VALÈNCIA. El Consejo de la Energía, celebrado de forma extraordinaria en Bruselas, ha acordado varias medidas de emergencia para hacer frente a un invierno que se presenta con restricciones de electricidad en horas puntas, limitaciones de precio al sector eléctrico y una ardua búsqueda de suministradores de gas natural por el resto del mundo. La Ministra de energía y vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera, ha salido de la reunión con la satisfacción de que los Estados miembros de la Unión Europea (UE) le han dado la razón respecto a las medidas regulatorias del mercado energético que reclamaba hace un año y con la promesa de reactivar las conexiones energéticas entre la península, y el centro y norte de Europa, como el MidCat, pese a las reticencias francesas.
“La guerra nos han empujado a buscar otras formas de energía porque el gas está siendo utilizado como un elemento de guerra. La responsabilidad es evitar que esto ocurra incluso cuando representa un cambio de hacer política energética con espíritu constructivo de unión y con carácter de emergencia”, ha dicho la ministra al finalizar la reunión entre los 27 Estados miembros. Teresa Ribera ha explicado que “el incremento de precios del gas natural está contaminando la economía en Europa y creando inflación en los hogares. Las respuestas son domésticas, pero también requieren decisiones a nivel europeo, que deben prepararnos para situaciones de estrés, excepcionales, como las que se proponen hoy ante la necesidad de acelerar cambios estructurales en política energética”.
Las palabras estrés, excepción e intervención han marcado una reunión en la que el consenso ha sido denominador común respecto a una única cuestión: limitar el precio del gas ruso. Sólo Hungría se ha opuesto. El objeto era dar respuestas para proteger el tejido productivo europeo combinando la reducción del precio de la energía con medios comunes, raciónales y voluntarios. La ministra destacó que “hay Estados miembros que han puesto su interés por aplicar la excepción ibérica y su efecto positivo en introducir precios máximos, por debajo de las tecnologías que utilizan combustibles fósiles”.
También se ha abordado la difícil cuestión sobre si es conveniente introducir un tope al gas natural que llega de Rusia, por tubería o por barco. La respuesta del Consejo ha sido favorable a la posibilidad de respaldo a un precio máximo al gas ruso y explorar medidas adicionales, con plataformas conjuntas de compra de gas, además de dar más transparencia al funcionamiento del mercado energético.
Otras medidas planteadas son ahorrar electricidad a nivel nacional con reducción del consumo en las horas puntas y valorar el margen a nivel nacional sin poner en peligro el tejido productivo. Un ejemplo es el que ha dado España este verano, controlado la temperatura y la iluminación, lo que ha reducido el consumo en más del 3% en agosto. Otros problemas apuntados por la ministra son los de l capacidad de la Administración para inyectar liquidez y la cobertura energéticas con un marco regulatorio común.
Por último, se refirió a la reactivación del MidCat, el gasoducto que une la península con Europa a través de Francia, señalando ”la necesidad de fortalecer nuestras infraestructuras. Lo que suscita preocupación en el centro y norte de Europa. La reactivación de la inversión en determinadas infraestructuras puede paliar el próximo invierno, con reguladores y gobiernos que incentiven el sistema de transporte e interconexión”. La oposición de Francia ha topado con la posición favorable de Alemania y otros países, que ven la conexión de gas con España como un alternativa. España es el país con más regasificadoras de la Unión y la que compra más Gas Natural Licuado (GNL) a proveedores distintos de Rusia. La ministra desveló que su homóloga francesa había entrado en razón y que las infraestructuras deben ser reforzadas para el otoño-invierno de 2023 a 2024.
Además, destacó el respaldo a la idea de facilitar el ahorro de electricidad, de carácter voluntario y, si es obligatorio, que lo decidan los Estados miembros. Ya que el impacto global de la hora punta depende de cada país, “sobre todo cuando ya se han tomado medidas nacionales y una medida impuesta y general puede resultar negativa”, en referencia a España.
Otro consenso ha sido respecto a la necesidad de introducir medidas que reduzcan beneficios extraordinarios para las energías inframarginales, para que las energéticas no los incrementen por encima de ese umbral de precios cuando se trata de tecnologías no emisoras. “Respecto a España y Portugal, hay un esquema compatible y nos mantenemos con la propuesta que está funcionando”, señaló Ribera, destacando “el cambio de paradigma, pues lo que hace un año era un debate complicado hoy ha sido más fácil”. Y añadió que “lo he dicho dentro de la sala. Los problemas los vemos con distintos ritmos. Y otros colegas lo han recordado dentro de la sala”, en referencia a la batalla que tuvo lidiar España desde hace un año para que se modificara el modelo energético.
“He subrayado que ha sido una pena perder este año. Lo importante es que hay un consenso hoy muy sólido y la voluntad de tomar medidas de intervención”, defendió la ministra. Teresa Ribera ha especificado que “la Comisión no vio una situación que no habíamos vivido nunca. Europa es eficaz y tiene probabilidades de actuar de forma rigurosa. Lo que hemos estado viendo desde febrero ha sido una capacidad de reacción. No hay un reproche general a la UE, pero es importante el hecho de que la Comisión escuchara nuestras decisiones y nos diera la oportunidad de fortalecer las políticas energéticas vinculadas al interés común”.
El punto más abierto es el tope al gas ruso, aunque tiene cada vez menor papel tras los recortes de suministro por el gobierno de Putin. “Pero es un mensaje el que queremos dar. Introducir una señal de precio equivalente para todos los gasoductos que llegan a Europa, También los de Noruega y Argelia. Y el tope que estamos dispuestos a dar por el GNL, con una plataforma de compra conjunta. El problema es que es un mercado global y los barcos podrían cambiar de rumbo”, destacó la ministra. También habló de la necesidad de tener una mayor transparencia con el sistema de precios y mercados, mayor conocimiento y diálogo con proveedores e intermediarios.
Se ha hablado de la temporalidad de la excepción ibérica y de si habría un porcentaje diferente o común para todos. “El mensaje es que todos debemos ahorrar electricidad y establecer un margen para que cada Estado miembro decida cómo lo va a hacer”, declaró Ribera, que adelantó que España iba a seguir con el mecanismo ibérico, considerado de gran interés por otros países miembros.