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entrevista a la trabajadora social junto a cots castelló

Saavedra: "Sin educación en igualdad no será posible una sociedad libre de violencia machista"

24/11/2023 - 

CASTELLÓ. Con motivo del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, vuelve la pregunta: ¿en qué punto estamos como sociedad? Para perfilar esta búsqueda de respuestas y de análisis dialogamos con la compañera Marisa Saavedra, trabajadora social en el ámbito socioeducativo y colegiada del COTS Castelló. 

Una reflexión que Saavedra arranca con una convicción férrea: la del papel que la educación, y las y los profesionales que integran el sistema educativo, juegan en la sensibilización de la población más joven sobre la necesidad de conseguir una sociedad igualitaria y libre de violencias machistas. “Los datos que tenemos en relación a la aceptación y justificación de la violencia de género entre la población más joven son muy preocupantes”, advierte.

Pregunta.- Marisa, entonces, este 25N, ¿dónde tenemos que poner el foco para que la lacra de la violencia de género cese?

Respuesta.- Hay que entender que es una cuestión de derechos humanos que nos afecta a toda la sociedad, que todas las personas y todas las instituciones tienen que implicarse, tienen que trabajar para acabar con las violencias machistas. Y es muy importante la prevención. Es esencial educar en igualdad, acabar con la normalización de conductas machistas, muy generalizadas en la sociedad, también entre la gente joven.

P.- Desarrollas tu labor como trabajadora social en el ámbito socioeducativo. ¿La lucha en favor de la igualdad y de la no discriminación empieza en las aulas?

R.- Sin duda. Si no educamos en igualdad no será posible una sociedad de iguales y libre de violencias machistas. Esto supone preparación por parte del profesorado, transversalidad, y aplicar la perspectiva de género a toda la actividad del centro. Poco a poco tenemos más herramientas legislativas, protocolos de actuación en el ámbito educativo… pero queda mucho para hacer y el reto es enorme para el conjunto de la sociedad.

Tenemos un problema serio cuando hay quien plantea que esta cuestión pertenece al ámbito familiar, que la escuela no tiene que abordar estos temas, o que los padres pueden negarse a que sus hijos e hijas sean educadas en igualdad y aceptación de la diversidad, como se pretende con el llamado ‘pin parental’, que es una barbaridad. Privar a los menores de ser educados en esta dimensión vulnera su derecho en una educación integral, de calidad, que favorezca un desarrollo sano y feliz, y es negativo por la sociedad.

El papel de la educación y el trabajo social

P.- Teniendo en cuenta que la erradicación de las violencias contra las mujeres es un tema complejo que requiere de un plan de acciones multidisciplinario e integrado, ¿qué papel juega la educación en todo este programa de acción la sensibilización entre la población más joven?

R.- Es importantísimo. Los datos que tenemos en relación a la aceptación y justificación de la violencia de género entre la población más joven son muy preocupantes. Hay que hacer un trabajo sistemático de sensibilización y de detección y deconstrucción de patrones machistas que se reproducen en la sociedad y en las relaciones; ayudar a detectar los micromachismos, las violencias de baja intensidad que a menudo continúan estando normalizadas.

Los datos que tenemos en relación a la aceptación y justificación de la violencia de género entre la población más joven son muy preocupantes

Hay que tener muy en cuenta el papel de los medios audiovisuales y las nuevas tecnologías, agentes socializadores de enorme influencia en estas edades, e impulsar programas de alfabetización audiovisual, de análisis y reflexión crítica de los contenidos, de los patrones de género o modelos de relación que reproducen, etc.

P.- Desde el punto de vista del Trabajo Social, la educación es un pilar necesario en esta lucha, junto a la intervención directa con las víctimas y la reparación. Se habla poco de la investigación. La Universidad de La Rioja ha puesto en marcha un Laboratorio de Investigación de las Violencias Machistas desde el Trabajo Social, integrado por docentes y trabajadoras sociales. ¿Qué pueden aportar experiencias así?

R.- Son iniciativas muy valiosas para conocer la realidad e impulsar buenas prácticas. El Trabajo Social es una disciplina fundamentada en la defensa de los derechos humanos, de los valores democráticos y de igualdad, en el empoderamiento de las personas por que puedan vivir en libertad y superar situaciones de acoso, de vulneración de sus derechos, sometimiento, violencias... y entiende estos problemas como del conjunto de la sociedad. Problemas a los que tiene que dar respuesta de manera colectiva.

La realidad en los centros educativos

P.- ¿Qué realidad se vive, respecto a la igualdad de género, en los centros educativos? ¿Cuál es la realidad de la provincia en este momento, tomando como referencia el alumnado con el que trabajas, con el que intervienes?

R.- La situación ha cambiado en los últimos años. Hemos avanzado en conciencia por parte de los y las profesionales, en herramientas educativas de prevención, detección e intervención, aunque la realidad es muy desigual, siempre dependiente de si las personas que tienen que impulsar este trabajo lo tienen interiorizado como una cuestión esencial, transversal, y no como actividades puntuales. Los cambios culturales su lentos, pero vamos avanzando.

Y hay que decirlo claro: no ayuda en este sentido el hecho de que fuerzas políticas con responsabilidad en las instituciones sean negacionistas de la violencia de género, y que sus mensajes y decisiones contribuyan a la normalización y minimización de las violencias machistas, llegando a eliminar recursos para hacer frente a esta lacra.

P.- Uno de los lemas para el 25N este año es ‘Nunca es tarde para salir de la violencia de género’. Por tu experiencia profesional y trabajo diario con población infantil y adolescente, ¿cada vez se cae más pronto en este tipo de violencias machistas?

Por eso es fundamental, como hablábamos antes, abordar de manera seria, y ya desde la infancia, el trabajo en relación al uso de las redes sociales y el mundo audiovisual en general. En la familia y en la escuela

R.- Sí, sí, en buena parte por el uso que se hace de las redes sociales o el acceso a la pornografía, cada vez en edades más tempranas, que en muchos casos está propiciando la normalización, la imitación y la revictimización de las víctimas al multiplicar el daño de estas conductas publicitándolas. Por eso es fundamental, como hablábamos antes, abordar de manera seria, y ya desde la infancia, el trabajo en relación al uso de las redes sociales y el mundo audiovisual en general. En la familia y en la escuela. No podemos dejar la educación afectivosexual de los niños y niñas en manos de estas herramientas.

P.- Los principios del Trabajo Social conectan no sólo con la denuncia de las desigualdades sociales sino también con la transformación de las mismas de cara a la consecución de una sociedad basada en la justicia social. Desde tu ámbito de actuación, ¿qué aporta el Trabajo Social en la consecución de una sociedad libre de violencias machistas?

R.- Nuestra presencia en los centros, y el trabajo cotidiano con la comunidad educativa, tiene que aportar sin duda esta perspectiva, propiciar una intervención más allá de momentos puntuales, y poner al servicio de los centros nuestro conocimiento de los recursos socioeducativos externos que pueden facilitar esta tarea, y exigirlos donde no existen o no resultan suficientes.

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