Hay momentos en los que a uno le cuesta escribir, en los que la dureza de la realidad se impone. Días en los que el dolor, la rabia y la impotencia hacen complicado incluso atisbar esperanza en el día después. Días durísimos en los que la gratitud hacia quienes están a nuestro lado es quizás la única manera de sobrellevar el vacío que dejan las llamas en tu tierra. La gratitud hacia quienes desde hace días luchan sin tregua para frenar los incendios que azotan a la Comunitat Valenciana.
Hoy quisiera que esta reflexión fuera un reconocimiento a las centenares de personas que velan por nuestra seguridad, que se han dejado, y se están dejando la piel en los incendios de la Vall d’Ebo y Bejís, como lo hicieron hace semanas en Venta del Moro o Calles, como lo han hecho también en Olocau. Como lo hacen cada día cuando el fuego amenaza nuestros espacios naturales. Hoy quisiera reconocer el trabajo, la profesionalidad y la humanidad de los bomberos y bomberas. Reconocer el enorme trabajo de las brigadas forestales, de los cuerpos y fuerzas de seguridad, de la UME, de las voluntarias y voluntarios de Protección Civil.
Gracias a tantísimas personas que en los peores escenarios se juegan su vida para preservar la nuestra. La vida en su sentido más amplio: nuestra integridad física pero también la emocional. Aquella vida construida en nuestros hogares, en la tierra que queremos, la vida anclada a paisajes de la infancia y a nuestras raíces, a los cultivos agrícolas o ganaderías, la vida descubierta en los paseos por sendas de montaña hoy devastadas. La vida que miles de valencianas y valencianos han construido en esos parajes naturales, lugares que han conservado y cuidado, y que todas y todos debemos ahora ayudar a reconstruir. La vida que forma nuestro patrimonio natural, el paisaje de nuestras comarcas y los ecosistemas de nuestra Comunitat. Lo que hemos perdido en estos incendio lo hemos perdido todos los valencianos, y debemos ser todos quienes trabajemos para recuperar esas comarcas.
“No nos olvidéis” pedía hace unos días la Alcaldesa de la Vall d’Ebo en un emocionado mensaje, tan viral como difícil de olvidar. Es el gran trabajo que nos queda por delante como valencianos, ayudar a renacer a las zonas afectadas. El President de la Generalitat ya ha anunciado que el próximo 29 de agosto el Consell aprobará planes de ayudas para los municipios afectados. Y los de siempre ya han tratado de poner palos en la rueda. Cada día cuesta más, sinceramente, soportar el hastío que causa una oposición como la que tenemos, ocupada en destruir e incapaz de aportar.
No malgastaré tiempo en quienes hace mucho dejaron de preocuparse y ayudar a esta tierra porque es tiempo de estar a la altura, como lo han hecho quienes luchan contra el fuego, y las vecinas y vecinos afectados por los incendios. Es tiempo de renacer, y eso comienza con ayudar a las comarcas afectadas. Y por no olvidar nada de lo ocurrido porque las vecinas y vecinos de Vall d’Ebo, Bejís, Altura, Teresa, Alcublas, Fageca y tantos otros municipios nos necesitarán cuando se apaguen las llamas.
Es también tiempo de no olvidar que quienes hoy reciben agradecimientos y aplausos por su lucha contra las llamas son empleados públicos. Y eso también hay que ponerlo en valor y defender ‘lo público’ porque es ese sistema público de sanidad quien nos salvó y cuidó durante la pandemia, es ‘lo público’ quien actúa cuando nos azotan las inundaciones y es ‘lo público’ quien hoy nos protege del fuego. Servicios públicos que debemos preservar y mejorar cada día. Y eso lo hacemos también todas y todos con los impuestos que nos permiten invertir en servicios públicos. Es tiempo de renacer, de recordar que todos ayudamos a mantener los servicios públicos que cuidan de nuestra vida, y todos ayudaremos ahora al renacer de los pueblos afectados por el fuego.