Tras el terremoto que supuso la turbulenta salida de Toni Cantó, Merino ha tenido que lidiar con transfugas y debacles electororales pero defiende la utilidad de Cs como bisagra
VALÈNCIA. Hace ahora un año, el 26 de marzo de 2021, Ruth Merino fue elegida nueva síndica de Ciudadanos en medio de una fenomenal tormenta política que empezó con el aleteo de una frustrada moción de censura en Murcia y que en Les Corts eclosionó con la espantada de Toni Cantó como referente del partido para acabar acogido en el gobierno del PP en Madrid. Ahora, esta técnico de Hacienda repasa con este periódico doce meses convulsos pero también el incierto futuro que tienen por delante.
"De aquellos días recuerdo que todo era un montaña rusa. Daba un poco de vértigo por todo lo que pasaba. Fueron momentos convulsos, con su parte de emoción porque esto es una noria. Siempre tuve muy claro el objetivo, también antes de ser síndica, que el proyecto debía seguir adelante, que nadie es imprescindible, tampoco yo, por supuesto", reflexiona.
Pero lo peor estaba por llegar. El partido sufrió una debacle electorial en Madrid viniendo de tener una vicepresidencia y en Les Corts empezaron unas fugas, que asegura que formaban parte de un plan organizado desde el PP de Génova. "Fueron unos meses duros porque los que se fueron estaban dentro para destruir. Estaba la figura de Fran Hervías (ex de Cs y con despacho en la sede nacional popular) y estaban teledirigidos. El objetivo era destruir desde dentro y luego saltar", asume.
Para ella, el paso de sus cinco excompañeros al Grupo Mixto fue peor que la espantada de Cantó en un partido que presume de regenarador. "Quedaron a la altura del betún. Que se queden el acta es un tipo de corrupción, firmaron en su día un compromiso de que si dejaban el partido se dejaba el acta. Toni Canto no hizo lo correcto pero dejo su acta, algo que el resto no y con argumentos que caían por su propio peso", señala. Pese a la pérdida de peso en el hemicilo, no los echa de menos. "Está bien que la gente que no aporta, que resta, que no cree en el proyecto, se vaya. Seguimos adelante los que estamos. Nos repartimos sus tareas pero tampoco es que trabajaran mucho", desliza.
Pero Merino tiene más recados para el Botànic. Afea las decisiones "de cierre y ruina" que se tomaron en la pandemia "que decían estar basadas en las opiniones de expertos que o no lo eran o no existían" y no entiende "lo poco en serio que se toman el caos" de la sanidad pública. "No puede ser que se enfrasquen en reversiones que lo único que hacen es aumentar las listas de espera", lamenta. Al president Ximo Puig le reprocha "su defensa implacable" de la vicepesidenta Mónica Oltra. "Más allá de lo de su exmarido son muchas otras cosas de gestión", afirma.
También criticó su "tibieza" con Pedro Sánchez. "Era mucho más beligerante con el PP en el gobierno y eso quiere decir que antepone los intereses de su partido a los de los valencianos", analiza. Además, asegura que apoyan "muchas" iniciativas del Consell. "Todas las que pensamos que son buenas pero no saben coger la mano tendida de Ciudadanos. Nos duele que nos apliquen el rodilla. Los socios del PSPV son siempre más recelosos de todo lo que venga de Ciudadanos", apunta.
Si no hay novedad, su segundo aniversario como síndica le pillará en precampaña y de soñar con adelantar al PP tras abrirse las urnas en 2019 (les separó apenas un escaño), Ciudadanos ha pasado a cruzar los dedos para no desaparecer en la próxima legislatura. "El objetivo es continuar en Corts y en los gobiernos municipales. Hay una barrera difícil, que es la del 5% y son muchas decenas de miles de votos, pero esperamos superarla para decantar el gobierno. No tenemos que ser un partido grande que sustituya a otro, podemos ser pequeños pero determinantes porque los partidos conservadores y socialdemócratas van a seguir ahí", asume Merino, dispuesta a ser cabeza de lista si se lo piden "pero pasando por primarias y por los afiliados, siempre".
¿De qué lado decantarían un posible Consell?, ¿el pacto con el PSPV en Rocafort apunta a algo? "Hay un mantra de que pactamos más con la derecha pero la evidencia está ahí: Torrent, Oropesa, ahora Rocafort. Podemos pactar a izquierda y derecha", afirma Merino que critica el pacto del PP con Vox en Castilla y León pero que cree que ayudará a desinflar al partido de extrema derecha. "Es evidente que ese pacto clarifica todo. En Les Corts vemos muchísimas propuestas descabelladas y destructivas de Vox. Se lo quieren cargar todo. Espero que se desinflen, como paso con Podemos. Eso les pasa a los populistas cuando tienen que gobernar", asegura.