crónicaCP - 40º congreso federal del psoe

Reencuentro festivalero socialista

17/10/2021 - 

VALÈNCIA. La cola es larga pero predomina el buen humor y el ambiente es festivo. O mejor dicho, festivalero. Los delegados e invitados socialistas se agolpan en torno a los 'food tracks' habilitados a pocos metros de donde se desarrolla el 40ª Congreso Federal del PSOE. 

Las hamburguesas y las pizzas son un tesoro, pero más aún lo son las cervezas que brotan de los barriles. "Primero hay que coger el ticket y luego ir a la barra", protesta algún afiliado con cierta desazón, un comentario clásico de cualquier gran evento musical con tres escenarios.

Los tiempos han cambiado. Y el PSOE, también. El plenario, un gran recinto con una anchísima trasera colorida, una enorme pantalla de plasma incrustada y otro gran monitor colgado del techo en el centro, se asemeja más al de un gran evento de innovación que al de un cónclave de partido. "Esto parece un congreso de 'start-ups'", afirma un delegado agradablemente sorprendido por la modernidad.


Mientras históricos como Felipe González o Rodríguez Zapatero presumen, no sin cierto aroma nostálgico, de los 142 años de recorrido del PSOE, la nueva realidad del partido despierta simultáneamente alrededor del recinto. Stands de LGTBI, feminismo, merchandising... multitud de ofertas vinculadas al nuevo socialismo que, no obstante, parecen ajustarse a los sentimientos de los miles de asistentes al cónclave del partido.


A mediodía, tras intensas intervenciones de los referentes socialistas, dos enormes paellas y un DJ cobran protagonismo en medio de la gran terraza exterior frente al pabellón. Los delegados e invitados buscan mesas libres mientras comienzan el ritual de la tertulia regada con cerveza: los acentos de partes de toda España se mezclan, con discusiones sobre el mejor discurso de la mañana -'felipistas' vs 'zapateristas'-, la futura Ejecutiva, el problema del agua, la financiación o, simplemente, con chascarrillos de anteriores citas orgánicas.

Como en cualquier festival, la afluencia a barras y terrazas es perenne. Mientras los delegados acuden a sus respectivas comisiones, muchos de los invitados alternan las visitas al plenario con el regreso a los círculos exteriores donde se concentran los cotilleos y los contactos. "Tras la pandemia, tenía sentido hacer un congreso así. Teníamos ganas de vernos", resume con sencillez una dirigente local, para explicar el constante trajín entre mesa y mesa.


Mientras, en el interior, se suceden los debates serios. La posición global del PSOE frente a la reforma de la financiación autonómica; la descentralización de las instituciones; el fin de la prostitución; el avance hacia un estado más federal... La mayoría asuntos que se han afrontado en muchas ocasiones dentro de la familia socialista pero que, de alguna manera, llegan a pasar por momentos a un segundo plano ante el sentimiento de reencuentro general tras la pandemia.

Que el presidente del Gobierno se haga 'selfies' con los asistentes; que un alcalde aborde a un conseller para preguntarle sobre unos fondos; que un recién elegido para la Ejecutiva se fotografíe con militantes, o que el presidente de la Generalitat se pare a charlar con un afiliado de base, son esas cosas que forman parte de esta jornada de puertas abiertas del socialismo.

Algún veterano observa el 'festival' con cierto recelo y lo califica de "parque temático", para recordar con nostalgia aquellas salas repletas de humo donde se debatían posicionamientos ideológicos con tesón. Sin embargo, tampoco puede evitar sonreír ante el reencuentro con algún compañero del otro lado de España, aunque este se produzca con el sonido ensordecedor de la música 'remember' y bajo el aroma de una enorme paella que, probablemente, necesite 'allioli'.

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