Recuperar la confianza y trabajar las emociones, así miran al futuro jóvenes que ni estudian ni trabajan 

15/04/2023 - 

VALÈNCIA. Recuperar la confianza con uno mismo, romper los bucles negativos y volver a ser conscientes del potencial de uno mismo. Eso es lo que pretende el programa Jove Oportunidad, financiado por el Instut Valencià de la Joventut (IVAJ), al que pueden acceder jóvenes de entre 16 y 21 años sin estudios ni trabajo. En la actual edición espera poder atender más de 900 personas en 75 centros localizados en municipios de más de 10.000 habitantes repartidos por la Comunitat Valenciana. 

“Lo interesante es que en este tipo de programas se les muestra más vías educativas que en la Educación Secundaria”, explica la coach del joop (así llaman a cada centro) de Alcàsser, Carla Ferrer. La coach destaca la importancia de la atención personalizada y adaptada a cada joven, para que así cada uno encuentre la salida educativa o profesional que le pueda ser más beneficiosa.

Los jóvenes, o joopers, llegan al programa a través de Labora, los orientadores de institutos, servicios sociales, o incluso por la recomendación de un amigo, como ocurre en varios casos de Alcàsser. “Cuando vine a la primera reunión éramos unas cuatro personas o así, pero lo fuimos comentando por el pueblo y ahora somos muchos más”, explica con ilusión uno de los asistentes.  A Jove Oportunitat llegan realidades muy diversas. Ferrer considera importante ser una persona comprensiva y tolerante, en especial en los primeros momentos. “Ellos están huyendo del sistema educativo reglado, donde los roles están muy marcados. Aquí lo que se busca es darle la vuelta a la tortilla, generar un ambiente participativo, donde todos sean iguales”, asegura la coach. 

La mayoría de los joopers no quieren abandonar su formación personal y profesional, pero han entrado en un bucle en el que la falta de confianza en uno mismo les ha llevado a està situación, destacan desde el programa. Para romper con esta dinámica es preciso “hacerles ver que son personas muy válidas y con mucho potencial”, explica Ferrer. Desde Jove Oportunitat se trabajan otros valores como la autoestima, la paciencia, y la capacidad de concentración. Para ello se llevan a cabo dinámicas participativas en las que se aprende a trabajar en equipo y resolver problemas, para así poder desarrollar nuevas habilidades, tanto emocionales como sociales. La coach considera vital poder adaptar el programa a las necesidades de cada grupo y no que los jóvenes deban entrar en los cánones exigidos por Jove Oportunitat. 

Todo ello se realiza desde el coaching motivacional, una metodología completamente distinta a la de la educación reglada que permite tener aulas sin papeles en las que domina la escucha activa de los jóvenes. Estas aulas las guían profesionales expertos en psicología, pedagogía, psicopedagogía y educación social.  Una de las dinámicas llevadas a cabo en Alcàsser és una gymkana por equipos. Con talleres basados en juegos de habilidad y resolución de problemas matemáticos se trabaja la cooperación con los compañeros y la gestión del éxito y del fracaso. Se trata de problemas simples, como una simple regla de tres, pero que pretenden hacer ver a los jóvenes que, en un equipo “somos todos uno”. 

Tras cada prueba se le entrega al equipo ganador la pieza de un puzzle. Cada pieza tiene escrita una frase en un alfabeto desconocido. Una vez finalizada la gymkana deben, entre todos, resolver el enigma de cada palabra con la ayuda de una guía de traducción, y completar el puzzle. Frase completada: ‘El trabajo en equipo es el secreto para que gente común consiga resultados extraordinarios’. Entre los jóvenes se vislumbra ilusión, optimismo y ganas de encontrar una salida profesional. Sueñan con ser, entre otras profesiones, psicólogos, profesores, mecánicos y técnicos de imagen y sonido. “Me gustaría hacer la carrera de imagen y sonido. Quiero dedicarme a esto, y es que en un trabajo que te guste vas a estar mucho mejor”, reflexiona Vicent, uno de los joopers.  

Entre estos jóvenes se encuentra Paco, quien cree que el programa es “una oportunidad de prepararse para la vida”. “Si te quedas en casa jugando a la play no te vas a enterar de cosas que pueden servir”, relata Paco, quien explica que gracias a Jove Oportunitat ha descubierto la existencia de cursos formativos, como el de monitor o carretillero, que le pueden abrir nuevas puertas laborales. Además, desde la organización destacan el trabajo que se realiza para evitar que se repitan los mismos patrones con los que cada jooper había llegado al programa. “Si no repetimos los patrones, poco a poco se van sintiendo más cómodos y participativos porque pueden mostrarse como son. Una vez conseguido ya se pueden trabajar otras herramientas”, expone la coach del joop de Alcàsser. 

El director del IVAJ, Jesús Martí, coincide en que el programa ofrece a los jóvenes un método distinto de volver a recuperar la confianza en uno mismo y, "partiendo de lo que uno sabe, le interesa y quiere hacer", conseguir "resultados impresionantes". Para Martí, la clave de Jove Oportunitat está en que las características del programa permiten "superar las diferencias de edad" entre el cuerpo orientador y los jóvenes "simplemente con mirarles a los ojos y escucharles". 

“Hasta los orientadores escolares están viendo la gran oportunidad que supone tener un programa de este tipo para los chavales que en los institutos no han podido demostrar su valía”, añade el director de esta institución. Martí recalca que Jove Oportunitat permite "dar una nueva oportunidad a la gente a la que hemos fallado" desde la educación reglada. Las claves, según el director del IVAJ, para poder dar esta nueva oportunidad pasan por "escuchar, mirar a los ojos, acompañar y confiar" en los jóvenes que deciden acudir al programa.

Trabajar la realidad de cada joven

El programa se desarrolla durante 98 días de lunes a viernes en horario de 09:00h a 13:00h, con una pequeña pausa para poder almorzar. No obstante, de 13:00h a 14:00h se desarrolla una sesión individual con la coach. Esta hora se aprovecha para trabajar de forma más individualizada sobre cada jooper. En algunos casos se cuenta también con las familias, aunque no todas se muestran predispuestas a hacerlo. 

No obstante, desde la organización destacan que el trabajo se debe realizar siempre teniendo en cuenta lo que vaya a ser más positivo para el presente y el futuro de cada joven. “Colaboramos con las familias para coordinarnos pero trabajamos siempre desde los intereses de los jóvenes”, explica el coordinador psicopedagógico.

Observar de cerca el mundo laboral

Durante el programa se realizan salidas a empresas del municipio o de lugares cercanos, donde los jóvenes pueden descubrir nuevas salidas laborales. En el caso concreto de Alcàsser, se han relizado dos visitas a empresas. Una a un taller fallero y otra a un taller de reparación y mantenimiento de vehículos, ambas de la misma localidad. “Nos enseñaron todas las funciones que se llevan a cabo e incluso descubrimos oficios que no sabíamos que existían”, explica Ferrer. 

Los jóvenes destacan la importancia de estas visitas para ver a qué se pueden dedicar o, como es el caso de Paco, confirmar que es la mecánica lo que más le gusta tras la visita al taller. Vicent, ante las visitas a los centros de trabajo, valora: “nos ha venido muy bien, sobre todo si no tenemos muy claro que hacer todavía. Eso nos motiva y nos hace tener las ideas más claras”. 

Una oportunidad para volver a estudiar

Los joopers también se preparan durante este período para poder acceder de nuevo a la educación reglada. Muchos de ellos no tienen acabados sus estudios obligatorios y ven en este programa una oportunidad para entrar a un ciclo formativo y encontrar una salida profesional. Para esta tarea, desde el programa usan una plataforma con un campus virtual con un equipo formado por 15 profesores, 3 por asignatura, para ayudar en las tareas necesarias a todos los joopers de la Comunitat Valenciana. 

Los profesores conocen de antemano el perfil de los alumnos con los que van a trabajar y adaptan los recursos a sus necesidades y a las exigencias del examen de la prueba de acceso, explican desde la coordinación psicopedagógica del programa. Además, desde Jove Oportunitat se les asesora en el trámite y pago de las tasas, así como en el examen y en cualquier tipo de revisión de nota que se pueda llevar a cabo. “La tasa de aprobados de joop el año pasado fue superior a la media de la Comunitat Valenciana”, explica el coordinador.

“Es una buena manera para prepararse para la prueba de acceso. A mí me gusta, vengo con ganas y estoy motivado para aprobar”, explica Vicent. Por su parte, Paco confía en poder superar la prueba y estudiar mecánica. “A mi me gusta estudiar, pero de lo que yo quiero”, asegura Paco, quien abandonó el instituto, pero no la rutina: “me fui al campo a trabajar hasta que entré en Joop”. Ahora, su intención es hacer “todo lo posible” para estar el año que viene de nuevo en las aulas.

“El vínculo que generas no se pierde nunca”

Jove Oportunitat no son solo las sesiones regladas, sino que va más allá. Cada mes, en los seis meses posteriores a la finalización del programa, se invita a los joopers a comer o merendar en un ambiente más distendido. “Es una jornada de unas cuatro o cinco horas, más informal, en la que realizar un seguimiento y comprobar cómo está evolucionando cada joven”, destacan desde la organización del programa. Estas reuniones sirven para poder ver la evolución del jooper y poder ofrecer nuevas herramientas para evitar volver a la situación que tenía antes del inicio del programa. 

Además, el programa se cierra con una jornada final en albergues donde todos los grupos de una misma provincia se conocen y conviven. "Muchos ni han ido nunca a una piscina o una convivencia, es sí como una recompensa al final para ellos", explican desde la organización. Esto se completa con actividades en verano relacionadas con el ocio, el mar y del disfrute. Sin duda, una forma redonda de cerrar un capítulo de sus vidas que les da una nueva oportunidad de relanzar su futuro.

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