VALÈNCIA. Auténtico 'miércoles negro' el que se vivió ayer en las bolsas, cuyo epicentro fue el sector bancario y no precisamente el Silicon Valley Bank (SVB). No. Fue uno de los históricos bancos del planeta y, además, sistémico. O lo que es lo mismo: su caída arrastra a los demás. Hablamos de Credit Suisse, que fue fundado allá por 1856, que no tiene nada que ver con el SVB dado que ésta es una entidad más propia de una firma de capital riesgo que financia 'start ups' y muy lejos de ser sistémica. Si la americana provocó la estampida de minoristas como contó antes de ayer este diario, la helvética desató una auténtica avalancha de ventas de grandes y pequeños accionistas de toda la banca cotizada.
El mercado sabe desde hace tiempo que Credit Suisse (CS) viene atravesando problemas. De hecho, sus últimas cuentas correspondientes al pasado ejercicio recogieron unas multimillonarias pérdidas de casi 7.400 millones de euros al cambio, es decir, más de cuatro veces frente a los 1.670 millones de 2021. Pero la cosa no queda ahí porque basta echar un vistazo al gráfico inferior para hacerse una idea de la situación del banco presidido por Axel Lehmann. Lo hace encadenando cuatro años a la baja en bolsa -el último que subió fue en 2019- para cerrar ayer en mínimos históricos.
El pasado 9 de marzo CS informaba que retrasaba la presentación de su informe anual tras haber recibido un aviso de última hora sobre cuestiones técnicas por parte de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), que viene a ser la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) española. Según informó entonces el gigante suizo -cerró 2022 tenía más de 1,3 billones de euros en activos bajo gestión-, esta llamada estaría relacionada con ciertos comentarios de la SEC sobre la evaluación técnica de las revisiones previamente divulgadas a los estados de flujo de efectivo consolidados en los ejercicios cerrados a 31 de diciembre de 2020 y 2019, así como respecto de los controles relacionados. De ahí que considerase "prudente retrasar brevemente la publicación para comprender mejor los comentarios recibidos".
Y fue ayer miércoles cuando hizo público su informe anual de 2022, que detectó una "debilidad material" en el control interno de la información financiera de la entidad y que está desarrollando un plan para subsanarlo, incluyendo el fortalecimiento del marco de control y riesgo. Y eso son problemas mayores -y no los de la quiebra del Silicon Valley Bank- por cuanto las pérdidas no tardaron en aparecer en el CS... y con ellas en el resto de bancos y de bolsas. Y más después de que el Saudi National Bank, que controla el 9,8% de la suiza, se negara a inyectar más liquidez incrementando su posición.
"La respuesta es absolutamente no, por muchas razones fuera de la razón más simple, que es regulatoria y estatutaria", manifestó Ammar Al Khudairy, presidente del banco saudí, en una entrevista con Bloomberg TV, recogida por Europa Press, al ser cuestionado sobre si la entidad árabe estaba abierta a llevar a cabo más inyecciones de fondos. "Actualmente poseemos un 9,8% del banco y si vamos por encima del 10% aplicarían nuevas reglas tanto del regulador árabe, del regulador europeo o del regulador suizo y no estamos inclinados a entrar en un nuevo régimen regulatorio", explicó.
Credit Suisse llegó a desplomarse un 30,80% para reducir al cierre las pérdidas hasta el 24,24% tras haber sido suspendida su cotización durante la sesión, tal y como sucedió también con la francesa Societé Générale y las italianas Monte dei Paschi y UniCredit, todas ellas castigadas a doble dígito. El descalabro bursátil de la entidad suiza dirigida por Ulrich Koerner vino acompañado de un fortísimo volumen de contratación de más de 300 millones de acciones, es decir, la suma conjunta de las últimas cinco sesiones. Y, además, casi 10 veces más respecto a los casi 32 millones de títulos de su media trimestral.
Pinchar aquí para ver el gráfico más grande. Fuente: YahooFinance
Mientras tanto los seguros de impago (Credit Default Swaps o CDS por sus siglas en inglés) de Credit Suisse se dispararon hasta máximos históricos alcanzando niveles propios de Grecia cuando fue rescatada por la 'troika' por primera vez en 2010. En este sentido, en octubre pasado los CDS de CS batían una nueva plusmarca ante los temores de los inversores por su situación económica. De hecho, el Banco Nacional Suizo ya advertía que estaba siguiendo muy de cerca la situación vigilando sus CDS, que no son otra cosa que instrumentos financieros que pretenden proteger a los inversores en el caso de que la empresa o el estado en el que hayan invertido no pueda hacer frente a los pagos.
A la vista de la delicada situación, y para tratar de contener la 'sangría', el Banco Nacional Suizo y la Autoridad Supervisora Suiza de los Mercados Financieros -la CNMV de allí- emitieron anoche un comunicado conjunto. Lo hicieron manifestando que proveerán de liquidez "en caso de ser necesario"; mientras añadían que "los estrictos requisitos de capital y liquidez exigibles a las entidades financieras helvéticas aseguran su estabilidad. Credit Suisse cumple los requerimientos de capital y liquidez impuestos en los bancos de importancia sistémica".
Mientras tanto fuentes conocedoras de la situación de CS consultadas por este diario descartaban una nueva 'Lehman Brothers' porque desde dicha quiebra "los reguladores de todo el mundo han incrementado considerablemente los requisitos de capital y liquidez. Y en el caso de CS sobrevivió a una salida de 111.000 millones de francos suizos -algo más de 113.000 millones de euros- en el cuarto trimestre de 2022, manteniendo un coeficiente de cobertura de liquidez (LCR) del 144% -actualmente por encima del 190%- y un ratio CET1 del 14,1%. Tiene un balance saneado y una base de depósitos firme; mientras sus activos líquidos de alta calidad están orientados al efectivo, lo que no es necesariamente el caso de los bancos en EE UU. Además, CS no ha tenido acceso a préstamos no garantizados a corto plazo durante algún tiempo, mientras Lehman Brothers sí lo tuvo hasta el final contribuyendo a su caída".
Las mismas fuentes añadían que el lunes pasado "Credit Suisse recibió entradas de clientes, lo que es una señal positiva. Se trata de un banco de importancia sistémica mundial, por lo que tiene normas mucho más estrictas que otros bancos en cuestiones de capital, financiación y liquidez. La entidad no puede controlar el precio de sus acciones, pero sí el de su nueva estrategia que la está implementando a buen ritmo por encima de los objetivos marcados". En este sentido recordaban que la hoja de ruta 2023-2025 comenzó el pasado 1 de enero, que "conlleva una transformación con muchos costes de reestructuración aparejados y este año seguirá en pérdidas, pero siguen trabajando en recuperar la confianza en el banco". Asimismo, y sobre la decisión del Saudi National Bank de no incrementar su participación, las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza señalan que los saudíes "apoyan la estrategia y la fortaleza del capital de Credit Suisse; mientras que informar de lo contrario induce a error".
Por otro lado, los mayores bancos españoles -Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter- no cuentan con exposición a Credit Suisse o es prácticamente insignificante, lo que descartaría un posible impacto directo en las cuentas de estas entidades en el caso de un deterioro acelerado en la situación del banco suizo, según han informado fuentes del sector a Europa Press. El Banco Central Europeo (BCE) ha empezado a contactar con los bancos europeos que supervisa directamente para conocer qué posible exposición tienen.
Dichos contactos se están realizando en nuestro país a través del Banco de España, según fuentes financieras consultadas por Europa Press, que informaban ayer que desde el BCE declinaron hacer comentarios sobre sus posibles actuaciones a este respecto. Precisamente este jueves se reúne la institución monetaria europea presidida por Christine Lagarde, que seguirá subiendo los tipos pero habrá que ver si finalmente lo hace en el medio punto previsto antes del 'affaire Credit Suisse' u opta por hacerlo solo en un cuarto de punto'.
Los que sí se pronunciaban sobre la situación de la entidad helvética eran diferentes expertos. Y, entre ellos, Juan Abellán, director del Máster de Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB, recordaba que estamos "en una verdadera tormenta, sí, pero los bancos españoles y europeos están bien anclados, esperemos y no lo creo, que no se suelte el anclaje". Para Jérémie Boudinet, responsable de Crédito de Grado de Inversión de La Française AM, "nuestra hipótesis de base es que Credit Suisse puede acabar más o menos dividido, con la venta parcial o total de su franquicia de banca de inversión, conservando su rama minorista suiza y parte de su franquicia de gestión patrimonial en el extranjero. Sin embargo, esta hipótesis gira en torno a su capacidad para contrarrestar las salidas de depósitos a corto y medio plazo".
Desde la agencia de valores Activotrade, su analista Juan José del Valle, se preguntaba si puede ser el banco suizo el 'nuevo SVB' en Europa. "El tiempo lo dirá, pero desde luego los mercados no cotizan nada bueno. Y más desde el punto de vista del riesgo de crédito. Los CDS del banco supera los 800 puntos básicos -máximos históricos- porque el principal accionista del banco parece que podría desvincularse en seguir inyectando liquidez después de finalizar una ampliación de capital el pasado mes de noviembre por 4.000 millones de francos suizos".
Los reguladores americanos actuaron rápidamente y, en apenas unas horas, garantizaron los depósitos de las entidades afectadas como el Silicon Valley Bank y Signature Bank, tal y como explica el analista