CASTELLÓ. La provincia de Castellón es pionera y protagonista en un aspecto clave de futuro: la transición energética del sector de la aviación. La refinería de bp en Castelló fue la primera en el mundo en obtener la certificación para producir combustible de aviación sostenible (Sustainable Aviation Fuel, SAF) y la primera en vender SAF con certificado ISCC PLUS en Europa, un certificado que demuestra la incorporación de materias primas biológicas en el combustible de aviación. Su posición estratégica junto al puerto, la cercanía con el aeropuerto de Castellón y los proyectos para seguir creciendo en este y otros ámbitos, sitúan a la planta de bp del polígono del Serrallo y a la provincia en un momento clave para contribuir a la transición energética de la aviación.
La Ley Europea del Clima, aprobada en junio de 2021, marca el reto de reducir en un 55% las emisiones de gases efecto invernadero en 2030 y fija el objetivo de alcanzar la llamada neutralidad climática en la UE en 2050. En este camino hacia la sostenibilidad, la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), organismo de las Naciones Unidas, ha marcado el objetivo colectivo a nivel mundial de reducir las emisiones de CO2 en la aviación internacional un 5% para 2030. La transición hacia la descarbonización de la aviación pasa por la incorporación de biocombustibles o combustible de aviación sostenible (SAF), un objetivo en el que ya se han logrado hitos importantes y que tiene una meta cercana: el reglamento europeo RefuelUE Aviation establece que el combustible para aviones puesto a disposición de los operadores aéreos en los aeropuertos de la UE debe contener un mínimo del 2% de SAF en 2025 y aumentar progresivamente el porcentaje hasta alcanzar el 70% en 2050.
¿En qué punto de este camino hacia la descarbonización de la aviación nos encontramos? ¿Qué hace falta para alcanzar el objetivo sin perder viabilidad económica? ¿Qué papel juegan los aeropuertos y las aerolíneas? ¿Y los viajeros? ¿En qué puede ayudar la Administración? Para responder a estas preguntas, Castellón Plaza ha sentado a representantes de los diferentes sectores involucrados en este camino hacia un futuro de la aviación con menos emisiones de carbono para debatir sobre la situación actual y abordar algunos de los retos más importantes a los que se enfrenta el sector en sus diferentes ámbitos: producción de biocombustibles, aerolíneas, aeropuertos, administración e investigación.
En el debate participaron la consellera de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Salomé Pradas; la directora de optimización de la refinería de bp Energía, Ana Giner; el director del Aeropuerto de Castellón, Justo Vellón; el director del Instituto de Tecnología Química (ITQ) -centro de investigación mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Politècnica de València (UPV)-, José Manuel Serra; la directora de Calidad y Medio Ambiente de Air Nostrum, María José Sanz; así como el CEO de Ediciones Plaza, José Manuel del Arco, y el director de Castellón Plaza, Ramón Olivares, encargado de moderar la mesa de diálogo.
Sobre la mesa, desde el principio estuvo el hecho de que el combustible de aviación sostenible (SAF) es ya una realidad en la provincia de Castellón a través de la refinería de bp en el Serrallo, y está previsto que contribuya a hacer posible el ahorro de las emisiones de carbono del ciclo de vida del sector de la aviación. "Llevamos coprocesando biocombustibles con materias primas alternativas a las fósiles en la planta de Castelló desde 2016 y nuestro objetivo es producir hasta 650.000 toneladas al año para 2030, de las que 500.000 serían SAF", explica Ana Giner, de bp Energía. Según avanza, bp está adquiriendo experiencia en el suministro de SAF a sus clientes en todo el mundo y, hasta la fecha, ha suministrado a más de 40 lugares de todo el mundo. "Aspiramos a convertirnos en uno de los principales comercializadores de SAF", asegura.
La refinería de Castelló fue, de hecho, y tal y como dejó patente la consellera Salomé Pradas, la primera en recibir la certificación CORSIA (Plan de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional) para la producción de SAF y la primera en realizar una venta de SAF ISCC coprocesado en Europa. También ha sido la primera refinería de bp en coprocesar SAF utilizando aceites residuales, como el aceite de cocina usado.
En este sentido, Giner destacó que "bp tiene la clara ambición de contribuir a la descarbonización del sector energético y de convertirse en una empresa de cero emisiones netas en 2050 o antes, y nuestra actividad en el ámbito de los biocombustibles en la refinería de Castellón apoya esta misma ambición".
No en vano, el sector de la aviación supone el 2% de las emisiones mundiales de CO2 y el SAF permite ahorrar hasta un 80% de las emisiones de carbono del ciclo de vida en comparación con el combustible de aviación al que sustituye. "No tenemos que olvidar un reto muy importante que tenemos que afrontar, y es que el combustible para aeronaves está sujeto a regulaciones muy estrictas para su uso y, por ello, las empresas del sector y las productoras tenemos que trabajar de la mano para hacer real este reto", explicó Giner.
Cumplir con estos estándares es, hoy por hoy, una de las principales complicaciones para impulsar el combustible de aviación sostenible. José Manuel Serra, director del Instituto de Tecnología Química (ITQ), remarcó cómo "hay que cumplir con unos estándares de aviación muy estrictos, de ahí la complejidad para el impulso de los biocombustibles". Acerca de esto, Serra abordó las diferentes investigaciones que se están llevando a cabo en el ITQ para llegar a composiciones de SAF que obtengan la certificación para operar en aviación.
Llegados a este punto, el debate abordó un tema "clave" para los participantes, como es el de la viabilidad económica de los biocombustibles en la aviación y cómo hacer compatible el uso de SAF sin amenazar el futuro de las aerolíneas y sin llegar a un precio del billete de avión que lo haga inaccesible para gran parte de la población. Esta es una de las principales preocupaciones de las compañías aéreas.
"El SAF es una realidad, pero el problema de los turoperadores es el precio, tenemos que crecer de manera sostenible y velar al mismo tiempo para que la aviación siga siendo accesible, no podemos volver a una aviación exclusiva", indicó la directora de Calidad y Medio Ambiente de Air Nostrum, María José Sanz. Por esta razón, Sanz abogó por acciones encaminadas a "explicar al público las bondades del SAF" y hacer hincapié en la sensibilización sobre el uso de combustibles sostenibles.
Para la responsable de la aerolínea valenciana, la apuesta del sector con la integración de los biocombustibles es clara y muestra de ello es que Air Nostrum tiene el compromiso de consumir un 10% de SAF en 2030. En este sentido, en sus conclusiones destacó que el "desafío" de la aerolínea era poder cumplir con sus compromisos. "Necesitamos que el precio sea asequible sin poner en riesgo la viabilidad de la compañía, así como mejores incentivos por parte de las administraciones porque favorecería las inversiones", sostuvo en sus conclusiones.
En este punto, bp está buscando formas de ayudar a los clientes (aerolíneas y aeropuertos) para que puedan adquirir el producto y ser competitivos. «Producir biocombustibles a gran escala podría permitir que el SAF fuera más competitivo", dijo Giner.
En este camino, el aeropuerto de Castellón aspira a convertirse en "actor protagonista y relevante" en la transición energética. Justo Vellón, director de la instalación de Vilanova d'Alcolea, ve una "oportunidad" en la incorporación del combustible sostenible. "Nosotros contamos con una refinería a 42 kilómetros que es referente y que fue la que obtuvo la primera certificación para SAF en aviación, llevamos diez años trabajando con bp y acabamos de adjudicar la concesión (para el suministro, almacenamiento, distribución y venta de combustible) hasta el año 2032", recordó Vellón. En los pliegos para la concesión de este contrato se reseñaba la "obligación" de colaborar en el "desarrollo de los planes de introducción e implantación de nuevos productos utilizables como combustibles para aviación, tales como los biocombustibles".
"Queremos ser un actor relevante en toda esta transición en la provincia por convicción, pero también por oportunidad", afirmó. Para Justo Vellón, todos estos factores "posibilitan que, desde el punto de vista de los clientes del aeropuerto, que son las aerolíneas y por extensión los pasajeros, nos podamos erigir como el suministrador importante de SAF en el sur de Europa". Así, apuntó ventajas competitivas, como la cercanía de la refinería de bp, con producto ya certificado, lo que puede permitir adaptar coste de transporte y garantizar el suministro. "Es una oportunidad muy importante para el aeropuerto y nuestra posición es ser protagonista en esta transición", recalcó.
Para ello, Vellón avanzó que ya se está trabajando con la refinería del Serrallo para ver cómo suministrar SAF en el aeropuerto de Castellón. A este respecto, Ana Giner explicó que hace justo un año y medio que se inauguró un cargadero de SAF en las instalaciones de la refinería que está "pensado para aumentar la conexión del aeropuerto con la planta de bp".
Asimismo, desde la compañía energética destacan que, en el caso de Castellón, "el binomio refinería-aeropuerto cuenta con varias ventajas competitivas no solo en términos económicos y logísticos, sino también en cuanto a la sostenibilidad del suministro".
Otra de las problemáticas que surgieron durante el debate giró en torno a la regulación actual para impulsar esta transición energética en la aviación. Ana Giner habló de la "incertidumbre regulatoria" como otro de los retos a afrontar, puesto que los suministradores del combustible tienen que activar inversiones de grandes dimensiones años antes de que se pongan en funcionamiento "cuando la normativa que lo regula, y con ello la viabilidad económica de esos proyectos, no está aún redactada o está en definición".
También desde la aerolínea Air Nostrum hablaron de dificultades por las diferencias en regulación entre distribuidores y países. "Hay que trabajar para homogeneizar la normativa", dijo Sanz.
En todo caso, los participantes coincidieron en señalar las oportunidades que para las inversiones y el empleo tiene esta transición energética en el sector y coincidieron en señalar a la colaboración público-privada y la divulgación en materia de uso del combustible de aviación sostenible como clave para el desarrollo y la implantación del SAF.