CASTELLÓ. En las últimas semanas, la caída de árboles quemados en caminos locales y carreteras de accesos a nuestras poblaciones está impidiendo el tránsito, en el mejor de los casos, y disuadiendo a vecinos o visitantes de acudir al monte por los peligros que este hecho puede comportar. De hecho, han sido hasta ahora los Ayuntamientos, pequeños y sin recursos, los que han tenido que asumir los trabajos de retirada o reparación y, solicitar la ayuda de los efectivos de la Diputación de Castellón que han comenzado a intervenir esta misma semana.
Tras el incendio, hace 28 meses, los consistorios tramitaron los expedientes de ayudas a los particulares afectados. Seguidamente, los Ayuntamientos licitaron la madera quemada que diversas empresas se adjudicaron con la retirada de los árboles. La Generalitat ordenó tanto las formas de los concursos como las diversas zonas donde se debe retirar el arbolado en la zona quemada.
De esta manera, las distintas firmas adjudicatarias comenzaron a talar y eliminar los "cementerios de árboles "existentes. En primer lugar en el monte público municipal, donde obtuvieron los primeros permisos de trabajo, y posteriormente en el llamado "monte consorciado", integrado por parcelas municipales, de propiedad autonómica y de particulares.
Las zonas designadas por la Generalitat para la eliminación de la madera quemada excluyeron los terrenos de mayor pendiente y aquellos que presentan alguna dificultad para la maquinaria utilizada.
Precisamente, en la práctica totalidad de nuestras poblaciones una de las cararcterísticas es la imagen escarpada del territorio. Por este motivo, muchos cerros y montañas próximas a los municipios continúan presentado una estampa teñida de negro que, dado el negativo impacto visual, lamentan los vecinos y disuaden al turismo, fuente importante de riqueza hasta el incendio del 15 de agosto de 2022.
Tras las lluvias de octubre y noviembre, la erosión comenzó a afectar gravemente y los temporales de viento, con ráfagas de hasta un centenar de quilómetros por hora, lanzaron muchos árboles y derrumbes a caminos y carreteras de accesos, en estas zonas y las mismas brigadas municipales, subvencionadas, se vieron obligadas a abandonar sus trabajos habituales y proceder a la retirada de árboles, en muchos de los casos con graves daños a las infraestructuras asumidos por escasos presupuestos en detrimento de otros servicios indispensables.
Esta misma semana, tras las peticiones de los consistorios, han comenzado a trabajar los servicios de bomberos de la Diputación Provincial. Asímismo, éstos han negociado de manera individual con las empresas adjudicatarias para que amplíen sus trabajos y retiren los árboles que amenazan los caminos. Es el caso, por ejemplo del camino de los Cloticos en Bejís, que lleva hasta la planta embotelladora por la que circulan los camiones de agua.
Por todos estos motivos, desde la Asociación se solicita que se complete la tala y retirada del arbolado quemado en la totalidad de las zonas que puedan presentar alguna clase de peligro y en el territorio que rodea los municipios para evitar una mayor pérdida de visitantes que representan una fuente de ingresos imprescindible.