ejemplo que esas regulaciones que han permitido, a través del orden liberal preexistente, crear lo que se ha llamado globalización, se fragmentará dado que entre otras cuestiones, las últimas crisis, desde la pandemia, hasta la penúltima, que ha sido la guerra de Ucrania, han alterado las cadenas de suministros, de diversos servicios y productos, entre las diferentes regiones del mundo.

Este desacople global en las relaciones comerciales se reflejará en la existencia, como adelantaba el CIDOB, de dos bloques con una alta competencia estratégica, pero que seguirán comerciando en los sectores más de consumo e inversión financiera pero que dejará al margen de esos intercambios, sectores críticos para la geopolítica y fundamentales en ese enfrentamiento estratégico como son los tecnológicos con implicaciones, o de doble uso, en la Seguridad y la Defensa. Por eso la última noticia de la compra de un importante paquete accionarial de Telefónica por parte de Arabia Saudí es preocupante, fíjense que la tecnológica está aliada con Elon Musk y su Starlink en dar internet al mundo, y estos últimos a su vez proveen de información satelital/internet a Ucrania en su guerra.

Foto: KAY NIETFELD/DPA

Todo se complica después de los contratos de los árabes sauditas con nuestras empresas, tanto para construir sus trenes de alta velocidad, como ahora mismo los contratos mil millonarios pendientes de ratificar (después de los ya firmados), entre otros para comprarnos buques de guerra construidos por Navantia, con el impacto en nuestras listas de empleo, lo que reduce nuestra autonomía en cuanto a la hora de tomar decisiones, en el mundo global, todo está conectado y relacionado.

Pero lo que más me molesta de estas inversiones foráneas, es que cuando uno estudia derecho o relaciones internacionales, uno de los principios básicos en esos ámbitos es la reciprocidad. Es decir, cuando un Estado llega a un acuerdo con otro, se reconocen una correspondencia mutua, de uno respecto al otro, en alguna cuestión o intercambio concreto, y les aseguro que si van a Riad o a la Meca, no podrán hacer o celebrar sus ritos o costumbres en aquellas tierras, como pueden hacer ellos en España, ni invertir (de forma dominante) en sus sectores más estratégicos (como limitan la mayoría del resto de países); lo de nuestra independencia o autonomía estratégica nos pasa como a Europa, es como el cuento de la lechera, que se le rompió el cántaro en forma de gaseoducto, pero se parece más bien a un nudo gordiano, a la espera de su Alejandro Magno, ¿quién ejercerá de él?

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